La parvovirosis canina sigue siendo una de las enfermedades infecciosas más graves y frecuentes en cachorros, con alta mortalidad si no se trata de manera intensiva. Producida por el parvovirus canino tipo 2 (CPV-2), se transmite por vía oro-fecal y es altamente contagiosa y resistente en el medio ambiente.
Patogenia de la parvovirosis
El CPV-2 infecta principalmente células de división rápida.
- Criptas intestinales: produce destrucción epitelial y diarrea hemorrágica.
- Médula ósea y tejido linfoide: genera leucopenia y predisposición a sepsis.
- Miocardio (menos frecuente): miocarditis en cachorros muy jóvenes.
El resultado es una combinación de diarrea profusa, vómitos, deshidratación, inmunosupresión y shock séptico.
Signos clínicos
Los signos varían en severidad según la edad, el estado inmunitario y la cepa viral.
- Letargia y anorexia progresivas.
- Vómitos repetidos.
- Diarrea hemorrágica fétida.
- Fiebre o hipotermia en fases avanzadas.
- Deshidratación grave.
- Dolor abdominal y distensión.
- Leucopenia marcada en hemograma.
El tutor suele referir inicio súbito de vómitos y diarrea en un cachorro no vacunado.
Diagnóstico
El diagnóstico se basa en la combinación de clínica, pruebas rápidas y confirmación de laboratorio.
- Test rápidos ELISA en heces: útiles en consulta, aunque pueden dar falsos negativos en fases iniciales o tras vacunación reciente.
- PCR en heces: más sensible y específica, recomendada en casos dudosos.
- Hemograma: leucopenia típica, trombocitopenia.
- Bioquímica: hipoglucemia, hipoproteinemia, alteraciones electrolíticas.
El diagnóstico diferencial debe incluir gastroenteritis bacterianas, intoxicaciones y otras virosis.
Manejo hospitalario: protocolo actualizado
La hospitalización es esencial para mejorar la supervivencia. El tratamiento es de soporte, dirigido a controlar vómitos, diarrea, sepsis y deshidratación.
Fluidoterapia
- Fundamental para corregir la deshidratación y mantener la perfusión.
- Cristaloides isotónicos (Ringer lactato, NaCl 0,9 %).
- Suplementación con glucosa en cachorros hipoglucémicos.
- Ajustar electrolitos según análisis seriados.
Antieméticos
- Maropitant (1 mg/kg SC cada 24 h): reduce vómitos y malestar.
- Metoclopramida en infusión continua (1–2 mg/kg/día IV): útil en vómitos persistentes.
Antibióticos
Indicados por el riesgo de translocación bacteriana y sepsis.
- Ampicilina IV (20–30 mg/kg cada 8 h) combinada con enrofloxacino (5 mg/kg cada 24h) o marbofloxacino en casos graves.
Analgesia
- Opioides (buprenorfina 0,01–0,02 mg/kg IV cada 6–8 h) para control del dolor abdominal.
Apoyo nutricional
- La introducción precoz de dieta enteral altamente digestible, incluso por sonda, mejora la recuperación intestinal.
- Nutrición parenteral parcial en pacientes que no toleran alimentación enteral.
Otras medidas
- Monitorización intensiva de signos vitales y analíticas seriadas.
- Transfusiones de plasma fresco congelado en casos con hipoproteinemia grave o coagulopatías.
- Terapias adyuvantes como interferón felino recombinante omega en casos seleccionados.
Pronóstico
El pronóstico es reservado y depende de la rapidez en iniciar tratamiento, la edad y la respuesta clínica. La mortalidad sin tratamiento supera el 90 %, mientras que con cuidados intensivos puede reducirse al 20–30 %.
Los tutores deben estar informados de que la evolución puede ser crítica en cuestión de horas y que la hospitalización prolongada suele ser necesaria.
Prevención
La vacunación es la medida más eficaz de control.
- Primovacunación: iniciar entre las 6–8 semanas y repetir cada 3–4 semanas hasta las 16 semanas de edad.
- Revacunación: primera al año y posteriormente cada 3 años (según protocolo y riesgo individual).
- Bioseguridad en clínica: aislamiento estricto de pacientes infectados, limpieza con desinfectantes efectivos contra virus sin envoltura (lejía diluida, peróxido de hidrógeno acelerado).
Informar al tutor sobre la importancia de la vacunación y evitar el contacto de cachorros no vacunados con ambientes contaminados.
Papel del tutor
El tutor tiene un rol esencial tanto en la prevención como en la evolución clínica:
- Vacunar a los cachorros siguiendo las pautas recomendadas.
- Consultar de inmediato ante vómitos o diarrea en cachorros jóvenes.
- Colaborar con el equipo veterinario en la hospitalización y cuidados intensivos.
- Mantener un ambiente limpio y evitar el contacto con otros perros en riesgo durante la convalecencia.
La educación del tutor es un pilar de la prevención y del éxito en el tratamiento.
Tabla resumen: protocolo de manejo de parvovirosis
Aspecto | Protocolo actualizado |
Fluidoterapia | Cristaloides isotónicos, ajuste electrolítico, glucosa |
Antieméticos | Maropitant SC, metoclopramida en infusión continua |
Antibióticos | Ampicilina + enrofloxacino/marbofloxacino IV |
Analgesia | Buprenorfina IV cada 6–8 h |
Nutrición | Enteral precoz (dieta digestible), parenteral parcial |
Otras medidas | Plasma fresco, interferón omega, monitorización intensiva |
Prevención | Vacunación, aislamiento, desinfección ambiental |
Referencias científicas
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