Afectación de la neurona motora superior vs neurona motora inferior

Afectación de la neurona motora superior vs neurona motora inferior

La afectación de la neurona motora superior (ANMS) y la neurona motora inferior (ANMI) son condiciones neurológicas que afectan a perros y gatos, con diferencias significativas en su presentación clínica, diagnóstico y tratamiento. 

En este artículo, explicaremos las características distintivas de cada afección y cómo diferenciarlas para un abordaje terapéutico adecuado.

Signos clínicos de la afectación de la neurona motora superior y la inferior

Neurona motora superior (ANMS)

La ANMS se caracteriza por la disfunción de las vías motoras superiores del sistema nervioso central, lo que resulta en una serie de signos clínicos específicos:

  • Rigidez muscular: Los animales afectados pueden exhibir rigidez muscular, especialmente en las extremidades.
  • Pérdida de la función motora fina: La habilidad para realizar movimientos delicados y precisos puede estar comprometida, lo que afecta a actividades como agarrar objetos.
  • Hipertonía muscular: La musculatura puede presentar un aumento en el tono, lo que se traduce en una resistencia excesiva al movimiento pasivo de las extremidades.
  • Pérdida de reflejos tendinosos profundos: Los reflejos tendinosos, como el reflejo rotuliano, pueden estar ausentes o disminuidos debido a la afectación de las vías nerviosas superiores.
  • Posible hiperreflexia: En algunos casos, puede observarse un aumento anormal de los reflejos, conocido como hiperreflexia, como resultado de la excitabilidad excesiva de la médula espinal.

Neurona motora inferior (ANMI)

En contraste, la ANMI afecta las neuronas motoras inferiores en la médula espinal y el tronco cerebral, lo que da lugar a un conjunto diferente de signos clínicos:

  • Debilidad muscular: Los animales pueden mostrar debilidad muscular, especialmente en las extremidades afectadas.
  • Atrofia muscular: La falta de estimulación nerviosa adecuada puede llevar a la pérdida de masa muscular en áreas específicas del cuerpo.
  • Fasciculaciones: Las contracciones musculares involuntarias, conocidas como fasciculaciones, pueden ser evidentes en los músculos afectados.
  • Hipotonía muscular: Se observa una disminución en el tono muscular, lo que resulta en una sensación de flacidez en las extremidades.
  • Pérdida de reflejos tendinosos: Los reflejos tendinosos pueden estar ausentes debido a la interrupción de la vía nerviosa motora inferior.

Diferenciación diagnóstica

La clave para diferenciar entre ANMS y ANMI radica en la localización de la lesión y los signos clínicos asociados. El examen neurológico completo es fundamental para identificar la naturaleza de la afectación.

Para cada una de estas afecciones, las pruebas diagnósticas más recomendables son:

  • ANMS: La resonancia magnética (RM) y la mielografía pueden ser útiles para visualizar lesiones en el sistema nervioso central, como tumores o hernias discales, que pueden causar ANMS.
  • ANMI: En casos de ANMI, la electromiografía (EMG) puede ser una herramienta diagnóstica útil para evaluar la actividad eléctrica de los músculos y detectar signos de denervación.
  • Análisis de líquido cefalorraquídeo (LCR): Puede revelar signos de inflamación o infección en el sistema nervioso central.

Planes terapéuticos para cada caso

Es esencial adaptar el plan terapéutico según las necesidades individuales de cada paciente y monitorizar de cerca su progresión clínica.

Los planes terapéuticos generales para cada caso son:

ANMS:

  • Tratamiento antiinflamatorio con corticosteroides (prednisona).
  • Fisioterapia para mantener la flexibilidad muscular y prevenir la rigidez.
  • Manejo del dolor con analgésicos adecuados, como el tramadol.

ANMI:

  • Terapia de soporte nutricional para prevenir la atrofia muscular.
  • Fármacos para controlar las fasciculaciones, como la gabapentina.
  • Rehabilitación física para mejorar la fuerza muscular y la movilidad.

Importancia de la diferenciación

La diferenciación precisa entre ANMS y ANMI es esencial para establecer un pronóstico adecuado y desarrollar un plan terapéutico efectivo. 

Un enfoque diagnóstico integral, que incluya la historia clínica detallada, el examen neurológico meticuloso y las pruebas diagnósticas apropiadas, es fundamental para lograr una identificación precisa de la causa subyacente de la afección neurológica.

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Referencias y Fuentes

  • Dewey CW, Da Costa RC. “Practical Guide to Canine and Feline Neurology.” Wiley; 2016.
  • Platt S, Olby N. “BSAVA Manual of Canine and Feline Neurology.” Wiley; 2013.
  • Lorenz MD, Coates JR, Kent M. “Handbook of Veterinary Neurology.” Elsevier; 2015.

Desiré Huerga

Desiré es licenciada en física por la Universidad del País Vasco y ATV. Uniendo estas dos pasiones, ha realizado varios cursos de especialización sobre diagnóstico por imagen, haciendo internados en hospitales. Además, se enamoró del quirófano desde el primer día que entró en uno. Le encanta la divulgación, y piensa que la formación continúa y la información veraz es imprescindible para esta profesión.

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