Las fracturas son lesiones comunes en perros y gatos, y su correcta clasificación es fundamental para determinar el tratamiento más adecuado y predecir el pronóstico del paciente. En este artículo, explicaremos las principales clasificaciones de fracturas utilizadas en medicina veterinaria, junto con ejemplos y consideraciones clínicas importantes.
Clasificaciones de fracturas
No existe solamente una clasificación de fracturas, por eso, vamos a analizar las diferentes formas de clasificarlas.
Fracturas según su ubicación anatómica
Las fracturas pueden ocurrir en diferentes partes del esqueleto, y su ubicación anatómica es un factor crucial para determinar el tratamiento. Algunas ubicaciones comunes incluyen el fémur, el húmero, la tibia, el radio y el cúbito, así como también en las vértebras y en los huesos del cráneo.
Fracturas según su tipo
Las fracturas pueden clasificarse según su configuración y la forma en que se produce el daño óseo. Algunos tipos comunes incluyen:
- Fracturas completas: cuando el hueso se rompe completamente en dos o más fragmentos.
- Fracturas incompletas: cuando el hueso se rompe parcialmente, como en las fracturas en “greenstick”.
- Fracturas expuestas o abiertas: cuando el hueso fracturado se expone al medio ambiente a través de una herida en la piel.
- Fracturas cerradas: cuando el hueso fracturado no se expone al medio ambiente y la piel permanece intacta.
En el caso de las fracturas abiertas, podemos hacer también una subclasificación:
- Grado I: Este grado se refiere a fracturas abiertas con una herida cutánea mínima, generalmente menor de 1 cm de longitud. La exposición ósea es mínima y no hay contaminación significativa del sitio de la fractura.
- Grado II: Las fracturas abiertas de grado II presentan una herida cutánea moderada, que puede ser mayor de 1 cm de longitud. Hay una exposición moderada del hueso y el tejido circundante, pero la contaminación del sitio de la fractura es limitada.
- Grado III: En este grado, la fractura abierta se caracteriza por una herida cutánea extensa y significativa, con exposición ósea significativa y daño extenso del tejido blando circundante. Puede haber una contaminación significativa del sitio de la fractura con tejido necrótico y suciedad.
- Grado IV: Las fracturas abiertas de grado IV son las más graves y se asocian con una lesión extensa del tejido blando, incluidos músculos, vasos sanguíneos y nervios. Pueden presentarse grandes defectos óseos y una alta probabilidad de complicaciones, como infecciones graves y pérdida de la extremidad.
Fracturas según la dirección de la línea de fractura
La dirección de la línea de fractura también puede proporcionar información útil sobre el mecanismo de lesión y el tipo de fuerzas involucradas. Algunas clasificaciones basadas en la dirección de la fractura incluyen:
- Fracturas longitudinales: cuando la fractura se extiende a lo largo del eje longitudinal del hueso.
- Fracturas transversales: cuando la fractura se produce perpendicularmente al eje longitudinal del hueso.
- Fracturas oblicuas: cuando la fractura tiene una orientación diagonal en relación con el eje del hueso.
Fracturas fisarias
Las fracturas fisarias, también conocidas como fracturas epifisarias, son lesiones óseas que ocurren en la placa de crecimiento o fisaria, una región de cartílago hialino ubicada entre la epífisis y la metáfisis de un hueso largo en crecimiento.
Estas fracturas son comunes en animales jóvenes, ya que la placa de crecimiento es más débil que el hueso circundante y más propensa a lesiones por trauma.
La clasificación de las fracturas fisarias más utilizada es la clasificación de Salter-Harris, que fue propuesta por el cirujano Robert B. Salter y el radiólogo William H. Harris en 1963. Esta clasificación enumera cinco tipos principales de fracturas fisarias, cada una con características específicas:
- Tipo I: Fractura a través de la placa de crecimiento, sin extensión hacia el hueso circundante.
- Tipo II: Fractura a través de la placa de crecimiento y parte de la metáfisis.
- Tipo III: Fractura a través de la placa de crecimiento y la epífisis.
- Tipo IV: Fractura a través de la placa de crecimiento, la epífisis y la metáfisis.
- Tipo V: Compresión axial de la placa de crecimiento, sin separación visible de los fragmentos óseos.
Consideraciones clínicas
Las fracturas pueden presentar una variedad de signos clínicos, que van desde cojeras evidentes hasta signos más sutiles de malestar. Es importante realizar una evaluación completa del paciente, que incluya historia clínica, examen físico y, en muchos casos, imágenes diagnósticas como radiografías o tomografías computarizadas.
Tratamiento y pronóstico
El tratamiento de las fracturas varía según varios factores, incluida la ubicación, el tipo y la gravedad de la lesión, así como también la salud general del paciente. Las opciones de tratamiento pueden incluir inmovilización con vendajes o férulas, reducción cerrada y estabilización con fijadores externos o internos, o incluso cirugía reconstructiva en casos más complejos.
El pronóstico de las fracturas depende en gran medida de la naturaleza de la lesión y la respuesta del paciente al tratamiento. Con un manejo adecuado y seguimiento cercano, muchos pacientes pueden lograr una recuperación completa y retornar a una calidad de vida normal.
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Referencias:
- Johnson, A. L., & Houlton, J. E. F. (2018). Fractures and fracture healing. In BSAVA Manual of Canine and Feline Musculoskeletal Imaging (pp. 171-184). British Small Animal Veterinary Association.
- Tobias, K. M., & Johnston, S. A. (2018). Fractures. In Veterinary Surgery: Small Animal (2nd ed., pp. 582-663). Elsevier.
