El uso de bombas de infusión en la práctica veterinaria ha mejorado significativamente la precisión en la administración de fluidos y fármacos. No obstante, también ha introducido nuevos riesgos, especialmente cuando se utilizan sin una formación adecuada o sin seguir protocolos estrictos.
En medicina intensiva, un pequeño error en la velocidad de infusión puede comprometer la evolución clínica del paciente. Por eso, identificar los puntos críticos y establecer medidas preventivas es esencial para ofrecer un tratamiento seguro y eficaz.
Qué es la administración de sueros con bomba
Las bombas de infusión permiten administrar líquidos y medicamentos por vía intravenosa con control exacto del volumen y la velocidad. Se emplean sobre todo en:
- Pacientes críticos que requieren fluidoterapia continua.
- Administración de analgésicos o sedantes en perfusión.
- Soporte intraoperatorio en anestesia prolongada.
Se utilizan dos tipos principales:
- Bomba volumétrica: controla el volumen total infundido, ideal para mantenimiento o rehidratación.
- Bomba de jeringa: permite flujos muy bajos, útil en gatos o pacientes pediátricos.
Aunque estos dispositivos mejoran la precisión, su uso sin supervisión o con errores en la programación puede producir hipovolemia, sobrehidratación o incluso sobredosis de fármacos.
Cómo diagnosticar errores en la administración de sueros con bomba
Detectar un error en la infusión no siempre es inmediato. En ocasiones, los signos clínicos aparecen de forma progresiva. Hay que prestar atención a ciertos indicadores:
- Cambios rápidos de peso corporal.
- Edema periférico, ascitis o disnea por sobrecarga.
- Persistencia de signos de deshidratación pese a la infusión.
- Alteraciones bioquímicas inexplicables (hematocrito, urea, sodio).
- Mala respuesta clínica a medicamentos administrados por vía IV.
La revisión del historial de infusión, los registros de enfermería y la programación de la bomba suele revelar el origen del fallo.
Predisposición en gatos y perros
No todos los pacientes hospitalizados tienen el mismo riesgo de sufrir complicaciones por errores de infusión. Algunas especies y situaciones clínicas son más vulnerables que otras.
Factores predisponentes
- Gatos:
- Alta sensibilidad a variaciones de volumen.
- Mayor riesgo de edema pulmonar por sobredosis.
- Necesidad de velocidades muy bajas (0,5–2 ml/kg/h), difíciles de ajustar sin bomba.
- Alta sensibilidad a variaciones de volumen.
- Perros de razas pequeñas:
- Riesgo similar al de los gatos por su bajo peso corporal.
- Fácil descompensación ante errores de cálculo.
- Riesgo similar al de los gatos por su bajo peso corporal.
- Pacientes con enfermedades previas:
- Geriátricos con patología renal o cardiaca.
- Neonatos o pediátricos con requerimientos fluidoterápicos muy ajustados.
- Geriátricos con patología renal o cardiaca.
Estas características exigen un control milimétrico de las dosis y una monitorización constante, especialmente durante turnos largos o con varios pacientes conectados a la vez.
Manejo en urgencias: prevención y actuación
La prevención es la herramienta más potente para evitar errores. En clínica, la mayoría de fallos no se deben a la tecnología, sino a un mal uso del equipo o a una supervisión inadecuada.
Principales errores y cómo prevenirlos
- Cálculo incorrecto del volumen o velocidad
- Verificar siempre el peso actual del paciente.
- Usar calculadoras clínicas fiables.
- Realizar doble verificación por otro profesional.
- Verificar siempre el peso actual del paciente.
- Confusión de líneas intravenosas
- Etiquetar cada línea de forma visible: nombre del fármaco, tipo de fluido y velocidad.
- Utilizar colores o códigos estandarizados por el centro.
- Etiquetar cada línea de forma visible: nombre del fármaco, tipo de fluido y velocidad.
