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Displasia de cadera en perros y gatos: Signos clínicos, diagnóstico y tratamiento

Displasia de cadera en perros y gatos: signos clínicos, diagnóstico y tratamiento

La displasia de cadera es una afección ortopédica común en perros, especialmente en razas grandes, pero también puede afectar a los gatos. ¡Y por eso merece que le prestemos la máxima atención.

Así que,  en este artículo, analizaremos los signos clínicos, el diagnóstico y los tratamientos más comunes para esta condición.

Signos clínicos de la displasia de cadera

Los signos clínicos de la displasia de cadera pueden variar según la gravedad de la afección y la especie animal. 

En perros, los signos más comunes incluyen cojera, dificultad para levantarse o subir escaleras, rigidez al levantarse después de estar sentado o acostado, pérdida de masa muscular en las patas traseras y dolor al manipular las caderas. 

En gatos, los signos pueden ser más sutiles y pueden incluir cojera, rechazo a saltar o trepar, y cambios en el patrón de caminar.

Diagnóstico de la displasia de cadera

El diagnóstico de la displasia de cadera se basa en la historia clínica del paciente, los hallazgos en el examen físico y pruebas de imagen. Se pueden realizar pruebas de movilidad de cadera, como la prueba de Ortolani y la prueba de Barlow, para evaluar la estabilidad de las caderas. Especialmente estas pruebas se hacen en cachorros jóvenes.

  • Prueba de Ortolani: Esta prueba se realiza con el perro en decúbito dorsal. El veterinario flexiona la cadera del perro a 90 grados y luego abduce suavemente la pierna afectada . Si la cadera es displásica, se puede sentir o escuchar un “chasquido” o “clic” característico cuando la cabeza femoral sale y entra en la cavidad acetabular. Este clic indica la subluxación de la articulación de la cadera y es un signo positivo de displasia de cadera.
  • Prueba de Barlow: En esta prueba, el veterinario flexiona la cadera del perro a 90 grados y luego aplica una presión suave pero firme en dirección caudal sobre la rodilla del perro. Si la cadera es displásica, esta presión puede causar que la cabeza femoral se deslice hacia afuera de la cavidad acetabular, lo que indica una inestabilidad articular y es un signo positivo de displasia de cadera.

Además, las radiografías de cadera bajo sedación o anestesia pueden ser necesarias para evaluar la morfología de las articulaciones de la cadera y detectar cambios degenerativos asociados.

Tratamiento de la displasia de cadera

El tratamiento de la displasia de cadera puede ser conservador o quirúrgico, dependiendo de la gravedad de la displasia y la respuesta del paciente al manejo inicial. 

En casos leves o en pacientes de edad avanzada, el manejo conservador puede incluir control del peso, ejercicio moderado, terapia física y medicamentos antiinflamatorios para controlar el dolor y la inflamación. 

Sin embargo, en casos más graves o en pacientes jóvenes y activos, la cirugía puede ser necesaria para corregir la anatomía de la cadera y mejorar la función articular.

Planes terapéuticos

  • Tratamiento conservador:
    • Control del peso para reducir la carga sobre las articulaciones de la cadera.
    • Ejercicio moderado para fortalecer los músculos alrededor de las caderas y mejorar la estabilidad articular.
    • Medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINEs), como el carprofeno o el meloxicam, para controlar el dolor y la inflamación.
  • Cirugía de Corrección de Displasia de Cadera:
    • Osteotomía pélvica triple: se realiza una serie de cortes óseos para realinear la articulación de la cadera y mejorar la cobertura de la cabeza femoral.
    • Reemplazo total de cadera: se reemplaza la articulación de la cadera con una prótesis artificial para restaurar la función articular.

Dosis y administración de medicamentos

  • Carprofeno (Perros): 2-4 mg/kg por vía oral cada 12-24 horas.
  • Meloxicam (Gatos): 0.1 mg/kg por vía oral una vez al día.

Conclusión

La displasia de cadera es una afección ortopédica común que puede causar dolor y limitar la movilidad en perros y gatos. El diagnóstico precoz y el tratamiento adecuado son fundamentales para mejorar el pronóstico y la calidad de vida de los pacientes afectados

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Fuentes y Referencias:

  • Smith, G. K., & Mayhew, P. D. (2017). “Hip Dysplasia.” Textbook of Small Animal Orthopaedics.
  • Mostafa, A. A., & Griffon, D. J. (2015). “Current Concepts in the Management of Hip Dysplasia in Dogs.” Veterinary Medicine: Research and Reports.

Desiré Huerga

Desiré es licenciada en física por la Universidad del País Vasco y ATV. Uniendo estas dos pasiones, ha realizado varios cursos de especialización sobre diagnóstico por imagen, haciendo internados en hospitales. Además, se enamoró del quirófano desde el primer día que entró en uno. Le encanta la divulgación, y piensa que la formación continúa y la información veraz es imprescindible para esta profesión.

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