Identificar y cuantificar el dolor en nuestros pacientes es uno de los principales retos que supone la práctica de la clínica diaria. Por eso decidir cuando un animal necesita analgesia y valorar la dosis adecuada del fármaco elegido puede ser en ocasiones complicadoto de cabecera
¿Qué es el dolor?
La asociación internacional para el estudio del dolor (IASP) lo define como una experiencia sensorial y emocional desagradable relacionada con daño tisular actual o potencial.
Además, es importante entender el concepto de nocicepción: proceso fisiológico que, una vez completado, permite la percepción consciente del dolor, es decir, reconocemos la sensación de dolor. Consiste en la recepción, conducción y procesamiento de señales nerviosas generadas por la estimulación de nociceptores (receptores del dolor).
Clasificación del dolor en perros y gatos
El dolor se puede clasificar de varias maneras, pero la más comúnmente utilizada es la relacionada con su duración. En base a eso tenemos dos posibles clasificaciones diferentes:
Dolor agudo:
Es el tipo de dolor más conocido e identificable, el asociado a un estímulo puntual. Presenta las siguientes características:
- Respuesta normal, fisiológica y predecible del organismo frente a una agresión química, física o traumática.
- Es secundario a una lesión tisular y persiste mientras dura el proceso de curación o cicatrización de los tejidos, siendo su intensidad mayor en las primeras 24-72horas.
- Es un síntoma de enfermedad y es fácilmente controlable tras la administración de analgesia, aunque en la clínica diaria suele ser infravalorado y no siempre se trata de la forma más eficaz.
Dolor crónico:
La patología es el dolor en sí, es decir, el dolor crónico es una enfermedad cómo tal. Se caracteriza por tener las siguientes propiedades:
¿Interesado en conocer más? No dudes en hacer clic en nuestro artículo sobre analgesicos para perros y gatos en el blog.
Otras formas de clasificar el dolor
Además, existen otras formas de clasificar el dolor cambiando el enfoque y no centrándose en la duración del mismo:
Somático
Originado en estructuras como piel, músculo, periostio o articulaciones. Bien localizado en la zona asociada a la lesión tisular. El dolor incisional cuando se realiza una operación es un buen ejemplo.
Visceral
Asociada a lesiones en los diferentes órganos de las cavidades abdominal y torácica. No se localiza tan fácilmente, puesto que su intensidad es variable, pulsátil y puede estar referido a zonas alejadas de la lesión.
Reconocimiento del dolor
Como ya hemos comentado, reconocer, clasificar y cuantificar el dolor de nuestros pacientes supone un reto tanto para veterinarios como para atvs.
¿Por qué es un reto para los ATV y veterinarios?
- Los animales expresan el dolor de distinta manera a los humanos.
- Factores que modifican la respuesta al dolor: edad, sexo, estado de salud, especie o raza. Por ejemplo, un animal muy joven puede presentar una menor tolerancia al dolor agudo. Los gatos suelen tener respuestas pasivas al dolor y ser menos expresivos que los perros.
- Situaciones que pueden enmascarar el dolor: estrés o presencia de diversas patologías. Por ejemplo algunos animales se presentan muy estoicos bajo una situación que les provoca estrés o miedo; otros, muy deprimidos a causa de una enfermedad, pueden no ser capaces de manifestar dolor.
¿Cómo reconocemos el dolor en perros y gatos?
Es importante que tanto veterinarios como atvs trabajen conjuntamente en situaciones de urgencia, consulta, hospitalización, procedimiento quirúrgico y recuperación postquirúrgica para llevar a cabo un buen control del dolor. Para ayudarnos nos podemos fijar en diferentes factores para ver el dolor y su intensidad:
Parámetros fisiológicos
Estos son la taquicardia, taquipnea, hipertermia, salivación excesiva, midriasis, hiperglucemia, tenesmo…
Comportamiento
Hablamos de la disminución en la ingesta de comida y agua, posturas antiálgicas, depresión, disminución del acicalado o ronroneo, lamerse o rascarse las zonas lesionadas, automutilación…
Otros mecanismos
- Marcadores neuroendocrinos: cortisol, adrenalina, noradrenalina…
- Algometría de presión (poco uso en veterinaria)
Qué son las escalas del dolor de perro y gato
Es lo que se usa de forma práctica y en el día a día de la clínica veterinaria. Son unas escalas multidimensionales especie-específicas que se han ido desarrollando hasta día de hoy. Es decir, se dedican a usar los factores anteriores (comportamiento, la movilidad, la respuesta a estímulos…) y además especie-especificas lo que las hace una de las herramientas más útiles.
Como atvs es importante conocerlas y ponerlas en práctica para tener controlados a nuestros pacientes hospitalizados y poder comunicarnos con el veterinario para valorar la administración de analgesia en aquellos pacientes que la requieran. Aunque existen varias, dejamos aquí aquellas más utilizadas y que además han sido validadas por diferentes estudios:
Escalas del dolor del perro
- Glasgow Composite Pain Scale (GCPS):
- Short form- Glasgow Composite Pain Scale (SF-GCPS)
Escalas del dolor del gato
- UNESP-Botucatu-MCPS
- Feline Grimace Scale (FGS)
- Feline Glasgow Composite Mesure Pain Scale (CMPS)
Cómo funcionan las escalas del dolor del perro y del gato
Todas estas escalas valoran el dolor agudo. Se trata de dar una puntuación numérica a varios parámetros recogidos en cada una de ellas, sumando todos al final y, según el resultado, estará indicado administrar analgesia o no.
Como ya sabemos los gatos expresan el dolor de una forma más pasiva que los perros, es por eso por lo que tanto la escala de Glasgow como la escala Grimace incluyen parámetros faciales, con el objetivo de incluir cambios en las facciones de los gatos cuando sufren diferentes grados de dolor.
La escala Grimace en el gato
Es la más reciente, con resultados muy positivos en cuanto a la correlación entre la puntuación obtenida y el grado de dolor, así como la disminución de dicha puntuación posterior a la administración de analgesia.
Además, recientemente se ha desarrollado una aplicación de esta escala que nos ayuda mediante la cámara a obtener unos resultados mucho más objetivos, al detectar los cambios más sutiles en las expresiones felinas.
¿Y vosotros, participáis activamente en la detección y control del dolor de vuestros pacientes hospitalizados? ¿Conocíais las escalas del dolor, o que la tecnología puede ayudarnos en este campo? ¡Ponedlas en práctica y dejadnos saber si os resultan útiles!
Los contenidos de esta publicación se redactan sólo con fines informativos. En ningún momento pueden servir para facilitar diagnósticos o sustituir la labor de un profesional. Le recomendamos que contacte con su especialista de confianza.