¿Cuánto sabemos las ATVs sobre las fases de la anestesia?

Los procesos anestésicos y todas las fases de la anestesia son conceptos y situaciones que, como ATVs, vemos habitualmente en la clínica. Seguramente al hablar de anestesia lo primero que se nos viene a la cabeza es una cirugía. Y por supuesto que los procesos quirúrgicos necesitan anestesia.

Pero la anestesia también se utiliza en muchos otros procedimientos, como en algunas pruebas de diagnóstico por imagen (RX, ecografías, TAC, etc).

Así que la anestesia no es un proceso que nos resulte ajeno como ATVs. Aun así, ¿Tenemos claro en qué consiste un proceso anestésico? ¿Sabemos identificar sus fases? ¿Qué papel jugamos las auxiliares durante este proceso? ¡Vamos a responder a todas estas preguntas y muchas más!

¿Qué es una anestesia?

La anestesia se define como la producción reversible de la insensibilidad al dolor. Y el dolor es la percepción consciente de un estímulo nocivo. Teniendo en cuenta estas definiciones y su importancia, veamos algunas otras relacionadas:

  • Hipnosis: Inconsciencia reversible, sueño producido por agentes anestésicos
  • Analgesia: Reducción o abolición de la percepción de dolor
  • Relajación muscular: Parálisis flácida de los músculos esqueléticos que facilita la cirugía, que tiende a aumentar con la dosis y que es específica del fármaco. ¡Ojo! Los fármacos que generan bloqueo neuromuscular y relajación muscular completa no son anestésicos, ya que no afectan la conciencia.

Pues el objetivo de la anestesia es conseguir todo lo anterior sin perjudicar ni al paciente ni al personal que estamos administrando los fármacos. Por lo regular, una anestesia general tiene que cumplir los siguientes 4 criterios:

  1. Sueño inducido
  2. Ausencia de dolor
  3. Ausencia de recuerdo
  4. Reducción de reflejos (deglutor, palpebral y corneal, entre otros)

También hay que tener muy claro que un proceso anestésico conlleva ciertos riesgos, y que durante el procedimiento se pueden presentar complicaciones. Para minimizar estos riesgos, son necesarias las pruebas preanestésicas, así como conocer la clasificación ASA sobre el estado físico y de la salud de los pacientes veterinarios. 

Evaluación pre-anestésica y preparación del material

Como ya hemos comentado, para minimizar los riesgos anestésicos y conocer el estado de salud del paciente, hay que hacer una evaluación preanestésica. En estas pruebas debemos obtener la mayor cantidad de información, y constan de:

  • Anamnesis  completa: estarán incluidos la edad, el peso, la especie, el sexo, la raza, patologías pre-existentes, medicación que toma y todos los datos relevantes de su historial veterinario
  • Exploración física completa: Comenzaremos por las menos invasivas hasta las más invasivas, y tomaremos en cuenta: temperatura, pulso, frecuencia respiratoria, color de las mucosas, auscultación cardíaca, auscultación pulmonar, estado de hidratación y el estado neurológico
  • Analíticas sanguíneas: dependiendo de la patología y el estado físico del paciente, pueden ser necesarias más pruebas sanguíneas. Las analíticas básicas preanestésicas constan de un hemograma y bioquímica básica (ALT, fosfatasa alcalina, BUN, CREA, GLU y proteínas totales)
  • Pruebas de diagnóstico por imagen: radiografía de tórax, abdomen y/o de la parte necesaria en la cirugía, ecografías, etc

Evaluación preanestésica veterinaria

Imagen extraída del Programa de Anestesia y Cirugía de Cuas

También es importante que el tutor esté bien informado del procedimiento que se le va a realizar al animal, y tenemos que asegurarnos de que lo entienda antes de firmar el consentimiento de anestesia. No podemos olvidarnos que también tenemos que confirmar con el tutor que el animal está en ayunas, de mínimo 8 horas (en cada caso el veterinario pautará el ayuno que crea conveniente).

Este examen preanestésico, en muchas ocasiones lo hacemos las ATVs. Si observamos cualquier anormalidad en algunos de los puntos mencionados tenemos que transmitirlo a todo el equipo veterinario. Incluso hay veces que las cirugías hay que posponerlas hasta que los parámetros estén estables y/o dentro de los rangos adecuados.

En el caso de que todo vaya bien, empezaremos a preparar el material necesario. Aunque puede variar dependiendo de la cirugía, en general consta de: agujas, jeringas, gasas, rasuradora, clorhexidina, povidona yodada, catéter, esparadrapo, venda cohesiva, abrebocas, tubos endotraqueales, laringoscopio.

También prepararemos todo el material esteril y comprobaremos el correcto funcionamiento de la máquina de anestesia.

Premedicación

Después de realizar todo el proceso preanestésico, da comienzo la primera fase de la anestesia: la premedicación. El objetivo de la premedicación en:

  • Calmar al animal, permitiendo una inducción suave mediante una pequeña dosis de fármaco de inducción. 
  • Posibilitar la fácil manipulación del animal. 

Los fármacos utilizados en premedicación son sedantes y analgésicos. La combinación ideal debe conllevar pocos efectos secundarios, ser predecible, de acción rápida, segura, fácil de administrar y que nos asegure reducir la cantidad de fármacos de inducción.

