Complicaciones anestésicas veterinarias más comunes

Aunque las complicaciones anestésicas no son un tema del que nos suele gustar hablar, la realidad es que existen. Ante cualquier procedimiento veterinario que requiera de una anestesia, hay posibilidad de que existan complicaciones, y en ocasiones, por desgracia, puede llegar a ser fatales. 

Por eso, como ATVs, cuánto más sepamos acerca de ellas, más fácil será anticiparlas, prevenirlas y tratarlas, ayudando de esta forma a todo el equipo veterinario. Y por supuesto, evitando males mayores en nuestros pacientes.

Tenemos que saber que los sistemas orgánicos que tienen más riesgos de complicaciones anestésicas son el sistema nervioso central (SNC), el cardiovascular y el respiratorio. De ahí que sea vital la monitorización (en la que las ATVs participamos de forma activa) de estos sistemas durante todo el proceso anestésico.

Pero, ¿Por qué ocurren estas complicaciones? ¿Se puede hacer algo para evitarlas? ¿Cuáles son las más comunes? Si te apetece tener la respuesta a estas preguntas, ¡Sigue leyendo!

¿Por qué ocurren esas complicaciones anestésicas? ¿Cuándo ocurren?

Las complicaciones anestésicas pueden ocurrir en cualquier momento durante el procedimiento, pero existe más riesgo de ello en el periodo de recuperación.

En general, los motivos por lo que ocurren se pueden englobar en 3 bloques: los factores relacionados con el propio paciente, los factores relacionados con la anestesia en sí misma, y los factores relacionados con el procedimiento.

Vamos a ver estos 3 bloques para entender mejor el origen de las complicaciones y de la valoración del riesgo anestésico.

Factores relacionados con el paciente

A la hora de anestesiar un animal hay que tener muy claro el tipo de paciente ante el cuál nos encontramos. Es muy diferente anestesiar un perro joven y sano, un cachorro en pleno crecimiento, un gato obeso, o un perro senior de raza gigante, entre otras. Por eso, algunos de los factores de riesgo anestésico relacionados con el paciente son:

      • Especie: si hablamos de pequeños animales, hay que saber que los gatos tienen mayor riesgo de mortalidad anestésica que los perros.

      • Raza: el componente genético y fisiológico de cada raza puede influir a la hora de aumentar el riesgo anestésico. Aquí se pueden poner muchos ejemplos, pero por citar alguno, tenemos que tener en cuenta que los animales braquicéfalos suelen tener anomalías en las vías respiratorias. Otro ejemplo puede ser el del gen MDR1 de resistencia a varios fármacos, que suelen tener los perros pastores tipo collie. Esta mutación hace que algunos fármacos anestésicos produzcan efectos mucho mayores en estas razas que en las que no tienen la mutación.

      • Peso: siempre es un factor importante, tanto por exceso como por defecto. Los animales obesos tienen más predisposición a sufrir problemas en las vías respiratorias y atelectasia debido a la anestesia. Por el contrario, los animales caquécticos pueden sufrir de hipotensión e hipoglucemia.

      • Edad: los pacientes neonatos tienen algunos órganos inmaduros y su capacidad fisiológica de metabolizar los fármacos está reducida en comparación con los adultos. Por eso, en neonatos se aconseja la fluidoterapia durante la anestesia, así como fuentes de calor para evitar la hipotermia. Por el contrario, los pacientes geriátricos, son más propensos a hipoxia e hipoventilación. Además de que pueden tener otras patologías asociadas.

    Factores relacionados con la anestesia

    Como ya hemos comentado, la mayoría de fármacos anestésicos producen depresión en el SNC, el cardiovascular y el respiratorio. Los efectos en cada uno de estos sistemas dependen de la farmacología de cada medicamento, pudiendo incluir desde vasodilatación, vasoconstricción o alteraciones en la termorregulación, entre otros.

