Manejo clínico de la regurgitación en gatos: desde el diagnóstico hasta el tratamiento

La regurgitación en gatos es un síntoma clínico que, aunque menos frecuente que el vómito, puede ser indicativo de problemas esofágicos o neuromusculares subyacentes. 

A diferencia del vómito, la regurgitación es un proceso pasivo en el que el alimento o los líquidos no digeridos retornan desde el esófago hacia la boca sin esfuerzo ni arcadas previas. 

Debido a que puede pasar desapercibida en sus fases iniciales, es fundamental diferenciarla correctamente del vómito para llegar a un diagnóstico preciso y evitar complicaciones como la neumonía por aspiración.Así que te contamos todo lo que necesitas saber sobre la regurgitación en gatos. 

¿Qué es la regurgitación en gatos?

La regurgitación es la expulsión involuntaria y sin esfuerzo de contenido alimentario desde el esófago. Ocurre de manera pasiva, generalmente poco después de la ingestión de comida o agua, y no va precedida de náuseas, contracciones abdominales o salivación excesiva, como sucede en el vómito. 

El contenido expulsado suele aparecer sin digerir, con forma tubular y sin presencia de bilis.

Cómo ya hemos comentado, distinguir entre regurgitación y vómito es clave, ya que cada uno tiene orígenes diferentes. Mientras que el vómito está asociado a problemas en el estómago o el intestino, la regurgitación indica un problema en el esófago o en su función motora.

Causas de la regurgitación en gatos

Las causas subyacentes de la regurgitación en gatos pueden ser:

1. Problemas esofágicos

Las enfermedades que afectan la estructura o la función del esófago son la causa más común de regurgitación:

• Megaesófago: Dilatación del esófago que impide el movimiento adecuado del alimento hacia el estómago. Puede ser congénito o adquirido.
• Esofagitis: Inflamación del esófago, a menudo causada por reflujo gástrico, cuerpos extraños o irritación química.
• Cuerpos extraños esofágicos: La ingestión de objetos como huesos, agujas o espigas puede obstruir el esófago.
• Estenosis esofágica: Un estrechamiento patológico del esófago, generalmente secundario a lesiones, reflujo crónico o cirugía.

2. Trastornos neuromusculares

Alteraciones en la función neuromuscular del esófago pueden conducir a su incapacidad para mover el alimento hacia el estómago. Entre ellas se incluyen:

• Miastenia gravis: Trastorno autoinmune que afecta la unión neuromuscular y puede provocar megaesófago secundario.
• Polineuropatías: Enfermedades que afectan los nervios periféricos, interfiriendo en la función del esófago.

3. Anomalías congénitas

Algunos gatos nacen con defectos que predisponen a la regurgitación crónica:

• Anomalías del anillo vascular: Malformaciones de los vasos sanguíneos que comprimen el esófago.
• Fístulas traqueoesofágicas: Conexiones anormales entre la tráquea y el esófago que dificultan el paso normal del alimento.

4. Problemas metabólicos y sistémicos

Las enfermedades sistémicas también pueden causar o agravar la regurgitación en gatos:

• Hipotiroidismo: Aunque raro en gatos, puede afectar la función muscular del esófago.
• Enfermedad renal crónica: En etapas avanzadas puede provocar reflujo y esofagitis secundaria.

5. Tumores y masas

La presencia de tumores en la región esofágica, mediastínica o cervical puede comprimir el esófago y dificultar el paso del alimento, provocando regurgitación.

Síntomas asociados a la regurgitación en gatos

La regurgitación no suele aparecer de forma aislada y puede acompañarse de otros signos clínicos dependiendo de la causa subyacente:

• Pérdida de peso progresiva.
• Dificultad para tragar (disfagia).
• Tos o estornudos frecuentes.
• Halitosis (mal aliento).
• Respiración dificultosa, especialmente si ocurre neumonía por aspiración.
• Letargo o falta de apetito.

