La hipopotasemia es una alteración electrolítica que puede comprometer seriamente la función neuromuscular, cardiovascular y digestiva de perros y gatos hospitalizados. Su reconocimiento temprano y un protocolo adecuado de corrección son fundamentales para evitar complicaciones potencialmente graves.
El potasio es el principal catión intracelular y juega un papel esencial en la excitabilidad neuromuscular y en el mantenimiento del equilibrio ácido-base. Incluso pequeñas variaciones en sus niveles plasmáticos pueden generar consecuencias clínicas importantes.
Qué es la hipopotasemia
La hipopotasemia se define como la disminución de la concentración sérica de potasio por debajo de los valores de referencia:
- Perros y gatos: < 3,5 mEq/L.
Debe tenerse en cuenta que la hipopotasemia no siempre refleja una pérdida real de potasio corporal, ya que puede deberse a redistribución intracelular. Diferenciar ambos escenarios ayuda a orientar el manejo.
Causas más frecuentes en pacientes hospitalizados
La hipopotasemia puede originarse por múltiples mecanismos. En hospitalización, las causas más habituales son iatrogénicas o secundarias a patologías de base.
- Pérdidas digestivas: vómitos y diarreas prolongadas.
- Pérdidas urinarias: poliuria por insuficiencia renal crónica, uso de diuréticos (furosemida).
- Redistribución intracelular: tratamiento con insulina, alcalosis metabólica.
- Aporte insuficiente: anorexia prolongada, nutrición parenteral sin suplementación adecuada.
- Polifarmacia: administración simultánea de corticoides y diuréticos.
En gatos, la hipopotasemia es especialmente frecuente en casos de lipidosis hepática asociada a anorexia prolongada.
Signos clínicos de hipopotasemia
Los signos varían en intensidad según el grado de descenso de potasio y la rapidez con que se instaura.
- Neuromusculares: debilidad generalizada, intolerancia al ejercicio, cuello caído (especialmente en gatos).
- Digestivos: íleo paralítico, estreñimiento, anorexia persistente.
- Cardiovasculares: arritmias ventriculares, bradicardia, alteraciones en el ECG.
- Generales: letargia, hipotermia en casos graves.
La combinación de debilidad muscular y arritmias debe hacer sospechar hipopotasemia en un paciente hospitalizado.
Diagnóstico
El diagnóstico se basa en la medición sérica de potasio, complementada con hallazgos clínicos y pruebas adicionales.
- Analítica sanguínea: confirmación de hipopotasemia (< 3,5 mEq/L).
- ECG: alteraciones típicas (ondas T aplanadas, aparición de ondas U, prolongación de intervalo QT).
- Analítica completa: valorar función renal, equilibrio ácido-base, glucemia.
Es importante identificar la causa subyacente para instaurar un tratamiento correcto y prevenir recurrencias.
Manejo terapéutico de la hipopotasemia
El tratamiento depende de la gravedad del déficit, de la clínica y del estado general del paciente.
Medidas generales
- Corregir la causa subyacente (ej. ajustar dosis de diuréticos, tratar vómitos persistentes).
- Asegurar una adecuada ingesta nutricional, incluyendo suplementación de potasio en dietas si es necesario.
Suplementación de potasio
El aporte debe hacerse de forma controlada para evitar el riesgo de hiperkalemia iatrogénica.
- Vía intravenosa:
- Indicado en hipopotasemia moderada-grave (< 3,0 mEq/L) o con signos clínicos.
- Se administra cloruro de potasio (KCl) diluido en fluidoterapia.
- Velocidad máxima: 0,5 mEq/kg/h (nunca superar).
- Ejemplo: añadir 20–40 mEq/L de KCl a la solución de fluidos.
- Indicado en hipopotasemia moderada-grave (< 3,0 mEq/L) o con signos clínicos.
- Vía oral:
- En pacientes estables o en recuperación.
- Suplementos de gluconato o citrato de potasio.
- Dosis: 2–6 mEq/animal cada 8–12 h en perros y gatos, ajustando según evolución.
- En pacientes estables o en recuperación.
Monitorización
- Control de electrolitos cada 12–24 h en hospitalizados.
- ECG continuo en casos graves o con arritmias.
- Reevaluación clínica de la fuerza muscular y del tránsito digestivo.
El ajuste dinámico del protocolo es fundamental para un manejo seguro.
Papel del tutor en la recuperación
Aunque la hipopotasemia suele diagnosticarse y tratarse en hospitalización, el tutor debe estar informado sobre:
- La importancia de la alimentación adecuada para evitar recaídas.
- La necesidad de controles periódicos de electrolitos en pacientes crónicos (enfermedad renal, tratamientos con diuréticos).
- La observación de signos clínicos como debilidad o anorexia, que requieren revisión inmediata.
La educación del tutor facilita la adherencia a la terapia de mantenimiento y reduce complicaciones.
Tabla resumen: hipopotasemia en hospitalizados
Aspecto | Detalles principales |
Valor diagnóstico | < 3,5 mEq/L en perros y gatos |
Causas frecuentes | Vómitos, diarreas, poliuria, insulina, anorexia prolongada |
Signos clínicos | Debilidad, íleo, arritmias, cuello caído (gatos) |
Diagnóstico | Analítica sérica, ECG, función renal y ácido-base |
Tratamiento IV | KCl diluido, máx. 0,5 mEq/kg/h |
Tratamiento VO | Gluconato/citrato de K, 2–6 mEq/animal cada 8–12 h |
Monitorización | Electrolitos, ECG, reevaluación clínica |
Papel del tutor | Alimentación adecuada, revisiones periódicas, vigilancia de signos |
Conclusión
La hipopotasemia en perros y gatos hospitalizados es una complicación frecuente y potencialmente grave. Su reconocimiento temprano, la corrección controlada del déficit y la monitorización continua son esenciales para evitar consecuencias neuromusculares y cardiovasculares.
Referencias científicas
- DiBartola, S. P. (2012). Fluid, Electrolyte, and Acid-Base Disorders in Small Animal Practice (4ª ed.). Elsevier.
- Willard, M. D., & Tvedten, H. (2011). Small Animal Clinical Diagnosis by Laboratory Methods (5ª ed.). Elsevier.