¿Cómo es la fase de recuperación anestésica en pequeños animales? 

Una buena recuperación anestésica es fundamental para evitar riesgos asociados a los fármacos anestésicos usados. En esta fase anestésica, las ATVs jugamos un papel primordial, ya que somos las que monitorizamos al animal hasta que este vuelve a su estado basal.

Según varios estudios publicados (os los dejamos en la bibliografía), se establece que más de la mitad de las muertes perioperatorias, tanto en perros como en gatos, ocurren durante la fase de recuperación. 

¿Qué conclusiones podemos sacar de esto? Pues que es imprescindible que conozcamos los posibles riesgos anestésicos, sus complicaciones, y qué y cómo monitorizar durante esta fase tan crítica.

¡Así que vamos con todo a la fase de recuperación de la anestesia!

¿Qué es la fase de recuperación anestésica?

Estamos hablando acerca de la recuperación anestésica, pero, ¿sabemos exactamente qué significa esto? ¿Cuál es su definición?

Pues es la recuperación gradual de los sistemas orgánicos y los reflejos que han sido suprimidos durante el proceso anestésico. Para ello, es necesario que todos los fármacos administrados se metabolicen de forma correcta y sin causar efectos secundarios.

La importancia de la monitorización en la recuperación anestésica: ¿Qué sistemas están implicados?

Los diferentes fármacos anestésicos que se utilizan producen efectos en varios sistemas orgánicos. Los sistemas más afectados, y por lo tanto, los que requieren de mayor monitorización son el cardiovascular, el respiratorio y el neurológico. ¿Los vemos en detalle?

Sistema cardiovascular

El sistema cardiovascular es uno de los más importantes del organismo, y es por ello que la monitorización detallada en la fase de recuperación de anestesia es tan fundamental. 

Gracias a este sistema se distribuye el oxígeno, las hormonas, los nutrientes y todo tipo de sustancias (agua, electrolitos, etc) necesarias para las células y los tejidos. Por eso podemos decir que el sistema cardiovascular tiene tantas funciones como órganos a los que irriga. ¡Y no podemos olvidar que tiene una estrecha relación con la temperatura corporal!

Teniendo todo esto en cuenta, ¿cómo empezamos a monitorizar el sistema cardiovascular en la fase post anestésica? Comenzaremos midiendo la frecuencia cardiaca (FC). Para ello utilizaremos un estetoscopio, la palpación, un pulsioxímetro, o un electrocardiograma.

El pulsioxímetro es uno de los equipos más útiles en esta fase, ya que no es invasivo, nos da bastante información, y se utiliza de forma rápida y sencilla.

Comprobaremos si existe una FC baja, alta, o si hay arritmias. Todo ello teniendo en cuenta la especie que estamos tratando y los efectos esperados tras los fármacos anestésicos administrados en cada caso.

También haremos una palpación del pulso periférico, que nos dará información acerca del riego sanguíneo a nivel periférico mediante el ritmo, la frecuencia y la calidad de éste. 

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Es importante la medición de la presión sanguínea (tanto arterial sistólica PAS, diastólica PAD, como media PAM), sobre todo en pacientes que han tenido una clara hipotensión durante el procedimiento anestésico, que han perdido mucha sangre y en aquellos en el que el proceso de recuperación se está alargando. Se pueden utilizar tanto métodos no invasivos cómo invasivos.

El tiempo de relleno capilar (TRC) y el color de las mucosas también es un factor importante a tener en cuenta. 

Gracias a estas mediciones podemos detectar de forma rápida si los tejidos no están suficientemente perfundidos, o si hay daños en órganos como, por ejemplo, en el hígado (las mucosas amarillas (ictericia) son indicativo de ello). 

Sistema respiratorio

El sistema respiratorio también es uno de los grandes afectados durante la fase anestésica, y uno de los más importante a nivel orgánico, por las múltiples funciones que tiene.

Para empezar a monitorizar este sistema, debemos asegurarnos que la vía respiratoria esté segura en todo momento. Así que empezaremos haciendo la intubación endotraqueal a nuestro paciente (de esta manera nos aseguramos una vía abierta hacia los pulmones del animal). A este tubo será dónde conectaremos los circuitos anestésicos. 

Anestesia vía respiratoria
Imagen extraída del Programa de Anestesia y Cirugía de Cuas

Una vez finalizado el procedimiento, desconectaremos el circuito anestésico del tubo endotraqueal, pero no desinflaremos la fijación ni retiraremos el tubo hasta que el animal no muestre reflejos. 

En el caso de los perros será el reflejo de vómito; y en el caso de los gatos, movimientos de la cola, de las extremidades, de la lengua o de las orejas.

Imagen extraída del Programa de Anestesia y Cirugía de Cuas

Con el tubo retirado, debemos mantener siempre una correcta ventilación. Para asegurarnos de que esto se cumpla,  y detectar de forma temprana si existe obstrucción, se monitorizará la frecuencia respiratoria, el tipo de respiración y si presenta alguna dificultad para el paciente. 

En el caso de que notemos cualquier anomalía en la respiración, puede ser indicativo de que están obstruidas las vías aéreas (superiores, colapso traqueal, etc). Debemos avisar inmediatamente a todo el equipo veterinario. 

En estos casos hay que desobstruir la vía, y complementar la respiración con oxígeno directo hasta que el paciente esté intubado de nuevo.

Sistema neurológico

Para hacer una monitorización correcta del sistema neurológico de nuestros pacientes, tenemos que tener muy claro cómo éste se ve afectado por la anestesia. 

El grado III de profundidad anestésica equivale al plano quirúrgico. En la fase post anestésica tenemos que pasar de ese plano, a la conciencia. Un buen indicativo de una buena recuperación de la anestesia es el reflejo en las pupilas, o el de náusea, hasta llegar al estado de despierto.