    Pero algo que hay que tener muy presente es que la mayoría de complicaciones relacionadas con la anestesia son debido a errores humanos, a nuestros propios errores. 

    Puede haber fallos en la administración de fármacos (fármaco no adecuado, dosis elevadas o bajas, fallo en la vía más adecuada de administración, etc), o en los equipos (tanto humanos como las máquinas anestésicas).

    Así que, como vemos, es de vital importancia intentar reducir al máximo los riesgos de complicación anestésica que depende del equipo humano.

    Factores relacionados con el procedimiento

    Según el procedimiento que se le está realizando al paciente, existen algunos factores de riesgo que aumentan la posibilidad de complicaciones anestésicas. 

    Por ejemplo, cuando la anestesia se administra para realizar una cirugía, es posible que se genere una hemorragia no controlada, y esto afecta a los fármacos administrados. Teniendo esto en cuenta es muy recomendable que siempre haya una persona en quirófano monitorizando la anestesia.

    Aquí te dejamos un enlace directo a nuestro programa de cirugía y anestesia.

    Complicaciones más comunes, sus causas y cómo prevenirlos o solventarlos cuando aparecen

    Cuanto más conozcamos las ATVs acerca de los riesgos anestésicos y sus complicaciones más frecuentes, más preparado estará todo el equipo veterinario para actuar en caso necesario. De esta forma podemos contribuir a prevenir los riesgos de morbilidad y mortalidad de nuestros pacientes.

    Así que vamos a ver las complicaciones más comunes, como actuar si se presentan y qué podemos hacer para evitarlas, en la medida de lo posible.

    Hipotermia

    Sin lugar a dudas, la hipotermia es uno de los problemas anestésicos más comunes. Como ya sabemos, la hipotermia ocurre cuando la temperatura corporal baja por debajo de los 37ºC. En este caso, la pérdida de calor es superior al calor que el propio organismo produce.

    ¿Y por qué pasa esto durante la anestesia? Hay varios motivos por lo que se puede producir la hipotermia. Por un lado tenemos el fármaco anestésico administrado, que hace que se deprima el centro termorregulador ubicado en el hipotálamo.

    Por otro lado, si ubicamos al paciente en una mesa de quirófano fría, lo rapamos y preparamos la piel con soluciones frías, harán que baje su temperatura corporal. Además, también tenemos que tener en cuenta que, cuando estamos en una cirugía, se abren las cavidades corporales y esto hace que se pierda más calor.

    Es muy importante medir de forma constante la temperatura, ya que la hipotermia produce bradicardia, vasodilatación, hipotensión y depresión respiratoria.

    ¿Se puede hacer algo para reducir esta complicación? Sí, hay algunas pautas que podemos llevar a cabo para reducirlas. Entre ellas se encuentran:

        • Calentar al paciente con mantas, calefacción, etc durante todo el proceso anestésico

        • Rapar la cantidad de pelo justa y necesaria para realizar la intervención

        • Limpiar y preparar la piel con soluciones tibias

        • Reducir el tiempo quirúrgico y anestésico al mínimo posible

      Hipotensión

      Hablamos de hipotensión cuando la presión arterial media (PAM) está por debajo de 60 mmHg. Los valores por debajo indican una deficiencia de perfusión en los tejidos.

      presión arterial media veterinaria

      ¿Por qué puede bajar la tensión arterial durante la anestesia? Entre estos factores se encuentran los diferentes fármacos que se utilizan en anestesia. Cada fármaco utilizado puede tener unos efectos en el organismo, y por lo tanto, es indispensable conocerlos para tratar de forma adecuada la hipotensión cuando se presenta.

      Entre otros métodos que nos puede ayudar a manejar la hipotensión anestésica se encuentra el cambiar al paciente de postura. Los pacientes en posición de decúbito dorsal tienen sus órganos abdominales ejerciendo presión en las venas y arterias, pudiendo producir hipotensión.

