El abordaje de pacientes oncológicos en fase avanzada no siempre puede ni debe orientarse hacia la curación. En muchas ocasiones, el objetivo clínico pasa a ser preservar la calidad de vida, aliviar síntomas y acompañar tanto al animal como a su familia en un proceso complejo. Aquí es donde la medicina paliativa veterinaria cobra todo su valor.
Un protocolo bien diseñado de cuidados paliativos puede mejorar significativamente el bienestar del paciente, prolongar el tiempo libre de sufrimiento y ayudar en la toma de decisiones éticas hacia el final de la vida.
Cuándo iniciar cuidados paliativos en clínica
El manejo paliativo no debe limitarse al “último recurso” cuando ya no hay nada más que hacer. Al contrario, puede y debe implementarse de forma paralela a tratamientos oncológicos activos o cuando estos no son viables por razones económicas, biológicas o personales.
Indicaciones comunes para iniciar soporte paliativo:
- Diagnóstico de tumor inoperable o metástasis múltiples
- Resistencia a quimioterapia o recaídas repetidas
- Enfermedad terminal sin posibilidad curativa
- Rechazo del tratamiento oncológico por parte de los tutores
- Deterioro progresivo de la calidad de vida
En la consulta, debemos evaluar el caso desde un enfoque global: síntomas clínicos, estado emocional del paciente, recursos de los cuidadores y expectativas reales.
Evaluar la calidad de vida: una herramienta imprescindible
El concepto de calidad de vida es subjetivo, pero en oncología veterinaria puede medirse utilizando escalas adaptadas. Una de las más utilizadas es el modelo HHHHHMM (Hurt, Hunger, Hydration, Hygiene, Happiness, Mobility, More good days than bad).
En base a esta valoración se decide si es posible continuar con soporte paliativo o si se debe discutir la eutanasia ética como opción compasiva.
Componentes fundamentales del cuidado paliativo veterinario
El tratamiento no curativo debe ser activo, dinámico y adaptado a la evolución clínica. A continuación, se resumen las áreas clave de intervención:
1. Control del dolor
Es el pilar de cualquier plan paliativo. El dolor oncológico puede ser somático, visceral o neuropático, y requiere una estrategia multimodal combinando varios principios activos.
Fármacos habituales:
- Opioides (metadona, buprenorfina, fentanilo transdérmico)
- AINES (carprofeno, meloxicam, robenacoxib) si no hay contraindicación renal/hepática
- Gabapentina (en dolor neuropático)
- Paracetamol (solo en perros, bien monitorizado)
2. Tratamiento sintomático
La sintomatología varía según el tipo y localización del tumor. El objetivo es minimizar el sufrimiento asociado a síntomas secundarios:
- Antieméticos: maropitant, ondansetrón
- Antiácidos: omeprazol, famotidina
- Laxantes: lactulosa, para evitar tenesmo por masas pelvianas
- Broncodilatadores y corticosteroides en masas pulmonares
- Hemostáticos en hemorragias (ácido tranexámico, vitamina K)
3. Apoyo nutricional
La caquexia oncológica es un problema frecuente. El paciente necesita energía, proteínas de calidad y palatabilidad para mantener fuerza y función inmune. Estrategias útiles:
- Dietas hipercalóricas específicas (latas para convalecencia)
- Alimentación asistida (jeringa, sonda si necesario)
- Estimulantes del apetito: mirtazapina, capromorelina
4. Higiene y confort
Aspectos como la movilidad, higiene del entorno, cuidado del pelaje o control de úlceras por decúbito son esenciales, sobre todo en pacientes encamados o con debilidad avanzada.
- Cama ortopédica, cambios posturales regulares
- Higiene genital y anal en pacientes incontinentes
- Higiene ocular y nasal si hay secreciones tumorales
5. Acompañamiento emocional y comunicación
El vínculo entre veterinario, paciente y tutor es fundamental. La empatía, la comunicación honesta y continua, y la disponibilidad ante dudas o empeoramientos hacen que el proceso sea más humano y ético.
Los cuidadores deben saber:
- Qué esperar en cada fase
- Qué signos indican sufrimiento
- Cuándo podría ser necesario plantear la eutanasia
Tabla resumen: medicación paliativa habitual en oncología veterinaria
Fármaco | Dosis recomendada | Indicaciones |
Metadona | 0,2–0,5 mg/kg IV/IM cada 6–8 h | Dolor moderado-severo |
Buprenorfina | 0,01–0,02 mg/kg IV/SC cada 8 h | Dolor leve-moderado, gatos |
Gabapentina | 10–20 mg/kg cada 8–12 h VO | Dolor neuropático |
Maropitant | 1 mg/kg/día SC/IV/VO | Náuseas, vómito |
Omeprazol | 0,5–1 mg/kg cada 24 h VO | Protección gástrica |
Mirtazapina (gato) | 1,88–2 mg/gato cada 48 h VO | Estimulante del apetito |
Capromorelina (perro) | 3 mg/kg/día VO | Estimulante del apetito canino |
¿Y cuándo hablar de eutanasia?
La eutanasia veterinaria no es un fracaso, sino una decisión compasiva cuando el sufrimiento supera la posibilidad de controlarlo. La decisión debe tomarse de forma consensuada, con sensibilidad, claridad y sin juzgar. Hay que preparar a la familia, evitar improvisaciones y facilitar una despedida tranquila y respetuosa.
Conclusión
Los cuidados paliativos en pacientes oncológicos no son una renuncia, sino una elección activa por el bienestar. En la clínica, requieren una mirada integral, decisiones éticas compartidas y conocimientos médicos sólidos. Aplicarlos con profesionalidad y humanidad nos convierte en mejores veterinarios y mejores personas.
Referencias
- Vail, D. M., Thamm, D. H., & Liptak, J. M. (2020). Withrow and MacEwen’s Small Animal Clinical Oncology (6.ª ed.). Elsevier.
- Lynch, T. J. (2021). Palliative Care and Hospice in Veterinary Practice. Veterinary Clinics of North America: Small Animal Practice, 51(1), 1–17.
- Plumb, D. C. (2022). Plumb’s Veterinary Drug Handbook (9.ª ed.). Wiley-Blackwell.