- No purgar el sistema
- Riesgo de embolia aérea o administración involuntaria de bolos.
- Establecer el purgado como paso obligatorio antes de conectar.
- Riesgo de embolia aérea o administración involuntaria de bolos.
- Desconexión o fallo sin detección
- Activar todas las alarmas de la bomba.
- Comprobar estado de batería y conexiones durante cada ronda clínica.
- Activar todas las alarmas de la bomba.
- Programación errónea del equipo
- Revisar unidades (ml/h vs ml/kg/h).
- Programar fármacos bajo verificación cruzada.
- Revisar unidades (ml/h vs ml/kg/h).
Qué hacer si se comete un error
Ante la sospecha o confirmación de un error en la infusión:
- Interrumpir la administración de inmediato.
- Evaluar al paciente:
- Frecuencia respiratoria y cardiaca.
- Auscultación y signos de congestión.
- Valoración de mucosas y llenado capilar.
- Frecuencia respiratoria y cardiaca.
- Corregir según el caso:
- En sobrehidratación: suspender fluidos, valorar el uso de diuréticos.
- En hipovolemia persistente: reiniciar con parámetros correctos.
- Control analítico de electrolitos y función renal.
- En sobrehidratación: suspender fluidos, valorar el uso de diuréticos.
- Registrar el incidente y notificar al responsable clínico para su análisis.
Dosis orientativas según especie
Especie | Tipo de fluido | Velocidad de mantenimiento | Reanimación (bolos) | Vía de administración |
Perro | Cristaloides isotónicos | 60 ml/kg/día | 10-20 ml/kg en 15–30 min | IV periférica o central |
Gato | Cristaloides isotónicos | 40–50 ml/kg/día | 5–10 ml/kg en 15–30 min | IV periférica, siempre con bomba |
Ambos | Coloides (Hidroxietilalmidón 6%) | Solo si está indicado | 5–10 ml/kg en 30 min | Bajo monitorización estricta |
Nota: Las dosis deben adaptarse a cada caso clínico, teniendo en cuenta comorbilidades, edad y estado hemodinámico.
Tabla resumen: errores comunes y estrategias de prevención
Error frecuente | Consecuencia clínica | Prevención recomendada |
Cálculo erróneo de velocidad | Hipovolemia o sobrehidratación | Uso de calculadoras y doble verificación |
Líneas sin etiquetar | Confusión de fluidos o fármacos | Etiquetado visible y estandarizado |
Sistema no purgado | Embolia aérea o bolo de medicación | Purgar siempre antes de conectar |
Bomba apagada o desprogramada | Interrupción inadvertida | Alarmas activas y supervisión periódica |
Bomba defectuosa | Infusión inexacta | Mantenimiento técnico periódico |
Conclusión
La administración de fluidos por bomba es una herramienta potente, pero no exenta de riesgos. El control de la velocidad, el volumen y la correcta selección del tipo de fluido requiere conocimientos técnicos, experiencia y protocolos estrictos.
Los errores en la infusión son prevenibles en la mayoría de los casos. Implementar rutinas de doble verificación, mantener una supervisión constante del equipo y fomentar una cultura clínica basada en la seguridad son las bases para minimizar estos riesgos.
Referencias
- Silverstein, D. C., & Hopper, K. (2020). Small Animal Critical Care Medicine (3.ª ed.). Elsevier.
- DiBartola, S. P. (2022). Fluid, Electrolyte, and Acid-Base Disorders in Small Animal Practice (5.ª ed.). Elsevier.
- Plumb, D. C. (2020). Plumb’s Veterinary Drug Handbook (9.ª ed.). Wiley-Blackwell.
- Rudloff, E., & Hopper, K. (2014). Manual of Veterinary Transfusion Medicine and Blood Banking. Wiley-Blackwell.
- Hall, J. A., & Willard, M. D. (2016). Textbook of Veterinary Internal Medicine (8.ª ed.). Elsevier.