      Si se han utilizado todos los métodos que hemos mencionado y ninguno ha dado resultado para tener una PAM por encima de 60 mmHg, se puede recurrir a fármacos como noradrenalina o dopamina, entre otros.

      Hipoventilación

      Tenemos que saber que la mayoría de fármacos que se utilizan en anestesia deprimen el sistema respiratorio. Por eso, durante la anestesia puede disminuir la frecuencia respiratoria del paciente.

      Pero los fármacos anestésicos no son los únicos que pueden conllevar a hipoventilación. Entre los factores que pueden causar se encuentran por un lado la posición del paciente, que puede comprimir el tórax, y por otro las patologías propias del paciente en el SNC o el sistema respiratorio.

      ¿Y a qué puede llevar una hipoventilación? Con ella el paciente puede presentar hipercapnia (CO2 aumentado en sangre) e hipoxemia (O2 disminuido en sangre).

      Para reducir la hipoventilación durante la anestesia se puede ajustar al mínimo el anestésico volátil que se está utilizando. O bien, administrar antagonistas del anestésico (como la naloxona para revertir los opioides). También podemos cambiar de postura al paciente, si sospechamos que la hipoventilación es debido a la compresión del tórax.

      Dolor y nocicepción

      Cuando un paciente está bajo los efectos de la anestesia, no puede sentir propiamente dolor, sino nocicepción. La nocicepción se define como el suceso fisiológico neuronal mediante el cual se codifican y procesan los estímulos potencialmente dañinos contra los tejidos. Una vez despierto nuestro paciente despierta, sí puede sentir dolor.

      ¿Qué signos de nocicepción se pueden observar durante la anestesia?

          • Frecuencia cardíaca aumentada

          • Frecuencia respiratoria aumentada

          • Presión arterial aumentada

          • Aligeramiento del plano anestésico

        Para minimizar la nocicepción y el posterior dolor, se recomienda usar una analgesia multimodal. Es decir, utilizar analgésicos diferentes ya que nos obliga a poner menos dosis de cada uno de ellos y minimiza durante todo el proceso de la anestesia.

        Arritmias (bradiarritmias, taquiarritmias)

        Otras complicaciones anestésicas que nos podemos encontrar durante la anestesia son las arritmias, ya sean bradiarritmias o taquiarritmias. 

        Cuando se observan bradiarritmias en pacientes anestesiados, pueden deberse a múltiples factores. Entre ellos se encuentran la hipotermia, la hiperkalemia, el reflejo de Cushing asociado con presión intracraneal elevada y enfermedad miocárdica.

        En cuanto a las taquiarritmias, también pueden deberse a varios factores. Entre ellos se encuentran una profundidad inadecuada de anestesia, dolor, hipotensión, hipovolemia, hipoxemia, anemia, hipercapnia, hipertermia, hipoglucemia o enfermedades miocárdicas, entre otras.

        Cuando se observa cualquier tipo de arritmia durante la anestesia, para solucionarlo tenemos que localizar la causa por la que es debida y corregirla, para evitar mayores complicaciones.

        Intubación

        A la hora de realizar una intubación endotraqueal a nuestros pacientes también se pueden presentar dificultades. Entre las dificultades que nos podemos encontrar:

            • Razas braquicéfalas: Al tener un paladar largo y blando, la intubación puede complicarse. Por ello, se recomienda la oxigenación previa durante 5 minutos mediante una máscara facial

            • Espasmos laríngeos: Normalmente sucede en gatos, debido a que tienen una laringe muy sensible. En estos casos donde se dificulta la intubación por este motivo, se recomienda aplicar un poco de lidocaina en spray.

            • Vómitos o regurgitación: Las razas braquicéfalas son las más propensas a padecerlo durante la anestesia. Para evitar esta posible complicación, los antieméticos son recomendables.

          Conoce más acerca de vómitos o regurgitación y sus diferencias.

          Reacciones anafilácticas

          Aunque no sea una complicación muy común, tenemos que hablar de las posibles reacciones anafilácticas, ya que si no se corrigen a tiempo pueden llevar a la muerte a nuestro paciente.  

