El hipotiroidismo es una endocrinopatía que suele estar asociada a perros de mediana y avanzada edad. Sin embargo, muchos casos se pasan por alto durante meses porque sus signos clínicos son inespecíficos y progresivos.
Fatiga, alopecia, piel seca o cambios de conducta pueden atribuirse erróneamente al envejecimiento o al estrés. Veamos cómo detectar las señales tempranas y qué claves debemos buscar en consulta para diagnosticar a tiempo esta enfermedad.
¿Qué es el hipotiroidismo y qué lo provoca?
El hipotiroidismo canino se debe, en la mayoría de los casos, a una destrucción inmunomediada de la glándula tiroides (tiroiditis linfocítica) o a una atrofia idiopática del tejido tiroideo.
El resultado es una producción insuficiente de tiroxina (T4) y triyodotironina (T3), hormonas esenciales para el metabolismo celular.
Otras causas menos frecuentes incluyen:
- Tumores tiroideos
- Hipotiroidismo iatrogénico (por sobretratamiento del hipertiroidismo)
- Trastornos hipofisarios (muy raro en perros)
En la experiencia clínica, más del 90% de los casos que vemos son primarios y de base inmunitaria, sobre todo en razas predispuestas como el Golden Retriever o el Cocker Spaniel.
Signos clínicos iniciales: lo que hay que observar desde el principio
Vamos a ver cómo se manifiesta el hipotiroidismo en sus fases iniciales, antes de que aparezcan signos más evidentes como obesidad o letargo marcado.
Cambios dermatológicos sutiles
- Pérdida simétrica de pelo, especialmente en flancos, cola (“cola de rata”) y cuello
- Alopecia sin prurito, que no responde a tratamientos dermatológicos habituales
- Seborrea seca, caspa fina y piel engrosada o pigmentada
- Infecciones cutáneas recurrentes (piodermas, otitis)
Cambios metabólicos
- Aumento de peso progresivo sin incremento de la ingesta
- Intolerancia al ejercicio o fatiga tras actividad leve
- Sensibilidad al frío: buscan lugares cálidos, evitan paseos fríos
Alteraciones neurológicas o conductuales
- Letargo, apatía, cambios de comportamiento
- Parálisis facial unilateral (más frecuente de lo que se piensa)
- Paresia, debilidad, marcha torpe
- Episodios de depresión inexplicables según el tutor
Consejo clínico: si un tutor refiere que su perro “está más vago últimamente”, “ya no quiere jugar como antes” o “le cuesta levantarse”, vale la pena incluir el hipotiroidismo en el diagnóstico diferencial.
¿Qué razas y edades están más predispuestas?
Aunque puede aparecer en cualquier perro, hay razas que muestran una predisposición genética clara. Veamos las más frecuentes en consulta.
Razas predispuestas
- Golden Retriever
- Labrador Retriever
- Cocker Spaniel
- Doberman
- Setter Irlandés
- Schnauzer gigante
- Boxer
- Airedale Terrier
También se ha documentado en perros mestizos, especialmente si superan los 15–20 kg y tienen entre 4 y 10 años.
Edad y sexo
- Aparece con mayor frecuencia entre los 4 y 8 años
- No hay gran diferencia entre machos y hembras, aunque algunas fuentes refieren ligera mayor incidencia en castrados
Qué pruebas solicitar y cómo interpretar resultados
El diagnóstico de hipotiroidismo no debe basarse solo en una analítica básica. Vamos a ver cómo orientar el estudio diagnóstico según sospecha clínica.
Perfil mínimo recomendado
- Hemograma y bioquímica general
- Perfil tiroideo completo:
- T4 total
- TSH canina (hormona estimulante del tiroides)
- T4 libre (por diálisis de equilibrio)
- Anticuerpos antitiroglobulina (si se sospecha tiroiditis autoinmune)
- T4 total
Hallazgos frecuentes
Parámetro | Alteración esperada |
T4 total | Disminuida (aunque puede estar en rango) |
TSH | Elevada (compensatoria) |
T4 libre | Más específica que T4 total |
Colesterol | Elevado en >70% de los casos |
Anemia | Normocítica, normocrómica, leve |
En la práctica, la combinación T4 baja + TSH alta es altamente sugestiva, pero si hay duda, se recomienda repetir tras 6 semanas o hacer una prueba de estimulación con TSH recombinante.
Cómo actuar si hay sospecha clínica pero diagnóstico dudoso
Hay casos en los que la clínica apunta a hipotiroidismo, pero los valores no son concluyentes. Esto puede deberse a:
- Enfermedades no tiroideas (síndrome del eutiroideo enfermo)
- Tratamientos concurrentes (corticoides, fenobarbital, AINEs)
- Estrés agudo, ayuno o ejercicio intenso
En estos casos, lo mejor es:
- Tratar la enfermedad primaria y repetir pruebas tras 4–6 semanas
- No iniciar tratamiento empírico sin confirmar diagnóstico
- Usar T4 libre por diálisis de equilibrio para mayor fiabilidad
Tabla resumen: signos tempranos y pasos diagnósticos
Área afectada | Signos frecuentes | Actuación recomendada |
Piel y pelo | Alopecia simétrica, piel seca, infecciones | Solicitar perfil tiroideo completo |
Conducta y actividad | Letargo, apatía, frío, intolerancia al ejercicio | Explorar cambios sutiles en comportamiento |
Metabolismo | Aumento de peso, hiperlipidemia | Bioquímica + T4 total y TSH canina |
Neurológico | Parálisis facial, paresia, depresión | Valorar T4 libre y posible prueba de estimulación |
Resultados dudosos | T4 baja sin TSH alta, enfermedad concurrente | Repetir tras estabilización o ampliar pruebas |
Conclusión
Reconocer los signos tempranos de hipotiroidismo en perros exige atención al detalle y una buena entrevista clínica. La combinación de cambios dermatológicos, alteraciones de conducta y aumento de peso sin explicación clara debe hacer saltar las alarmas.
Con un protocolo diagnóstico bien planteado y un tratamiento temprano, los perros con hipotiroidismo tienen un pronóstico excelente y una gran mejora en su calidad de vida.
Referencias
- Feldman, E. C., & Nelson, R. W. (2015). Canine and Feline Endocrinology (4th ed.). Elsevier Saunders.
- Peterson, M. E. (2012). Hypothyroidism in dogs: new insights into diagnostics and management. Veterinary Clinics of North America: Small Animal Practice, 42(1), 1–13.
- Scott-Moncrieff, J. C. (2015). Clinical signs and diagnosis of hypothyroidism in dogs. Veterinary Focus, 25(2), 14–20.
- Plumb, D. C. (2023). Plumb’s Veterinary Drug Handbook (9th ed.). Wiley-Blackwell.
- Reusch, C. E., & Sieber-Ruckstuhl, N. S. (2017). Thyroid function tests and interpretation. In: Ettinger SJ, Feldman EC (eds). Textbook of Veterinary Internal Medicine (8th ed.). Elsevier.