Un punto importante a comentar sobre el sistema neurológico en la post anestesia es la disforia, la cual se caracteriza por la presencia de vocalizaciones, jadeos, inquietud, hipertermia y/o falta de respuesta a nuestros estímulos. 

¿Qué factores son importantes en la recuperación anestésica?

Ya hemos comentado los sistemas orgánicos que se ven más afectados durante la anestesia y como la monitorización constante puede ayudarnos a la identificación tempranos de posibles complicaciones.

Pero aparte de la monitorización, hay varios factores que nos pueden ayudar a que dicha recuperación sea lo más amable posible con los animales. ¿Los vemos?

Control de la temperatura

La hipotermia en pacientes anestesiados se puede producir por numerosos factores. El uso de fármacos anestésicos, el ayuno preoperatorio, la exposición de tejidos durante las intervenciones, el uso de fluidos, las mesas frías, el rasurar mucha cantidad de pelo, etc, pueden provocar un descenso de la temperatura corporal.

Por eso, para evitar la hipotermia lo mejor es la prevención. ¿Cómo lo hacemos en veterinaria? Pues hay muchos métodos para hacerlo, entre ellos:

      • Lámparas de calor: pero cuidado con su uso. No hay que ponerlas muy cerca del paciente para evitar quemaduras y úlceras oculares. 

      • Almohadas eléctricas: muy útiles, pero también pueden producir quemaduras. Es importante cubrirlas con mantas y/o toallas.

      • Mantas de aire caliente

      • Botellas con agua caliente, guantes con agua caliente: importante cubrirlos para que no estén en contacto directo con el paciente

      • Fluidos intravenosos templados: importante mezclarlo bien, para que no haya puntos demasiado calientes. No está del todo comprobada su eficacia. 

      • Mantas espaciales de aluminio o plástico de burbujas: sobre todo útiles en pacientes pequeños

      • Incubadoras: en pacientes pequeños

    Analgesia

    Los pacientes que presentan dolor tienen una recuperación post anestésica más lenta. Para manejar el dolor en la fase de recuperación, es necesario un buen empleo de la analgesia.

    Farmacología

    El uso de los diferentes fármacos que se hacen en las fases de la anestesia, tiene efectos directos en la fase de recuperación. También influye el tipo de fármaco que se ha administrado, el procedimiento al que ha sido sometido, y la especie y raza entre otros factores.

    Por ejemplo, tienen efectos diferentes en el tiempo de extubación, o el tiempo que tardan los animales en ponerse de pie. 

    Vómitos postanestésicos

    En un estudio de Torrente y col. de 2017, se encontró que un 6,8% de los pacientes presentan vómito postanestésico. También quedó demostrado que el uso de acepromacina en la premedicación anestésica (puede que conozcas las marcas comerciales aceprovet y calmivet), reduce el riesgo de vómitos postanestésicos.

    ¿Y si aún así ocurre? Pues es importante que mantengamos ese vómito alejado de las vías respiratorias, evitando una neumonía por aspiración. Esto lo hacemos comprobando el tubo endotraqueal, manteniendo la cabeza hacia abajo, y succionando en el caso de que fuera necesario.

    Razas braquicéfalas

    Los animales braquicéfalos, por su anatomía, tienen mayor riesgo de enfermedades respiratorias, en general, que pueden ser agravadas durante la anestesia. En un estudio se concluyó que las razas braquicéfalas tienen un riesgo cuatro veces mayor de padecer problemas respiratorios durante la anestesia.

    En vista de esto, es completamente clave que en la fase de recuperación anestésica se preste una especial atención al sistema respiratorio de estos pacientes.

    ¿Qué sacamos en claro de la fase de recuperación anestésica como ATVs?

    Pues lo primero de todo es que en veterinaria hacen falta todavía muchos estudios en lo que se refiere a la anestesia en general, y la fase de recuperación de la anestesia en particular.

    El periodo post operatorio y la fase de recuperación son uno de los momentos más críticos de una intervención. Por consiguiente, los sistemas orgánicos a los que debemos prestar atención en esta fase son el cardiovascular, el respiratorio y el neurológico. 

    La anestesia es todo un mundo, y cuánto más sepamos acerca de ella y de la fase de recuperación, mejor atendidos estarán nuestros pacientes. ¡Aprende todo lo necesario acerca de la anestesia!

    Bibliografía

        1. Results of the Confidential Enquiry into Perioperative Small Animal Fatalities regarding risk factors for anesthetic-related death in dogs – David C. Brodbelt; Dirk U. Pfeiffer;  Lesley E. Young; James L. N. Wood

        1. Canine anaesthetic death in Spain: a multicentre prospective cohort study of 2012 cases – Laura Gil, José I Redondo

        1. Prevalence of and risk factors for intraoperative gastroesophageal reflux and postanesthetic vomiting and diarrhea in dogs undergoing general anesthesia –aCarlos Torrente DVM, MSc, PhD, Isabel Vigueras DVM, MSc, Edgar G. Manzanilla DVM, PhD, DECPHM, MPVM, Cecilia Villaverde DVM, MSc, PhD, DACVN, DECVCN, Laura Fresno DVM, PhD, Bibiana Carvajal DVM, Marina Fiñana DVM, Cristina Costa-Farré DVM, PhD – https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/vec.12613

      Desiré Huerga

      Desiré es licenciada en física por la Universidad del País Vasco y ATV. Uniendo estas dos pasiones, ha realizado varios cursos de especialización sobre diagnóstico por imagen, haciendo internados en hospitales. Además, se enamoró del quirófano desde el primer día que entró en uno. Le encanta la divulgación, y piensa que la formación continúa y la información veraz es imprescindible para esta profesión.

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