Aunque sabemos que no debemos administrar ningún medicamento sin la prescripción veterinaria, las ATVs somos las que preparamos las dosis de fármaco necesario. Por eso, es importante anticiparnos y saber cuáles son los fármacos más utilizados en premedicación.

Entre los sedantes tenemos:

  • Fenotiacinas: como la acetilpromacina (ACP)
  • Butirofenonas
  • Benzodiazepinas: diazepam y midazolam
  • Agonistas alfa 2: como la medetomidina o la dexmedetomidina. 

En la premedicación, los sedantes se combinan con analgesia, entre las que se encuentran:

  • AINEs: como el meloxicam. 
  • Opioides: usados con los agonistas alfa 2 como sedantes, los más habituales son la morfina, metadona, fentanilo, buprenorfina, butorfanol
  • Los corticoides no suelen ser habituales en premedicación

En esta premedicación también utilizaremos anestésicos locales cuando sea necesario.

Inducción

La segunda fase de la anestesia es la inducción. Consiste en la administración de fármacos que conducen a un estado de inconsciencia para conseguir el plano anestésico necesario para la cirugía. 

En esta fase, lo primero que haremos las ATVs es intubar al paciente, y para ello tendremos en cuenta cuando se produce la pérdida de reflejo deglutor y palpebral. Nos aseguraremos que el tubo endotraqueal está colocado correctamente observando los movimientos del tórax del paciente.

Es importante tener en cuenta que los gatos suelen presentar laringoespasmo a la hora de intubar. Para evitar complicaciones y poder intubar correctamente, se suele utilizar un spray de lidocaína a nivel local

Durante este proceso es importante mantener una monitorización constante del animal, de todas sus constantes vitales, y por supuesto, de la posición del paciente. Esta debe ser lo más natural posible para el paciente, y que permita realizar el procedimiento sin problemas.

En cuanto a los fármacos, en la clínica de pequeños animales, normalmente la inducción se realiza mediante fármacos inyectados de forma intravenosa. El protocolo anestésico de inducción varía según el paciente. Se pueden utilizar varios fármacos pero el inductor por excelencia es el propofol (fenol). 

Mantenimiento

El mantenimiento es la tercera fase de la anestesia. En este punto es importante que sepamos diferenciar el plano anestésico adecuado para el procedimiento que se está llevando a cabo.

Para identificar el plano anestésico, podemos utilizar tanto la posición del globo ocular, como los reflejos palpebral y corneal.

Por ejemplo, en planos anestésicos demasiado profundos, el globo ocular estará en posición central, no habrá reflejos palpebrales ni corneales, y la pupila estará completamente dilatada.

En cambio, en planos anestésicos insuficientes, empezarán a aparecer los reflejos.

Durante el proceso de mantenimiento anestésico también es de vital importancia una correcta monitorización, y saber actuar de forma rápida y precisa en cuanto detectamos algún valor fuera de lo habitual. Y por supuesto, prevenir cualquier complicación que pueda surgir.

En cuanto a los fármacos utilizados, en la fase de mantenimiento anestésico normalmente se utilizan los gases inhalados, transportados a través de O2. Los fármacos que se suelen utilizar en esta fase en la clínica de pequeños animales son el isoflurano y el sevoflurano.

Recuperación

La fase de recuperación de la anestesia en pequeños animales es una de las más importantes, ya que es durante esta fase donde ocurren la mayoría de muertes y complicaciones graves. Por eso es importantísimo una buena monitorización y saber actuar lo más rápido posible.

Una vez finalizada la fase de mantenimiento, se cerrará el gas anestésico y aumentaremos el flujo de aire y O2 para oxigenar al paciente. Mientras se lleve a cabo este proceso prestaremos atención a su nivel de conciencia mirando la aparición progresiva de reflejos. Todo esto se lleva a cabo en la mesa de operaciones.

Para saber cuándo trasladar al paciente a la hospitalización, tendremos en cuenta varios factores, entre ellos:

  • Animal consciente, alerta y que haya recuperado los reflejos
  • La temperatura corporal debe situarse por encima de los 35 ºC
  • La mucosas deben ser rosadas y su SPO2 mayor al 94%
  • Debe mantener un patrón respiratorio sin alteraciones y con una frecuencia dentro del rango de la especie y raza

Una vez en hospitalización, debemos seguir manteniendo una correcta monitorización y darle todos los cuidados necesarios hasta que el animal abandone nuestro centro veterinario.

Así que las funciones de las ATVs en cada fase de la anestesia son diferentes y variadas, siendo el objetivo principal siempre asegurar el plano anestésico adecuado, minimizando los riesgos y complicaciones y asegurándonos el bienestar del animal.

¿Conocías todas las fases de la anestesia y el papel que jugamos las ATVs en ellos? ¡Aprende más sobre anestesia!

Bibliografía

Desiré Huerga

Desiré es licenciada en física por la Universidad del País Vasco y ATV. Uniendo estas dos pasiones, ha realizado varios cursos de especialización sobre diagnóstico por imagen, haciendo internados en hospitales. Además, se enamoró del quirófano desde el primer día que entró en uno. Le encanta la divulgación, y piensa que la formación continúa y la información veraz es imprescindible para esta profesión.

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