La pancreatitis en gatos suele pasar desapercibida en sus fases iniciales, presentándose con signos clínicos inespecíficos y solapados con otras patologías digestivas. Esta discreción clínica convierte al diagnóstico temprano en un verdadero desafío en la consulta diaria.
Saber cuándo sospechar de pancreatitis felina marca la diferencia entre un tratamiento eficaz y la progresión a una enfermedad crónica o incluso multiorgánica.
Por lo tanto, y debido a su importancia, vamos a analizar los signos clave, pruebas diagnósticas prioritarias y protocolos terapéuticos útiles en la práctica clínica.
¿Qué es la pancreatitis felina?
La pancreatitis felina es la inflamación del páncreas exocrino, una glándula crucial para la digestión y la regulación metabólica. Puede presentarse de forma aguda, crónica o mixta, siendo esta última la más frecuente en gatos. A diferencia del perro, donde la forma aguda necrotizante predomina, en el gato los signos son más sutiles y persistentes.
A menudo, la pancreatitis forma parte del complejo triaditis felina, que incluye también enfermedad inflamatoria intestinal (EII) y colangitis. Esta interrelación complica el diagnóstico y tratamiento si no se abordan de manera integral.
¿Cómo diagnosticarla?
Para diagnosticar de forma precisa la pancreatitis felina, hay que tener en cuenta ciertos factores.
Signos clínicos de sospecha
En la clínica diaria, es fundamental sospechar pancreatitis en gatos que presenten alguno de los siguientes signos persistentes o recurrentes:
- Anorexia (presente hasta en el 90% de los casos)
- Letargo
- Vómitos (más comunes en la forma aguda)
- Dolor abdominal leve o ausente
- Pérdida de peso progresiva
- Deshidratación y fiebre ocasional
- Heces blandas o diarrea, menos frecuentes
En gatos mayores, se suma la posible presencia de diabetes mellitus secundaria, por destrucción de islotes pancreáticos.
Pruebas diagnósticas
El enfoque diagnóstico debe incluir:
- Exploración física: abdomen a menudo inespecífico, sin dolor evidente.
- Bioquímica general: elevación de ALT, AST, hiperglucemia, hipocalcemia en casos graves.
- Lipasa específica felina (fPLI): prueba más sensible y específica (>80%). La elevación >5.4 μg/L sugiere pancreatitis.
- DGGR lipasa: alternativa válida y más rápida si está disponible.
- Ecografía abdominal: útil en manos experimentadas. Cambios como hipoecogenicidad pancreática, alteración peripancreática y derrame.
- Citología/biopsia: solo en casos crónicos refractarios o sospecha de neoplasia.
La combinación de fPLI + ecografía mejora significativamente la precisión diagnóstica.
Predisposición en gatos y factores de riesgo
Aunque cualquier gato puede desarrollar pancreatitis, ciertas condiciones aumentan la probabilidad:
- Edad: más común en gatos de mediana edad a geriátricos
- Raza: siameses, orientales y cruzas parecen tener predisposición genética
- Obesidad: altera el metabolismo lipídico
- Enfermedades concurrentes: colangitis, EII, infecciones víricas (PIF, toxoplasmosis), diabetes mellitus
- Fármacos: azatioprina, furosemida, tetraciclinas (raro, pero documentado)
- Trauma abdominal y cirugías recientes
Manejo en urgencias
En casos agudos, la estabilización del paciente es prioritaria. El tratamiento se basa en un manejo sintomático intensivo y control del dolor:
Estabilización inicial
- Fluidoterapia IV: Ringer lactato o NaCl al 100%, calculando déficit + mantenimiento. Añadir potasio si hipocalemia.
- Analgesia multimodal: Opioides como buprenorfina o metadona IV o transmucosa. Evitar AINEs en fases agudas.
- Antieméticos: Maropitant o ondansetrón, según tolerancia y respuesta.
- Nutrición enteral precoz: En casos sin vómitos persistentes, iniciar dieta blanda altamente digestible vía oral en 24-48 h.
Medicación y dosis recomendadas
Medicamento | Dosis en gatos | Vía de administración |
Buprenorfina | 0,01-0,02 mg/kg cada 6-8 h | IV, IM, SC o transmucosa oral |
Metadona | 0,1-0,3 mg/kg cada 4-6 h | IM o IV |
Maropitant | 1 mg/kg cada 24 h | SC o IV |
Ondansetrón | 0,1–0,3 mg/kg cada 8-12 h | IV, IM o oral |
Ranitidina | 2 mg/kg cada 12 h | IV o SC |
Ampicilina (si infección sospechada) | 20 mg/kg cada 8 h | IV o IM |
Suplementos B12 | 250 mcg/semana durante 6 semanas | SC |
El pronóstico mejora si se detecta precozmente y se aplica un soporte intensivo los primeros días.
Tabla resumen
Aspecto | Detalles clave |
Signos clínicos | Anorexia, letargo, vómitos, pérdida de peso, fiebre ocasional |
Prueba diagnóstica clave | fPLI > 5,4 μg/L + ecografía abdominal |
Razas predispuestas | Siameses, orientales |
Condiciones asociadas | Triaditis, diabetes, colangitis, obesidad |
Medicación de urgencia | Buprenorfina, maropitant, fluidoterapia IV |
Complicaciones posibles | Pancreatitis crónica, diabetes secundaria, sepsis |
Conclusión
La pancreatitis felina exige un alto índice de sospecha clínica, especialmente en gatos con anorexia y letargo persistentes sin causa aparente. Incorporar sistemáticamente pruebas como fPLI y ecografía ante signos digestivos recurrentes puede marcar la diferencia en el pronóstico del paciente.
El tratamiento precoz y un protocolo bien estructurado no solo estabilizan al gato, sino que pueden prevenir complicaciones crónicas difíciles de revertir. Estar atentos a los pequeños detalles clínicos y actuar con agilidad es clave en el manejo eficaz de esta enfermedad silenciosa.
Referencias
- Forman, M.A., Marks, S.L., & De Cock, H.E.V. (2020). “Diagnosis of feline pancreatitis: challenges and breakthroughs.” Journal of Feline Medicine and Surgery, 22(2), 105–113.
- Xenoulis, P.G. & Steiner, J.M. (2018). “Current concepts in feline pancreatitis.” Topics in Companion Animal Medicine, 33(4), 112–120.
- WSAVA Gastrointestinal Standardization Group Guidelines (2021).
- Zoran, D.L. (2019). “Feline triaditis: Understanding and managing the complexity.” Veterinary Clinics of North America: Small Animal Practice, 49(2), 383–402.