El manejo sanitario de perros y gatos geriátricos requiere un enfoque adaptado a las particularidades de esta etapa vital. Las vacunas, que constituyen un pilar en la medicina preventiva, no deben aplicarse de manera rutinaria con el mismo esquema que en animales jóvenes o adultos sanos.
En pacientes de edad avanzada, las decisiones sobre vacunación deben basarse en la evaluación individual del riesgo, la inmunidad previa y las condiciones de salud. Las guías internacionales recientes, como las de la World Small Animal Veterinary Association (WSAVA, 2024), ofrecen recomendaciones actualizadas que orientan la práctica clínica.
Inmunosenescencia: cómo cambia la respuesta inmune en geriátricos
La inmunosenescencia se refiere al conjunto de cambios que ocurren en el sistema inmunitario con la edad. Estos afectan tanto a la inmunidad innata como a la adaptativa, condicionando la eficacia de las vacunas.
Principales consecuencias en animales geriátricos:
- Respuesta inmunitaria menos robusta tras la vacunación.
- Duración de la inmunidad más corta en algunos casos.
- Mayor susceptibilidad a infecciones secundarias.
- Posible reactivación de infecciones latentes.
Estos factores obligan a valorar con cautela la necesidad y frecuencia de las revacunaciones.
Principios generales en la vacunación de pacientes geriátricos
No existe un protocolo universal; cada paciente debe evaluarse de forma individual. Sin embargo, hay principios clave a seguir en consulta:
- Evitar la sobrevacunación: revacunar solo cuando sea necesario.
- Revisar historial vacunal: considerar las vacunas aplicadas previamente y su periodicidad.
- Valorar riesgos y estilo de vida: contacto con otros animales, viajes, residencia en colectividades.
- Utilizar pruebas serológicas: en vacunas núcleo (como moquillo, parvovirus, hepatitis en perros; panleucopenia en gatos) puede medirse la inmunidad mediante anticuerpos.
- Mantener vacunas esenciales: los geriátricos siguen siendo susceptibles a enfermedades graves si no cuentan con inmunidad suficiente.
- Evitar combinaciones innecesarias: priorizar vacunas individuales o protocolos simplificados.
Vacunas núcleo en perros geriátricos
Las vacunas núcleo son aquellas recomendadas para todos los perros, independientemente de edad, estilo de vida o localización.
- Moquillo canino (CDV).
- Parvovirus canino tipo 2 (CPV-2).
- Adenovirus canino tipo 1 (CAV-1, hepatitis infecciosa canina).
Recomendaciones actuales
- Tras el protocolo inicial completo y los refuerzos adultos, muchos perros mantienen inmunidad de por vida frente a estas enfermedades.
- En geriátricos, se recomienda no aplicar refuerzos automáticos cada 1–3 años sin comprobar necesidad.
- Puede optarse por:
- Medición de anticuerpos séricos como alternativa a la revacunación sistemática.
- Revacunar solo si el título es negativo o dudoso.
- Medición de anticuerpos séricos como alternativa a la revacunación sistemática.
Vacunas núcleo en gatos geriátricos
En gatos, las vacunas núcleo incluyen:
- Panleucopenia felina (FPV).
- Herpesvirus felino tipo 1 (FHV-1).
- Calicivirus felino (FCV).
Recomendaciones actuales
- La inmunidad frente a FPV suele ser duradera, pero frente a FHV-1 y FCV puede disminuir con el tiempo.
- En gatos geriátricos, se aconseja:
- Considerar vacunación cada 3 años solo en animales con riesgo de exposición.
- Utilizar pruebas serológicas para FPV si se quiere evitar la revacunación innecesaria.
- En gatos estrictamente de interior, con historial vacunal completo, puede espaciarse aún más la pauta.
- Considerar vacunación cada 3 años solo en animales con riesgo de exposición.
Vacunas no núcleo en geriátricos
Las vacunas no núcleo deben aplicarse solo en función de la exposición real al riesgo. En geriátricos, el balance riesgo/beneficio cobra aún más importancia.
- Perros:
- Leptospira spp.: indicada en áreas endémicas o con riesgo de exposición al ambiente húmedo.
