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Prevención y tratamiento de la toxoplasmosis en gatos: un enfoque práctico

Prevención y tratamiento de la toxoplasmosis en gatos: guía práctica

La toxoplasmosis es una enfermedad infecciosa causada por el parásito Toxoplasma gondii, que puede afectar a muchos animales, incluidos los gatos, quienes actúan como hospedadores definitivos del parásito. 

Esta infección, además de influir en la salud del felino, puede representar un riesgo para los humanos, especialmente en personas inmunocomprometidas y mujeres embarazadas.

Por eso, con este artículo queremos ofrecer un enfoque práctico para la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de la toxoplasmosis en gatos, junto con recomendaciones para concienciar a las familias y evitar que, ante falsos mitos, abandonen a sus gatos.¡Vamos a ello!

¿Qué es la toxoplasmosis y cómo se transmite en gatos?

La toxoplasmosis es una infección provocada por el protozoo Toxoplasma gondii. Los gatos suelen infectarse al ingerir carne cruda o presas infectadas, como aves o roedores, que portan quistes de T. gondii en sus tejidos. 

Una vez dentro del organismo, el parásito completa su ciclo en el intestino del gato, produciendo ooquistes que se eliminan a través de las heces. Sin embargo, los gatos solo excretan estos ooquistes durante un corto período tras la infección inicial, y la mayoría desarrolla inmunidad, por lo que este proceso rara vez se repite.

Síntomas de la toxoplasmosis en gatos

La mayoría de los gatos infectados no presentan síntomas, lo cual dificulta el diagnóstico temprano. Sin embargo, en gatos jóvenes o inmunocomprometidos, la toxoplasmosis puede manifestarse mediante síntomas clínicos como:

  • Fiebre y letargo
  • Pérdida de apetito
  • Dificultad respiratoria
  • Diarrea o vómitos
  • Inflamación ocular (uveítis)
  • Convulsiones o signos neurológicos en casos graves

Ante cualquiera de estos síntomas, es fundamental realizar una evaluación veterinaria exhaustiva, ya que pueden indicar también otras patologías.

Diagnóstico de la toxoplasmosis en gatos

El diagnóstico de toxoplasmosis en gatos es complicado en la mayoría de ocasiones, ya que los ooquistes suelen aparecer solo durante un período breve. Los métodos diagnósticos incluyen:

  • Examen coprológico: Permite identificar ooquistes en las heces, aunque se debe realizar en el corto periodo de excreción.
  • Pruebas serológicas: La detección de anticuerpos IgG e IgM ayuda a determinar si el gato ha estado expuesto al parásito. Niveles elevados de IgM sugieren infección reciente, mientras que un alto IgG sugiere infección pasada.
  • PCR: La prueba de reacción en cadena de la polimerasa es eficaz para detectar el ADN de T. gondii en muestras de sangre o tejidos y se usa para confirmar infecciones activas.

Tratamiento de la toxoplasmosis en gatos

Para gatos sanos, el tratamiento suele no ser necesario; en casos sintomáticos o inmunocomprometidos, se recomienda:

  • Clindamicina: Antibiótico de elección. Dosis: 10-12 mg/kg cada 12 horas durante 2 a 4 semanas. Vía: oral o intravenosa.
  • Trimetoprim-sulfadiazina: Alternativa que puede combinarse con clindamicina. Dosis: 15 mg/kg cada 12 horas durante 3-4 semanas.
  • Corticosteroides: Para controlar inflamación en casos de uveítis grave. Útiles en control de síntomas, aunque debe limitarse su uso.
  • Cuidados de soporte: En casos graves, se recomienda mantener la hidratación y un adecuado soporte nutricional.

Prevención de la toxoplasmosis en gatos

Para reducir el riesgo de toxoplasmosis en gatos y en su entorno:

  • Evitar carne cruda sin la congelación previa en cada caso: Incluir carne cruda en la dieta es un riesgo directo de infección, reduce drásticamente ese riesgo.Otra opción es la cocción adecuada.
  • Reducir la caza de presas vivas: Limitar el acceso exterior y, con ello, el contacto con presas.
  • Limpiar la caja de arena diariamente: Los ooquistes requieren 24 horas para esporular y volverse infecciosos, así que una limpieza diaria reduce el riesgo.
  • Educación a las familias responsables: Es crucial educar a los responsables de gatos, especialmente en casas con embarazadas o personas inmunodeprimidas, para un manejo adecuado de la caja de arena y medidas de higiene.

Mitos de gatos y mujeres embarazadas

Uno de los mitos más extendidos es que las mujeres embarazadas no deben convivir con gatos debido al riesgo de toxoplasmosis. Sin embargo, es importante aclarar que el riesgo de infección es mínimo cuando se toman las precauciones adecuadas. La mayoría de gatos de interior tienen muy bajo riesgo de excretar ooquistes infecciosos. Además, las mujeres embarazadas pueden minimizar aún más el riesgo siguiendo algunas recomendaciones simples:

  • Evitar manipular la caja de arena: En caso de ser posible, que otro miembro de la familia se encargue de su limpieza. Si esto no es posible, utilizar guantes y lavarse bien las manos después es suficiente para prevenir la transmisión, además de limpiar la caja de arena mínimo una vez al día.
  • Cocinar bien la carne: La principal vía de contagio de toxoplasmosis para humanos no es el gato, sino el consumo de carne poco cocida o vegetales mal lavados.
  • Evitar el contacto con tierra sin protección: Actividades como jardinería pueden ser una fuente de infección, por lo que es recomendable utilizar guantes.

La educación a las familias responsables de gatos es clave para evitar que, por temor a contagios, abandonen o dejen de lado el cuidado de sus animales. Una convivencia saludable entre gatos y mujeres embarazadas es posible con una orientación adecuada y un asesoramiento constante por parte del veterinario.

El rol del veterinario en la educación y el control de la toxoplasmosis

El papel del veterinario en la prevención y manejo de la toxoplasmosis es esencial no solo para tratar a gatos infectados, sino para educar a las familias y evitar decisiones basadas en mitos o desinformación. Los veterinarios pueden tranquilizar a los responsables de gatos con información y prácticas que aseguren una convivencia segura y libre de riesgos para la salud humana.

Y tú, ¿alguna vez has escuchado que las embarazadas no pueden convivir con gatos? Es hora de desechar esos mitos

Fuentes

  1. Dubey, J. P. (2016). Toxoplasmosis of Animals and Humans. CRC Press.
  2. Evans, H. E., & de Lahunta, A. (2013). Miller’s Anatomy of the Dog. Saunders.
  3. Greene, C. E. (2012). Infectious Diseases of the Dog and Cat. Saunders.
  4. Little, S. E. (2015). The Cat: Clinical Medicine and Management. Elsevier

Clàudia Valle

Veterinaria generalista graduada en 2019 en la Universidad Autónoma de Barcelona. Ha cursado un postgrado en Medicina Interna acreditado por la Universidad Católica de Valencia (UCV). Ha dedicado cuatro años a enriquecer su experiencia en diversos hospitales veterinarios. Le encanta la divulgación y piensa que la formación continua e información veraz son imprescindibles para esta formación.

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