Diagnóstico de la regurgitación en gatos

El diagnóstico de la regurgitación requiere un enfoque estructurado que permita diferenciarla del vómito y determinar su causa.

1. Historia clínica

Es crucial obtener información detallada sobre el episodio:

• ¿El alimento expulsado está sin digerir y sin bilis?
• ¿Ocurre poco después de comer?
• ¿El gato presenta tos o dificultad respiratoria?

2. Examen físico

Se evaluará:

• Condición corporal y signos de deshidratación.
• Posibles masas en el cuello mediante palpación.
• Auscultación torácica para detectar indicios de neumonía por aspiración.

3. Pruebas complementarias

• Radiografía simple y con contraste del esófago: Fundamental para diagnosticar megaesófago, cuerpos extraños o estenosis.
• Endoscopia esofágica: Permite visualizar directamente el esófago y extraer cuerpos extraños o tomar biopsias.
• Análisis de sangre: Detecta enfermedades metabólicas como la enfermedad renal o hipotiroidismo.
• Pruebas neuromusculares: Para descartar miastenia gravis y trastornos neurológicos.

Tratamiento de la regurgitación en gatos

El tratamiento depende de la causa subyacente y puede incluir manejo médico, quirúrgico y dietético.

Tratamientos específicos

• Megaesófago: Alimentación en posición elevada (vertical) y dietas en puré o consistencia líquida. En casos graves, puede ser necesario un tubo de alimentación.
• Esofagitis: Administración de protectores esofágicos como sucralfato (0,5-1 g cada 6-8 horas, oral) y antiácidos como omeprazol (1 mg/kg cada 24 horas, oral).
• Cuerpos extraños: Extracción mediante endoscopia o cirugía, dependiendo del tamaño y ubicación del objeto.
• Miastenia gravis: Tratamiento con piridostigmina (0,5-2 mg/kg cada 8-12 horas, oral) para mejorar la función neuromuscular.
• Estenosis esofágica: Dilatación del esófago mediante endoscopia y tratamiento antiinflamatorio.

Cuidados adicionales

• Manejo nutricional: Ofrecer comidas frecuentes y en pequeñas cantidades. La consistencia de los alimentos debe adaptarse según la tolerancia del gato (líquidos, purés o croquetas pequeñas).
• Evitar el estrés: El estrés puede agravar problemas esofágicos, especialmente en gatos sensibles.
• Tratamiento de la neumonía por aspiración: En casos complicados, será necesario administrar antibióticos sistémicos y oxigenoterapia.

Prevención de la regurgitación en gatos

Aunque no siempre es posible prevenir la regurgitación, se pueden tomar medidas que reduzcan el riesgo:

• Evitar que el gato ingiera cuerpos extraños o sustancias irritantes.
• Proporcionar una alimentación adaptada a su edad y necesidades digestivas.
• Realizar revisiones veterinarias periódicas para detectar problemas metabólicos o esofágicos a tiempo.
• Controlar el peso corporal para evitar complicaciones relacionadas con la obesidad.

Conclusión

La regurgitación en gatos es un síntoma que no debe ser ignorado, ya que puede ser indicativo de problemas esofágicos, neuromusculares o metabólicos graves. Es parte de nuestra labor educar a las familias que si un gato presenta regurgitación de manera recurrente o muestra otros síntomas como pérdida de peso o dificultad respiratoria, se debe consultar al veterinario de inmediato.

Fuentes consultadas

1. Nelson, R. W., & Couto, C. G. (2020). Small Animal Internal Medicine. Elsevier.
2. Tams, T. R., & Rawlings, C. A. (2011). Small Animal Endoscopy. Elsevier.
3. Fossum, T. W. (2018). Small Animal Surgery. Elsevier.
4. Plumb, D. C. (2018). Plumb’s Veterinary Drug Handbook. Wiley-Blackwell.
5. American College of Veterinary Internal Medicine (ACVIM). (2023). Clinical Guidelines for Esophageal Disorders in Cats.