La mayoría de los veterinarios realizamos múltiples inyecciones intramusculares (IM) y subcutáneas (SC) al día. Son técnicas aparentemente sencillas, pero en realidad pueden conllevar complicaciones importantes si no se ejecutan de forma correcta.
Reacciones adversas, necrosis, abscesos o incluso fallos terapéuticos pueden derivarse de una mala elección de vía, volumen o zona anatómica. Veamos cómo evitar errores frecuentes en la administración de fármacos inyectables para garantizar un tratamiento seguro y eficaz.
¿Qué es una iatrogenia y por qué se produce en la administración IM o SC?
Antes de entrar en protocolos o recomendaciones, hay que tener claro qué entendemos por iatrogenia. Se trata de cualquier daño involuntario causado por una intervención médica, y las inyecciones parenterales están entre las causas más comunes en la práctica clínica.
En el contexto veterinario, estos errores pueden producirse por factores tan diversos como un mal manejo del animal, un producto mal conservado o la administración de un fármaco por una vía no recomendada.
En perros y gatos, la vía IM y SC se utiliza rutinariamente para antibióticos, antiinflamatorios, vitaminas, sedantes y otros tratamientos. Aunque parezcan inocuas, estas técnicas deben aplicarse con rigor para evitar efectos no deseados.
¿Cómo diagnosticar una iatrogenia por inyección?
Detectar una iatrogenia a tiempo permite actuar con rapidez y minimizar complicaciones. La mayoría de los errores no se detectan en el momento de la inyección, sino en las horas o días posteriores. Por eso, conviene conocer los signos que pueden hacernos sospechar que algo no ha ido bien.
Veamos algunos indicios clínicos típicos tras una inyección que deben ponernos en alerta:
- Inflamación o dolor localizado en el punto de inyección
- Cojera o rechazo al movimiento, si se ha infiltrado músculo
- Fiebre sin causa aparente
- Secreción purulenta o formación de abscesos subcutáneos
- Reacciones anafilácticas inmediatas: disnea, vómitos, colapso
- Cambios bioquímicos inesperados tras el tratamiento
Una buena anamnesis, una revisión del historial medicamentoso y una palpación detallada de la zona son claves para determinar si el problema es atribuible a una iatrogenia.
Factores predisponentes en perros y gatos
No todos los pacientes tienen el mismo riesgo de sufrir una reacción adversa tras una inyección. Hay factores anatómicos, fisiológicos y clínicos que debemos tener en cuenta antes de administrar cualquier fármaco IM o SC.
Especie y características individuales
En gatos, el espacio subcutáneo es más limitado y la tolerancia a ciertos excipientes o vehículos es menor. Los corticosteroides y algunos AINEs pueden producir necrosis si se administran SC, especialmente si no se respeta la zona correcta.
En perros, el tamaño y masa muscular determinan la elección de aguja y volumen. Las razas pequeñas o cachorros tienen poca masa muscular y mayor sensibilidad a errores de dosificación o de técnica.
Además, hay que tener especial cuidado en:
- Animales obesos: dificultan la correcta localización del tejido SC y reducen la absorción.
- Geriátricos o inmunosuprimidos: mayor riesgo de infecciones y mala cicatrización.
- Deshidratados: menor perfusión y riesgo de extravasación o necrosis.
Protocolos clínicos para evitar iatrogenias por vía IM o SC
Ya sabemos que los errores pueden venir por múltiples frentes, pero también tenemos herramientas para evitarlos. Vamos a ver un conjunto de recomendaciones clínicas que permiten reducir al mínimo los riesgos de una mala administración inyectable.
Evaluación previa del fármaco
Siempre que vayáis a administrar un fármaco por vía IM o SC, revisad su ficha técnica. No todos los principios activos son aptos para ambas vías. Hay medicamentos diseñados exclusivamente para vía IV, otros que solo pueden ir SC y algunos que son demasiado irritantes para ciertas localizaciones.