          Los signos clínicos que se pueden observar incluyen taquicardia repentina y severa e hipotensión. También puede ocurrir broncoconstricción, que deriva en dificultades de ventilación e hipoxemia. 

          ¿Qué hacemos ante una reacción anafiláctica a la anestesia? Lo primero, suspender la anestesia general, antagonizar cualquier anestésico, oxigenoterapia, fluidoterapia y administración de epinefrina.

          Muerte anestésica

          Aunque por suerte no suele suceder, el riesgo de muerte anestésica existe. Según un estudio realizado en Reino Unido, se estima que entre 0,1–0,2 % de los perros y gatos sanos y el 0,5–2 % de los enfermos y gatos mueren de una muerte relacionada con la anestesia. Además, de estas muertes, casi el 50% sucede en el periodo postoperatorio.

          ¿Qué podemos sacar en claro de esto? Que la monitorización durante el postoperatorio es vital para poder reaccionar ante cualquier parámetro fuera de los rangos normales. Las que más tiempo pasamos con los pacientes, en UCI o en hospitalización somos las ATVs, y tenemos que saber llevar un control exhaustivo.

          ¿Cómo podemos minimizar la aparición de complicaciones anestésicas?

          Si analizamos todas las posibles complicaciones que pueden existir durante la anestesia, nos damos cuenta que para minimizar la aparición de todas ellas de forma conjunta es necesaria una planificación de la anestesia. 

          Esta planificación depende de muchos factores, pero en resumen podemos realizar un plan con los siguientes pasos:  

              • Realización del examen preanestésico: En él se deben incluir la especie, el individuo, un examen físico general, su historia clínica y los resultados de todas las pruebas diagnósticas.

              • Realizar un plan anestésico: Este debe ser completamente individualizado, teniendo en cuenta todas las características propias del paciente.

              • Verificación del equipo anestésico: El equipo debe ser verificado y revisado durante todo el proceso anestésico (pre, peri y post anestesia)

              • Monitorización: Se ha comprobado que una monitorización exhaustiva del paciente durante la anestesia es vital para evitar la morbilidad y/o mortalidad. En esta monitorización se incluyen el mantenimiento de la fisiología de todos los sistemas orgánicos, la detección de anomalías y el conocimiento sobre cómo proceder, y el mantenimiento de un plano anestésico adecuado. Y como ya hemos comentado, la monitorización post operatorio es indispensable.

            Conclusiones acerca de las complicaciones anestésicas

            Si trabajas en un centro donde se realizan cirugías y procedimientos que requieren de anestesia, seguro que has rellenado el consentimiento de anestesia para entregárselo a los clientes para que lo firmen. ¿Pero sabemos nosotras y ellos las complicaciones que conlleva la anestesia?

            Como ya hemos visto a lo largo del artículo, conocer las complicaciones más comunes, tanto del paciente como del procedimiento, intentar prevenirlas y saber tratarlas cuando ocurren es fundamental. 

            Además, también es necesario hacer una examinación exhaustiva de nuestros pacientes antes de cualquier anestesia. Y con ello, una de las cosas más importantes es la monitorización durante todo el proceso anestésico para identificar y tratar cualquier anomalía lo antes posible si llegara a ocurrir.

            Así que, sí. La anestesia es un mundo apasionante para ATVs en el que tenemos mucho que decir 🙂 Para seguir en formación, también puedes echar un ojo a nuestro Postgrado de urgencias.

            Desiré Huerga

            Desiré es licenciada en física por la Universidad del País Vasco y ATV. Uniendo estas dos pasiones, ha realizado varios cursos de especialización sobre diagnóstico por imagen, haciendo internados en hospitales. Además, se enamoró del quirófano desde el primer día que entró en uno. Le encanta la divulgación, y piensa que la formación continúa y la información veraz es imprescindible para esta profesión.

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