Las miopatías inflamatorias son patologías musculares retadoras por su complejidad diagnóstica y su presentación variable. Afectan al músculo esquelético y pueden tener un origen infeccioso o inmunomediado, con signos que van desde debilidad generalizada hasta dolor focal o alteraciones en la masticación.
El éxito del tratamiento depende de un diagnóstico precoz y preciso, por lo que es fundamental conocer las claves clínicas y las pruebas complementarias que orientan hacia estas enfermedades.
Qué son las miopatías inflamatorias
Las miopatías inflamatorias se caracterizan por una infiltración de células inflamatorias en el tejido muscular. En perros, se dividen principalmente en:
- Miopatías infecciosas: causadas por protozoos como Toxoplasma gondii o Neospora caninum, especialmente en cachorros o animales inmunodeprimidos.
- Miopatías inmunomediadas: más frecuentes en perros adultos, de curso crónico o subagudo, y con patrones clínicos variables.
Dentro del grupo inmunomediado destacan:
- Miositis masticatoria: afecta de forma selectiva a los músculos temporales y maseteros.
- Miositis extraocular: produce proptosis bilateral sin dolor ocular.
- Polimiositis inmunomediada: de distribución generalizada.
- Dermatomiositis familiar: en razas predispuestas como el collie de pelo liso.
En la práctica clínica es frecuente encontrar signos solapados entre formas localizadas y generalizadas, por lo que el abordaje diagnóstico debe ser sistemático.
Claves diagnósticas esenciales
Lo que debemos tener en cuenta a la hora de realizar un diagnóstico es:
Historia clínica y examen físico
Un buen interrogatorio orienta gran parte del diagnóstico. Deben valorarse:
- Edad de inicio y evolución de los signos.
- Presencia de dolor a la palpación muscular.
- Debilidad, intolerancia al ejercicio o rigidez.
- Dificultad para abrir la boca o masticar.
En muchos casos, especialmente en miositis masticatoria, los tutores relatan que el perro “quiere comer pero no puede abrir la boca”. Esta frase debe levantar sospechas inmediata.
Pruebas complementarias
El diagnóstico se apoya en diversas pruebas:
- Hemograma y bioquímica: elevación de creatina quinasa (CK), leucocitosis o eosinofilia. La CK puede estar normal en fases crónicas.
- Electromiografía (EMG): revela actividad eléctrica anómala en músculos afectados.
- Biopsia muscular: es la prueba de referencia. Debe realizarse en un músculo activo pero no completamente fibrótico.
- Serología: detección de anticuerpos anti-2M para miositis masticatoria, con alta especificidad.
- Pruebas de imagen: TAC o resonancia útil en casos de miositis extraocular o lesiones profundas.
Tipos de miopatía y presentación clínica
La siguiente tabla resume los cuadros clínicos más frecuentes y los hallazgos clave que ayudan a diferenciarlos.
Tipo de miopatía | Signos clínicos comunes | Diagnóstico orientativo |
Miositis masticatoria | Trismus, atrofia muscular facial | CK elevada o normal, anticuerpos anti-2M, biopsia focal |
Polimiositis generalizada | Debilidad, fiebre, anorexia | CK elevada, EMG difusa, biopsia con infiltrado linfocitario |
Miositis extraocular | Exoftalmia bilateral, sin dolor | Imagen avanzada, biopsia de músculo recto dorsal |
Miopatía infecciosa | Paresias, signos neuromusculares | Serología positiva, CK elevada, biopsia con inflamación activa |
Consideraciones clínicas prácticas
Basándose en la experiencia clínica, estas son algunas pautas útiles para el manejo inicial:
- En perros con trismus sin lesión dental ni mandibular, considerar miositis masticatoria como diagnóstico principal.
- En cachorros con paresia progresiva, descartar infección por Neospora antes de iniciar inmunosupresión.
- En pacientes geriátricos con atrofia muscular simétrica, incluir polimiositis en el diagnóstico diferencial.
- La ausencia de elevación de CK no descarta enfermedad muscular en fase crónica.
Además, es importante realizar la biopsia muscular correctamente. Se recomienda tomar la muestra de un músculo afectado pero no atrofiado en exceso, evitando zonas con fibrosis avanzada.
Conclusión
Las miopatías inflamatorias en perros requieren una aproximación diagnóstica cuidadosa, combinando clínica, laboratorio, imagen y, en la mayoría de casos, biopsia. Una detección precoz permite iniciar tratamiento inmunosupresor o antimicrobiano con mayores garantías de éxito.
No se trata solo de identificar una enfermedad muscular, sino de caracterizar su origen, extensión y pronóstico. Cuanto más ajustado sea el protocolo diagnóstico, mejor será el control de la enfermedad y la recuperación del paciente.
Referencias
- Pellegrino, F. C. (2018). Miopatías inflamatorias inmunomediadas en perros. Revista Argentina de Neurología Veterinaria, 6(4), 1–10.
- Evans, H. E., & de Lahunta, A. (2004). Miller’s Anatomy of the Dog (4.ª ed.). Elsevier.
- Steiss, J. E., & Coates, J. R. (2007). Muscle and neuromuscular junction disorders. En: Textbook of Veterinary Internal Medicine (7.ª ed.). Elsevier.
- Plumb, D. C. (2020). Plumb’s Veterinary Drug Handbook (9.ª ed.). Wiley-Blackwell.
- Harari, J., & Shamir, M. H. (2019). Miositis en pequeños animales. En: Current Techniques in Small Animal Surgery (6.ª ed.). Williams & Wilkins.