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Torsión gástrica en perros: Qué es y posibles tratamientos

Torsión gástrica en perros: Qué es y posibles tratamientos

La torsión gástrica, o vólvulo de dilatación gástrica (GDV), es una condición médica crítica que requiere una intervención inmediata para salvar la vida del perro afectado. 

Esta emergencia se caracteriza por la dilatación y torsión del estómago, lo que interfiere con el flujo sanguíneo y puede causar un rápido deterioro del estado del animal. 

En este artículo, abordaremos en detalle el tratamiento de la torsión gástrica en perros, incluyendo las medidas iniciales, la cirugía, el manejo postoperatorio y las estrategias preventivas.

¿Qué es la torsión gástrica en perros?

La torsión gástrica ocurre cuando el estómago del perro se llena de gas, líquido o alimentos y se tuerce sobre su eje, bloqueando tanto la entrada como la salida del estómago. 

Esto provoca una rápida acumulación de gas y una distensión severa, lo que puede llevar a un shock hipovolémico y a la necrosis de la pared gástrica si no se trata de inmediato.

Aquí tienes un artículo hablando sobre los signos clínicos y el enfoque diagnóstico de la torsión gástrica.

Enfoques terapéuticos para la torsión gástrica en perros

Actuar rápido y de forma segura puede marcar la diferencia en la supervivencia de nuestros pacientes. Por eso, se empezarán tomando unas medidas de emergencia, antes de hablar de la cirugía.

Estabilización del paciente

  • Fluidoterapia: Iniciar fluidos intravenosos rápidamente para tratar el shock hipovolémico. Utilizar soluciones cristaloides como el Ringer lactato o solución salina isotónica.
  • Descompresión gástrica: Aliviar la distensión estomacal mediante la inserción de una sonda orogástrica o, si no es posible, mediante punción percutánea con una aguja de gran calibre.

Medicación de emergencia

  • Analgésicos y antiinflamatorios: Para controlar el dolor y la inflamación.
    • Opioides: Como la morfina (0,5-1 mg/kg IM o IV).
  • Antibióticos: Para prevenir la infección secundaria.
    • Cefazolina: 20-30 mg/kg IV cada 8 horas.

Cirugía correctiva

En la mayoría de ocasiones, será necesaria una cirugía correctiva, para evitar que el episodio vuelva a ocurrir.

Gastropexia

  • Gastropexia: Fijación del estómago a la pared abdominal para prevenir futuras torsiones. La técnica más común es la gastropexia incisional.
  • Exploración abdominal: Evaluar la viabilidad de los órganos abdominales y remover cualquier tejido necrótico.

Consideraciones intraoperatorias

  • Monitoreo cardiovascular: Controlar la presión arterial, la frecuencia cardíaca y la oxigenación.
  • Reposición de fluidos: Continuar con la administración de fluidos durante la cirugía para mantener la perfusión tisular.

Manejo postoperatorio

Cuidado intensivo

  • Monitoreo continuo: Controlar los signos vitales, la producción de orina y el estado de hidratación.
  • Fluidoterapia continuada: Mantener la administración de fluidos IV hasta que el perro se estabilice completamente.
  • Nutrición parenteral o enteral: Proveer nutrición adecuada durante el periodo de recuperación.

Medicación postoperatoria

  • Antibióticos: Continuar con la terapia antibiótica.
  • Analgésicos: Manejar el dolor postoperatorio con medicamentos adecuados.
  • Antiarrítmicos: Si se presentan arritmias cardíacas postoperatorias.
    • Lidocaína: 2 mg/kg IV en bolo, seguido de una infusión continua de 25-50 µg/kg/min.

Prevención y cuidado a largo plazo

Modificaciones en la alimentación y el comportamiento

  • Dietas fraccionadas: Alimentar al perro con comidas más pequeñas y frecuentes en lugar de una o dos comidas grandes.
  • Evitar ejercicio intenso: No permitir ejercicio vigoroso antes y después de las comidas.

Conclusión

El tratamiento de la torsión gástrica en perros es un proceso complejo que requiere una intervención rápida y efectiva. 

Desde la estabilización inicial del paciente hasta la cirugía correctiva y el manejo postoperatorio, cada paso es crucial para mejorar las posibilidades de supervivencia y recuperación. La prevención también juega un papel importante en la reducción del riesgo de recurrencia. 

Los veterinarios y ATVs debemos estar bien preparados para reconocer y tratar esta emergencia para garantizar el mejor resultado posible para nuestros pacientes caninos.

Referencias

  1. Fossum, T. W. (2013). Small Animal Surgery (4th ed.). Elsevier.
  2. Ettinger, S. J., & Feldman, E. C. (2017). Textbook of Veterinary Internal Medicine (8th ed.). Elsevier.
  3. Nelson, R. W., & Couto, C. G. (2014). Small Animal Internal Medicine (5th ed.). Elsevier.

Desiré Huerga

Desiré es licenciada en física por la Universidad del País Vasco y ATV. Uniendo estas dos pasiones, ha realizado varios cursos de especialización sobre diagnóstico por imagen, haciendo internados en hospitales. Además, se enamoró del quirófano desde el primer día que entró en uno. Le encanta la divulgación, y piensa que la formación continúa y la información veraz es imprescindible para esta profesión.

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