El sobrecalentamiento y los golpes de calor en perros son emergencias médicas. Con el aumento de las temperaturas durante el verano, los perros son especialmente vulnerables a estas condiciones.
Este artículo está diseñado como una guía detallada sobre cómo manejar estos casos de manera efectiva en la clínica, desde la identificación de los síntomas hasta el tratamiento de emergencia. ¡Te va a ser de mucha ayuda!
¿Qué es el sobrecalentamiento y golpe de calor en perros?
El sobrecalentamiento y el golpe de calor ocurren cuando la temperatura corporal de un perro se eleva a niveles peligrosos, generalmente por encima de los 40°C. Esta condición puede ser mortal si no se trata rápidamente y puede causar daños severos a los órganos internos.
Cómo diagnosticar el golpe de calor
En muchas ocasiones, el sobrecalentamiento y los golpes de calor en perros son evidentes. Aunque siempre debemos recordar ciertos parámetros, que incluyen:
Signos clínicos
Los signos clínicos del golpe de calor incluyen:
- Jadeo excesivo
- Salivación intensa
- Encías de color rojo brillante o pálidas
- Debilidad
- Desorientación
- Colapso
- Vómitos y diarrea (a veces con sangre)
- Convulsiones
Diagnóstico diferencial
El diagnóstico del golpe de calor se basa principalmente en la observación de los signos clínicos y en la medición de la temperatura rectal del perro. Sin embargo, es esencial diferenciar el golpe de calor de otras condiciones con síntomas similares, como la intoxicación o las enfermedades infecciosas.
Perros con mayor predisposición al golpe de calor
Ciertos factores pueden predisponer a los perros a sufrir un golpe de calor, tales como:
- Razas braquicefálicas: Bulldogs, Pugs, y Shih Tzus, entre otros, tienen más dificultades para disipar el calor debido a sus vías respiratorias cortas.
- Perros mayores: Los perros de edad avanzada tienen una menor capacidad para regular su temperatura corporal.
- Perros con sobrepeso: El exceso de peso contribuye al sobrecalentamiento.
- Perros con problemas respiratorios o cardíacos: Estas condiciones subyacentes aumentan el riesgo de sufrir un golpe de calor.
- Condiciones ambientales: Alta humedad y temperaturas elevadas incrementan el riesgo.
Manejo en caso de urgencia
Cuando en la clínica nos enfrentamos a un caso de sobrecalentamiento y golpe de calor, es necesario actuar de forma rápida. Además, si los tutores de dicho perro nos llaman para contarnos lo que le está sucediendo a su perro, debemos indicarles las medidas a tomar, mientras que van camino al centro veterinario.
Enfriamiento inmediato
El objetivo principal en el manejo del golpe de calor es reducir la temperatura corporal del perro lo más rápido posible sin causar vasoconstricción periférica. Aquí se detalla un protocolo de emergencia:
- Mover al perro a un área sombreada y fresca.
- Mojar al perro con agua fresca (no fría). Se puede utilizar una manguera, toallas húmedas o sumergir al perro en agua fresca. Evitar el uso de agua helada ya que puede causar vasoconstricción y empeorar la situación.
- Ventilación: Colocar ventiladores para aumentar la evaporación del agua y acelerar el proceso de enfriamiento.
- Medir la temperatura rectal cada 5 minutos. Continuar el enfriamiento hasta que la temperatura descienda a 39°C.
Terapia de soporte
- Fluidoterapia intravenosa
- Perros: Solución salina isotónica a una tasa de choque de 20-30 ml/kg durante la primera hora, ajustando según la respuesta clínica.
- Oxigenoterapia
- Proveer oxígeno suplementario si el perro muestra signos de hipoxia.
- Medicamentos
- Dexametasona: 0.2-0.4 mg/kg IV para reducir la inflamación y el edema cerebral.
- Diazepam: 0.5 mg/kg IV en caso de convulsiones.
Monitorización y cuidados continuos
- Monitorizar la temperatura corporal cada 30 minutos hasta que se estabilice.
- Evaluar la función renal y hepática mediante análisis de sangre.
- Observar signos de coagulación intravascular diseminada (CID), que puede desarrollarse secundariamente al golpe de calor.
Conclusión
La prevención y la actuación rápida por parte de las familias es crucial: educar a los tutores sobre los riesgos y las medidas preventivas puede salvar las vidas de sus perros. Con un trabajo en equipo, los perros se recuperarán sin secuelas.
Referencias
- Plumb, D. C. (2018). Plumb’s Veterinary Drug Handbook. Wiley-Blackwell.
- Ettinger, S. J., & Feldman, E. C. (2017). Textbook of Veterinary Internal Medicine. Elsevier.
- Tilley, L. P., & Smith, F. W. K. (2016). The 5-Minute Veterinary Consult: Canine and Feline. Wiley-Blackwell.