- Bordetella bronchiseptica, parainfluenza y virus de la gripe canina: recomendadas en perros que acuden a residencias, criaderos o entornos colectivos.
- Rabia: obligatoria según legislación, aunque la inmunidad suele ser prolongada.
- Leptospira spp.: indicada en áreas endémicas o con riesgo de exposición al ambiente húmedo.
- Gatos:
- Virus de la leucemia felina (FeLV): en geriátricos de interior estricto no suele ser necesaria; en gatos con acceso al exterior o convivencia con otros positivos, sí.
- Rabia: obligatoria en muchas regiones.
- Virus de la leucemia felina (FeLV): en geriátricos de interior estricto no suele ser necesaria; en gatos con acceso al exterior o convivencia con otros positivos, sí.
En esta etapa, es preferible minimizar las vacunas no esenciales si el riesgo de exposición es bajo.
Precauciones especiales en geriátricos
Los pacientes mayores presentan con frecuencia comorbilidades que condicionan las decisiones de vacunación.
Precauciones clínicas:
- Cardiopatías, nefropatías y hepatopatías: evaluar el estado clínico antes de vacunar.
- Neoplasias: considerar el pronóstico y la utilidad real de la inmunización.
- Tratamientos inmunosupresores (ej. corticoides, quimioterapia): reducen la eficacia vacunal y aumentan el riesgo de reacciones adversas.
- Historia previa de reacciones adversas: optar por vacunas monovalentes y evitar combinaciones múltiples.
En algunos casos, puede ser más razonable monitorizar títulos serológicos que aplicar nuevas dosis.
Comunicación con el tutor
El tutor de un animal geriátrico debe entender que la vacunación en esta etapa es distinta a la aplicada en cachorros o adultos jóvenes. La clave está en la personalización.
Aspectos a explicar en consulta:
- No siempre será necesario vacunar cada año.
- Algunas vacunas siguen siendo imprescindibles, pero se adaptan los intervalos.
- Puede usarse serología para decidir.
- Se prioriza la calidad de vida y el bienestar del animal.
La comunicación clara evita malentendidos y mejora la adherencia a los planes preventivos.
Tabla resumen: protocolos vacunales en geriátricos
Tipo de vacuna | Perros geriátricos | Gatos geriátricos |
Núcleo | CDV, CPV-2, CAV-1 → inmunidad duradera; valorar títulos | FPV, FHV-1, FCV → espaciar refuerzos, usar serología FPV |
No núcleo | Leptospira, Bordetella, influenza según riesgo | FeLV en gatos con riesgo, rabia obligatoria |
Serología | Útil para decidir en núcleo | Útil para FPV; menos útil en FHV/FCV |
Precauciones | Comorbilidades, fármacos inmunosupresores | Enfermedades crónicas, historial de reacciones |
Frecuencia revisiones | Valorar cada 6–12 meses según riesgo | Valorar cada 6–12 meses según riesgo |
Conclusión
La vacunación en animales geriátricos debe ser selectiva, individualizada y basada en evidencia científica. No se trata de suspender la inmunización, sino de adaptarla al riesgo real de exposición, al estado de salud del paciente y a la inmunidad previa.
El veterinario debe apoyarse en pruebas serológicas, aplicar protocolos simplificados y priorizar el bienestar global del animal. La comunicación con el tutor es fundamental para explicar estas diferencias y garantizar que los pacientes mayores sigan protegidos frente a enfermedades prevenibles sin exponerse a riesgos innecesarios.
Referencias científicas
- Squires, R. A., et al. (2024). 2024 WSAVA Guidelines for the Vaccination of Dogs and Cats. Journal of Small Animal Practice.
- Day, M. J., Horzinek, M. C., Schultz, R. D., & Squires, R. A. (2016). WSAVA Guidelines for the vaccination of dogs and cats. Journal of Small Animal Practice, 57(1), E1–E45.
- Axelsson, E., & Hendriks, W. (2020). Vaccination strategies in geriatric dogs and cats. Veterinary Immunology and Immunopathology, 228, 110–129.