La rabia es una enfermedad viral mortal que afecta el sistema nervioso central de los mamíferos, incluidos los gatos. Aunque es menos frecuente en gatos que en perros, la rabia sigue siendo una preocupación de salud pública importante debido a su capacidad para transmitirse a los humanos.
En este artículo, se abordarán los síntomas clínicos de la rabia en gatos, el diagnóstico, las vías de transmisión y las medidas preventivas.
Qué es la rabia
La rabia es causada por un virus de la familia Rhabdoviridae, género Lyssavirus. Este patógeno afecta al sistema nervioso central y se transmite principalmente a través de la saliva de animales infectados mediante mordeduras o arañazos profundos.
También puede transmitirse a través del contacto de la saliva con heridas abiertas o membranas mucosas.
La enfermedad es zoonótica, lo que significa que puede transmitirse de animales a humanos, representando un riesgo significativo para la salud pública.
Transmisión de la rabia en gatos
Los gatos pueden contraer el virus de la rabia al entrar en contacto con animales infectados, como murciélagos, zorros, mapaches y perros callejeros. Las mordeduras son la principal vía de transmisión, aunque también es posible a través de arañazos profundos o heridas contaminadas con saliva infectada.
Una vez que el virus entra en el organismo, viaja a través de los nervios periféricos hacia el cerebro, donde se multiplica y causa los síntomas característicos de la enfermedad.
Fases de la rabia y sus síntomas
La rabia en gatos se desarrolla en varias fases, cada una con síntomas específicos:
1. Fase prodrómica
Esta fase inicial dura entre 2 y 3 días y se caracteriza por cambios en el comportamiento del gato. Los síntomas comunes incluyen:
- Aislamiento o búsqueda inusual de compañía.
- Pérdida de apetito.
- Ligeros cambios en el tono vocal.
- Fiebre leve.
2. Fase furiosa
En esta etapa, los signos neurológicos se vuelven evidentes y el gato puede mostrar:
- Agresión repentina e impredecible.
- Hipersensibilidad a los estímulos (sonidos, luz, tacto).
- Vocalizaciones intensas y persistentes.
- Intentos de morder objetos, otros animales o personas.
- Movimientos descoordinados o temblores.
3. Fase paralítica
Esta fase terminal ocurre entre 2 y 4 días después de la fase furiosa y se caracteriza por:
- Parálisis progresiva, que comienza en los músculos faciales y se extiende al resto del cuerpo.
- Incapacidad para cerrar la boca, lo que provoca salivación excesiva.
- Dificultad para respirar debido a la parálisis de los músculos respiratorios.
En la mayoría de los casos, la muerte ocurre rápidamente debido a insuficiencia respiratoria.
Diagnóstico de la rabia en gatos
El diagnóstico definitivo de la rabia solo puede confirmarse mediante pruebas de laboratorio realizadas en tejidos cerebrales post mortem. Sin embargo, en animales vivos, para diagnosticar la rabia en gatos nos podemos basar en:
- Historial clínico y antecedentes de contacto con animales potencialmente infectados.
- Observación de los síntomas clínicos.
- Exclusión de otras enfermedades con síntomas similares, como toxoplasmosis o enfermedades neurológicas.
Es importante tener en cuenta que, como ya hemos anticipado, la confirmación definitiva no suele ser posible en animales vivos, lo que subraya la importancia de la prevención.
Prevención de la rabia en gatos
La vacunación es la herramienta más eficaz para prevenir la rabia en gatos. Las principales medidas preventivas incluyen:
- Vacunación regular: Asegurarse de que los gatos reciban sus vacunas contra la rabia según el calendario recomendado por el veterinario.
- Control de acceso al exterior: Restringir las salidas sin supervisión para minimizar el contacto con animales salvajes o callejeros.
- Identificación temprana de riesgos: Reportar mordeduras o contactos sospechosos a las autoridades sanitarias para evaluar la necesidad de tratamiento postexposición.
Tratamiento y manejo
No existe un tratamiento efectivo para la rabia una vez que aparecen los síntomas clínicos. Por esta razón, es crucial actuar rápidamente tras la exposición al virus:
- Eutanasia humanitaria: En gatos con síntomas avanzados, la eutanasia es la opción recomendada para prevenir el sufrimiento y reducir el riesgo de transmisión.
- Tratamiento postexposición (PEP): En humanos expuestos, el PEP incluye limpieza inmediata de la herida, inmunoglobulina antirrábica y vacunas.
Importancia de la concienciación
La rabia es una enfermedad 100% prevenible mediante la vacunación y la educación de los responsables de animales. Los veterinarios desempeñamos un papel trascendente en la sensibilización sobre los riesgos asociados a la rabia y las medidas preventivas necesarias.
Y no solo para la salud de nuestros pacientes y animales, sino en la salud pública
Referencias
- Greene, C. E. (2012). Infectious Diseases of the Dog and Cat. Elsevier Health Sciences.
- Jackson, A. C., & Wunner, W. H. (2007). Rabies: Scientific Basis of the Disease and Its Management. Academic Press.
- World Health Organization (WHO). (2021). Rabies. Disponible en: https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/rabies
- Centers for Disease Control and Prevention (CDC). (2021). Rabies. Disponible en: https://www.cdc.gov/rabies