La dermatitis atópica en perros es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel que afecta a una gran cantidad de animales. Se caracteriza por picor intenso, lesiones cutáneas recurrentes y, en muchos casos, infecciones secundarias que afectan gravemente la calidad de vida del perro.
Entre las alternativas de tratamiento, la inmunoterapia ha ganado un lugar destacado debido a su capacidad para reducir la dependencia de fármacos y ofrecer una solución a largo plazo.
¿Cómo funciona la inmunoterapia en perros con dermatitis atópica? ¿Cuáles son los aspectos clave de su aplicación? ¡Respondemos a estas preguntas en este artículo!
Comprendiendo la dermatitis atópica en perros
La dermatitis atópica es una reacción alérgica mediada por el sistema inmunitario que suele estar relacionada con una predisposición genética. Los perros con esta condición presentan sensibilidad a ciertos alérgenos ambientales, como el polen, ácaros del polvo, mohos y ciertas sustancias presentes en el hogar.
Estos alérgenos generan una respuesta inflamatoria en la piel, que resulta en picor y enrojecimiento. La continua exposición a estos factores ambientales puede intensificar los síntomas, haciéndolos cada vez más difíciles de controlar.
Qué es la inmunoterapia y cómo actúa en la dermatitis atópica
La inmunoterapia, también conocida como desensibilización, busca “reeducar” el sistema inmunitario para que deje de reaccionar de forma exagerada a los alérgenos que provocan la dermatitis atópica.
El tratamiento consiste en la administración controlada de dosis crecientes de los alérgenos específicos a los que el perro es sensible. Esta exposición gradual permite que el sistema inmunitario se habitúe a estos alérgenos, reduciendo la intensidad de la reacción alérgica con el tiempo.
Este proceso de “desensibilización” no ofrece resultados inmediatos; los efectos beneficiosos suelen observarse después de unos meses, y el tratamiento puede prolongarse por años o, incluso, de forma indefinida, en función de la respuesta del perro.
La inmunoterapia es una alternativa preferida por muchos veterinarios debido a su enfoque no farmacológico y a que no genera los efectos secundarios asociados a otros tratamientos como los corticosteroides.
Evaluación del paciente para la inmunoterapia
Para iniciar la inmunoterapia, es esencial realizar un diagnóstico preciso. Este proceso incluye una historia clínica completa, una evaluación exhaustiva de los síntomas y pruebas de detección de alérgenos específicos, ya sea mediante pruebas cutáneas o análisis de sangre.
Identificar los alérgenos concretos a los que el perro reacciona es clave para desarrollar una inmunoterapia efectiva y personalizada.
La inmunoterapia es particularmente indicada en perros en los que los síntomas no mejoran lo suficiente con otros tratamientos o que presentan efectos secundarios inaceptables con el uso prolongado de fármacos.
Sin embargo, es importante mencionar que este tratamiento no es efectivo en todos los casos; la respuesta varía de un animal a otro.
Métodos de administración de la inmunoterapia
Existen dos principales métodos de administración de la inmunoterapia en perros: subcutánea y sublingual. Cada método tiene sus particularidades y ventajas, siendo la elección dependiente del paciente y la preferencia del veterinario.
1. Inmunoterapia subcutánea (AIT-SC):
Esta es la forma más tradicional y consiste en la aplicación de inyecciones subcutáneas de los alérgenos en concentraciones cada vez mayores. Al inicio, las inyecciones son semanales o incluso más frecuentes, y se va aumentando la dosis hasta alcanzar una fase de mantenimiento.
En la fase de mantenimiento, las inyecciones suelen espaciarse una vez cada tres o cuatro semanas. Este método tiene una alta tasa de éxito, pero requiere compromiso tanto por parte del responsable como del equipo veterinario para asegurar el cumplimiento del programa.
2. Inmunoterapia sublingual (AIT-SL):
La administración sublingual consiste en aplicar gotas bajo la lengua del perro. Este método es menos invasivo y puede ser una opción adecuada para perros que no toleran bien las inyecciones. La inmunoterapia sublingual suele requerir la administración diaria de las gotas, lo que puede facilitar el proceso en algunos casos, aunque puede ser menos efectivo en ciertos pacientes.
Ambos métodos son seguros y efectivos en perros con dermatitis atópica, aunque la elección depende de la tolerancia del animal y las recomendaciones del veterinario.
Resultados esperados y seguimiento del tratamiento
La inmunoterapia es un tratamiento gradual, y los resultados completos suelen tardar en aparecer. En general, se recomienda un mínimo de 6 a 12 meses para evaluar plenamente la respuesta.
En perros que responden bien, los síntomas se reducen significativamente, lo que permite una menor dependencia de medicamentos y una mejora considerable en su calidad de vida.
Para evaluar la efectividad, es necesario un seguimiento periódico en el que se evalúe el nivel de picor, la frecuencia de infecciones secundarias y la necesidad de otros medicamentos. Durante los primeros meses, es común que los síntomas varían en intensidad, y en algunos casos, es necesario ajustar las dosis de los alérgenos.
Es importante recordar a los responsables que la inmunoterapia no “cura” la dermatitis atópica, sino que controla los síntomas. Además, en algunos perros, puede ser necesario continuar el tratamiento de por vida para mantener los beneficios.
Ventajas y limitaciones de la inmunoterapia en perros
Cómo todos los tratamientos, la inmunoterapia también tiene sus ventajas y limitaciones
Ventajas:
- Reducción de la dependencia de medicamentos: La inmunoterapia reduce la necesidad de corticosteroides, antihistamínicos u otros fármacos.
- Bajo riesgo de efectos secundarios: A diferencia de los tratamientos farmacológicos, la inmunoterapia no suele producir efectos adversos graves y es segura a largo plazo.
- Mejora de la calidad de vida: La reducción de los síntomas permite que el perro tenga una vida más cómoda y menos afectada por la picazón constante.
Limitaciones:
- Tiempo de respuesta lento: Los efectos positivos pueden tardar meses en aparecer, lo que puede desanimar a algunos responsables.
- Compromiso a largo plazo: El tratamiento requiere una administración continuada y puede ser una inversión considerable en tiempo y recursos.
- Respuesta variable: No todos los perros responden a la inmunoterapia, y en algunos casos puede ser necesario buscar alternativas.
Apoyo complementario en el manejo de la dermatitis atópica
Mientras la inmunoterapia comienza a hacer efecto, es común que se sugieran otros métodos para el control de síntomas. Entre las opciones de apoyo, destacan los baños con champús especiales que ayudan a reducir el picor, ácidos grasos esenciales para fortalecer la barrera cutánea, y antihistamínicos en casos de picor severo.
Este enfoque combinado permite controlar los síntomas de forma más efectiva mientras el sistema inmunitario del perro se adapta a los alérgenos.
¿Has utilizado la inmunoterapia en tus pacientes caninos con dermatitis atópica? ¿Cuánto tiempo han tardado en “desensibilizarse” a los alérgenos? Esperamos que tus pacientes hayan obtenido una mejoría.
Referencias
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