Además, tened en cuenta:
- El pH y viscosidad del producto
- La compatibilidad si se va a mezclar en la misma jeringa (algo que solo debe hacerse con fármacos compatibles)
- El volumen total a inyectar: nunca exceder 2-3 ml por punto en gatos y 3-5 ml en perros, salvo en zonas muy musculadas
Técnica de inyección correcta
Veamos qué pasos seguir para minimizar errores técnicos:
- Asepsia: desinfectar la piel con clorhexidina o alcohol, y usar jeringas y agujas estériles.
- Elección de aguja: adecuada al tamaño del animal y a la viscosidad del producto.
- Zona anatómica segura:
- IM: músculos epaxiales (a nivel lumbar) o cuádriceps
- SC: lateral del cuello o espacio interescapular
- IM: músculos epaxiales (a nivel lumbar) o cuádriceps
- Contención del paciente: imprescindible para evitar movimientos bruscos que generen lesiones.
- Aspiración previa: en IM, asegurar que no estamos en un vaso sanguíneo.
Vigilancia tras la inyección
Es importante no soltar al paciente y dar por concluida la visita justo después de la inyección. Esperad unos minutos para observar posibles reacciones inmediatas. En tratamientos nuevos, mantened la vigilancia al menos 30 minutos.
Además, registrad siempre:
- Nombre del fármaco, lote y fecha de caducidad
- Dosis, vía y zona de administración
- Hora exacta de aplicación
Tabla práctica de errores frecuentes y su prevención
Error común | Posible consecuencia | Medida preventiva clave |
Usar SC para medicamentos irritantes | Necrosis, inflamación severa | Confirmar vía adecuada según ficha técnica |
No respetar volumen máximo por punto | Dolor, abscesos, necrosis | Dividir en varios puntos si es necesario |
Mezclar fármacos sin comprobar compatibilidad | Inactivación, precipitados, reacciones adversas | Consultar manuales de compatibilidad previa |
Inyección en grasa subcutánea | Absorción ineficaz, irritación | Identificar zona bien vascularizada |
Mala técnica de contención | Lesión accidental, punción incorrecta | Utilizar ayuda profesional si el animal es inestable |
Dosis errónea por confusión de concentración | Toxicidad o falta de efecto | Verificar presentación y concentración cada vez |
Tabla resumen
Punto clave | Recomendación práctica |
Aguja para SC en gatos | 23G o 25G, corta (16-19 mm) |
Aguja para IM en perros | 21G o 22G, media o larga (25-40 mm según tamaño) |
Volumen máximo por punto SC | 2-3 ml en gatos, hasta 5 ml en perros medianos o grandes |
Volumen máximo por punto IM | 0,5-2 ml en gatos, hasta 3-5 ml en perros |
Técnica de aspiración | Siempre en inyecciones IM para evitar inyección intravascular |
Observación post-inyección | Mínimo 30 minutos si se trata de un fármaco nuevo o sensible |
Conclusión
Inyectar un medicamento por vía IM o SC no es solo pinchar y listo. Hay que conocer bien el producto, la especie, el paciente y aplicar una técnica depurada. La mayoría de las iatrogenias relacionadas con inyecciones pueden evitarse con unos pocos pasos bien ejecutados: revisar la vía, respetar los volúmenes, usar la aguja adecuada y observar al animal tras la administración. En resumen, lo que parece rutina puede convertirse en un problema si se descuidan los detalles.
Referencias
- Plumb, D. C. (2023). Plumb’s Veterinary Drug Handbook (9th ed.). Wiley-Blackwell.
- Papich, M. G. (2016). Saunders Handbook of Veterinary Drugs (4th ed.). Elsevier.
- Radostits, O. M., Gay, C. C., Hinchcliff, K. W., & Constable, P. D. (2007). Veterinary Medicine: A textbook of the diseases of cattle, horses, sheep, pigs and goats (10th ed.). Elsevier Health Sciences.
- Grimm, K. A., Lamont, L. A., Tranquilli, W. J., Greene, S. A., & Robertson, S. A. (2015). Veterinary Anesthesia and Analgesia: The Fifth Edition of Lumb and Jones. Wiley-Blackwell.
- EMA (2021). Veterinary medicinal products: Good veterinary practice guidelines. European Medicines Agency.