La hipertensión sistémica felina es una patología cada vez más diagnosticada en la práctica clínica, especialmente en gatos geriátricos. Puede tener un origen primario o, con mayor frecuencia, estar asociada a enfermedades subyacentes como la enfermedad renal crónica (ERC), el hipertiroidismo o ciertas cardiopatías.
Una medición adecuada, el reconocimiento temprano de lesiones órgano-diana y el tratamiento específico marcan la diferencia en el pronóstico de estos pacientes. Así que, vamos a ver en detalle el abordaje clínico completo.
¿Qué es la hipertensión sistémica felina?
La hipertensión en gatos se define como una elevación persistente de la presión arterial sistólica por encima de los 160 mmHg, medida en condiciones controladas. Se clasifica según su origen en:
- Primaria (idiopática): menos frecuente, suele diagnosticarse por exclusión.
- Secundaria: asociada a ERC (más del 60 % de los casos), hipertiroidismo, diabetes mellitus, feocromocitoma o hiperaldosteronismo.
El gran problema es que muchos gatos hipertensos están asintomáticos, hasta que se detecta una complicación clínica severa.
Cómo diagnosticarla bien: técnicas y recomendaciones
El diagnóstico de la hipertensión felina debe realizarse con una metodología estricta. Una medición incorrecta puede llevar a errores de diagnóstico y tratamiento.
Medición de la presión arterial en gatos
- Técnica indirecta oscilométrica o Doppler: preferentemente con manguito colocado en extremidad anterior o cola. El método Doppler es más preciso en felinos.
- Tamaño del manguito: debe cubrir el 30–40 % del diámetro del miembro.
- Condiciones ideales:
- Paciente en reposo mínimo 5 minutos.
- Sin estimulación previa (evitar exploración estresante antes).
- Realizar varias tomas consecutivas y desechar la primera.
- Entorno silencioso y familiar si es posible.
- Paciente en reposo mínimo 5 minutos.
Valores de referencia
Categoría de presión sistólica | Rango (mmHg) | Riesgo de daño órgano-diana (TOD) |
Normotenso | <140 | Bajo |
Prehipertenso | 140–159 | Moderado |
Hipertenso | 160–179 | Alto |
Severamente hipertenso | ≥180 | Muy alto |
Se recomienda confirmar con mediciones repetidas en al menos 2–3 ocasiones antes de instaurar tratamiento en gatos asintomáticos.
Daño órgano-diana: cuándo actuar con urgencia
Los signos clínicos de la hipertensión están relacionados con el daño a los órganos diana (TOD), especialmente:
- Ojo: hemorragias, desprendimiento de retina, ceguera súbita.
- Riñón: proteinuria, progresión de ERC.
- Corazón: hipertrofia ventricular izquierda.
- Sistema nervioso: ataxia, convulsiones, alteraciones del comportamiento.
En estos casos, el tratamiento debe iniciarse de inmediato, aunque sea la primera medición registrada.
Tratamiento actualizado: fármacos y seguimiento
El objetivo terapéutico es reducir la presión arterial por debajo de 150–160 mmHg para prevenir el daño a órganos diana.
Fármaco de elección: amlodipino
Medicamento | Dosis en gatos | Vía | Comentarios |
Amlodipino | 0,125–0,25 mg/kg cada 24 h | Oral | Eficaz, seguro, vasodilatador periférico de acción prolongada |
Amlodipino es el tratamiento de elección. Se recomienda comenzar con la dosis baja y reevaluar a los 7–10 días.
Otras opciones
- Telmisartán: antagonista de receptores de angiotensina II. Útil si hay proteinuria concurrente.
- Benazepril: efecto leve sobre la presión; indicado más como antiproteinúrico que como antihipertensivo primario.
Manejo clínico general
- Tratar enfermedad de base (ERC, hipertiroidismo).
- Dieta renal o específica si hay ERC avanzada.
- Monitorizar presión cada 2–4 semanas al inicio, luego cada 3–6 meses.
Tabla resumen: hipertensión felina en clínica
Elemento | Detalle clínico clave |
Principal causa secundaria | Enfermedad renal crónica |
Técnica de medición recomendada | Doppler, con manguito de tamaño correcto |
Valor de presión para tratamiento | ≥160 mmHg o signos de daño órgano-diana |
Fármaco de primera línea | Amlodipino 0,125–0,25 mg/kg VO c/24 h |
Seguimiento inicial | Cada 2 semanas, luego mensual/trimestral |
Objetivo terapéutico | PAS <150–160 mmHg |
Conclusión
La hipertensión en gatos es una enfermedad silenciosa pero con consecuencias graves si no se diagnostica y trata a tiempo. Una medición correcta de la presión arterial y la interpretación clínica contextualizada permiten actuar de forma precoz, evitando daños irreversibles.
El tratamiento con amlodipino sigue siendo la piedra angular del control, especialmente cuando se inicia tras la detección de signos oftálmicos o renales. Como veterinarios, debemos integrar la medición rutinaria de presión arterial en gatos geriátricos o con enfermedades crónicas, como parte de una medicina preventiva real.
Referencias
- Taylor, S. S., Sparkes, A. H., Briscoe, K., et al. (2017). ISFM consensus guidelines on the diagnosis and management of hypertension in cats. Journal of Feline Medicine and Surgery, 19(3), 288–303.
- Reynolds, B. S., & Lefebvre, H. P. (2013). Hypertension in cats. Veterinary Clinics of North America: Small Animal Practice, 43(6), 1283–1304.
- Grauer, G. F. (2011). Advances in renal disease management in cats. Topics in Companion Animal Medicine, 26(1), 17–24.
- Henik, R. A., Stepien, R. L., & Bortnowski, H. B. (2005). Use of amlodipine in the treatment of systemic hypertension in cats. Journal of the American Animal Hospital Association, 41(5), 333–341.