Las infecciones bacterianas de la piel —como la pioderma— son uno de los motivos más comunes para la prescripción de antibióticos en clínica de pequeños animales. La elección adecuada del antibiótico es esencial para garantizar la eficacia del tratamiento y preservar la salud pública, evitando el desarrollo de resistencias.
Qué tipo de infección cutánea manejamos
Veamos cuáles son los principales tipos de infección cutánea en perros:
- Superficial (foliculitis, impétigo): afecta la epidermis o folículos pilosos; a menudo se resuelve con tratamiento tópico.
- Profunda (celulitis, pioderma profunda): compromete dermis y tejido subcutáneo; requiere tratamiento sistémico y, en muchos casos, pruebas de cultivo.
- Localizada vs difusa: dependerá de la extensión, accesibilidad y respuesta al tratamiento tópico.
Las infecciones superficiales tienen tratamiento de elección tópico, siempre que el entorno y el temperamento del animal lo permitan.
Diagnóstico y uso responsable de antibióticos
Para hacer un buen uso de los antibióticos, algunas pautas que tenemos que tener en cuenta son:
- Realizar una citología de las lesiones antes de decidir el tratamiento es fundamental. Esto permite confirmar la existencia de bacterias, evaluar su morfología y definir la gravedad .
- Ante infecciones superficiales, dé prioridad a antisépticos tópicos (clorhexidina al 2‑4 %) o champús. Sólo si el tratamiento local falla, valorar terapia sistémica.
- Las infecciones profundas o recurrentes requieren cultivo y antibiograma para guiar la elección del antibiótico e intentar evitar el uso indiscriminado de fármacos de amplio espectro.
La vigilancia epidemiológica refleja que en España es habitual la prescripción de amoxicilina‑clavulánico y betalactámicos, con escasa realización de antibiogramas . Esto subraya la necesidad de protocolos clínicos que fomenten el uso basado en evidencia.
Elección del antibiótico: escalones según gravedad
Las pautas recientes (AAHA 2023) para pioderma en perros recomiendan los siguientes antibióticos:
Primer escalón (empíricos, sin factores de riesgo de resistencias):
- Clindamicina: 5,5–11 mg/kg VO cada 12 h
- Cefalexina: 22–30 mg/kg VO cada 12 h
- Amoxicilina-clavulánico: 14–25 mg/kg VO cada 12 h
- Trimetoprim-sulfa: 15–30 mg/kg VO cada 12 h
Segundo escalón (posibles resistencias, tras cultivo):
- Cefpodoxima, cefovecina
- Doxiciclina, minociclina
- Fluoroquinolonas (enrofloxacino, pradofloxacino)
- Cloranfenicol, rifampicina (no para Staphylococcus)
Enfoque clínico práctico
Dependiendo del tipo de infección cutánea, optamos por un enfoque clínico u otro:
1. Superficial
- Terapia tópica exclusiva: clorhexidina, champú 2‑4 %, tras limpieza adecuada. Reevaluar a las 2–3 semanas .
2. Superficial que no responde
- Añadir antibiótico sistémico de primer escalón (clindamicina, cefalexina o amoxicilina‑clavulánico), durante al menos 3 semanas y una semana adicional tras la resolución clínica .
3. Infecciones profundas o recurrentes
- Siempre basadas en cultivo y antibiograma; preferencia por antibióticos de segundo escalón cuando corresponda
Riesgo de resistencia y salud pública
Staphylococcus pseudintermedius es el patógeno más frecuente en piodermas caninas, y la aparición de cepas resistentes a meticilina (MRSP) está en aumento, lo que eleva la importancia de una correcta elección terapéutica y saneamiento ambiental.
También es clave aplicar el principio de antimicrobial stewardship: usar antibióticos de categoría D o C según clasificaciones de la EMA/AMEG, reservando B o A solo a situaciones excepcionales.
Tabla resumen
Tipo de infección | Tratamiento recomendado |
Superficial (fácil acceso) | Clorhexidina 2–4 % tópica; reevaluar a 2–3 semanas |
Superficial no responsive | Añadir clindamicina o cefalexina o amoxi-clavu, 3 sem + 1 sem tras curación |
Profunda o recurrente | Cultivo + antibiograma → antibiótico dirigido (fluoroquinolonas, cefovecina, etc.) |
Resistencia / MRSP | Solo antibióticos según antibiograma; combinar con terapia tópica y descolonización si procede |
Conclusión
La elección del mejor antibiótico en una infección cutánea debe ser racional y jerarquizada. Siempre se debe partir de una valoración clínica objetiva (citología, gravedad) y dar prioridad al tratamiento tópico cuando sea viable.
El uso de antibióticos sistémicos solo si es necesario, ajustado a pruebas (cultivo, antibiograma) y siguiendo protocolos prudentes, es la vía para controlar la infección sin comprometer la eficacia futura de los antibióticos.
Referencias
- AAHA. (2023). Management of Allergic Skin Diseases in Dogs and Cats – Table 4: Antimicrobials for Skin Infections in Dogs.
- Hillier, A., Lloyd, D. H., Weese, J. S., et al. (2014). Guidelines for the diagnosis and antimicrobial therapy of canine superficial bacterial folliculitis. Vet Dermatol, 25, 163–e43.
- ISCAID Antimicrobial Guidelines Working Group. (2013). Guidelines for antimicrobial therapy of skin infections in dogs.
- Estudio España (Madrid) sobre prescripción antibiótica en perros. Front Vet Sci, 2018.
- Estudio sobre resistencia y patógenos en infecciones cutáneas caninas. Pathogens, 2023.