El síndrome de Horner es un trastorno neurológico ocular caracterizado por un conjunto clásico de signos clínicos que aparecen cuando se interrumpe la inervación simpática del ojo.
Aunque no suele ser doloroso ni comprometer directamente la visión, su aparición súbita genera gran preocupación en los tutores y representa un desafío diagnóstico para el clínico.
En perros y gatos, el síndrome de Horner puede deberse a múltiples causas, desde otitis medias hasta traumatismos cervicales o idiopáticos. Reconocer sus signos y aplicar un protocolo de diagnóstico estructurado es clave para identificar la causa subyacente y orientar el tratamiento.
Fisiopatología del síndrome de Horner
El sistema nervioso simpático ocular tiene un trayecto complejo que va desde el hipotálamo hasta el ojo, pasando por el tronco encefálico, la médula espinal cervical y la cadena simpática torácica.
Este trayecto puede dividirse en tres neuronas:
- Primera neurona (central): desde el hipotálamo hasta la médula espinal (C8–T2).
- Segunda neurona (preganglionar): desde la médula hasta el ganglio cervical craneal.
- Tercera neurona (posganglionar): desde el ganglio cervical craneal hasta el ojo.
Cualquier lesión a lo largo de esta vía interrumpe la señal simpática y provoca los signos característicos.
Signos clínicos característicos
El síndrome de Horner presenta un conjunto clásico de manifestaciones oculares que suelen observarse de forma unilateral, aunque pueden ser bilaterales en casos raros.
Signos más frecuentes:
- Miosis: pupila anormalmente contraída.
- Ptosis: caída del párpado superior.
- Enoftalmia: retracción del globo ocular dentro de la órbita.
- Protrusión del tercer párpado: visible en el ángulo medial del ojo.
En gatos, el signo más llamativo suele ser la protrusión del tercer párpado, mientras que en perros destaca la combinación de miosis y ptosis.
Causas del síndrome de Horner
La etiología del síndrome de Horner es diversa y depende de la localización de la lesión dentro de la vía simpática.
Causas frecuentes:
- Otitis media e interna: particularmente común en perros.
- Traumatismos cervicales: heridas por mordedura, accidentes.
- Cirugía o manipulación cervical/torácica.
- Neoplasias en tórax, cuello o base del cráneo.
- Enfermedades medulares cervicales (C8–T2).
- Idiopático: en hasta el 40–50 % de los perros no se identifica causa.
En gatos, las causas más frecuentes son traumatismos y enfermedades del oído medio.
Diagnóstico del síndrome de Horner
El diagnóstico se basa en la combinación de exploración clínica y pruebas complementarias dirigidas.
Evaluación clínica
- Identificar el conjunto de signos clásicos.
- Realizar una exploración neurológica y oftalmológica completa.
- Recoger historia detallada: traumatismos, cirugías recientes, infecciones óticas previas.
Pruebas diagnósticas recomendadas
- Otoscopia: valorar presencia de otitis media/interna.
- Radiografías o TAC de oído medio.
- Resonancia magnética en casos de sospecha de lesión central.
- Test farmacológicos con fenilefrina: pueden ayudar a diferenciar si la lesión está en la segunda o tercera neurona simpática.
- Análisis complementarios: hemograma, bioquímica, citologías de masas si se detectan.
El objetivo es localizar la lesión y descartar enfermedades graves subyacentes.
Tratamiento del síndrome de Horner
El manejo depende de la causa identificada.
- Horner idiopático: en muchos casos, los signos se resuelven espontáneamente en semanas o meses sin tratamiento específico.
- Otitis media/interna: tratamiento antibiótico, limpieza y en algunos casos cirugía de oído medio.
- Traumatismos: manejo médico y control del dolor; monitorización de la recuperación.
- Neoplasias: abordaje oncológico según localización y tipo tumoral.
- Enfermedades medulares: tratamiento médico o quirúrgico según el caso.
El tratamiento sintomático (uso de agonistas simpáticos tópicos) puede mejorar temporalmente la miosis y ptosis, aunque no modifica la causa de fondo.
Pronóstico
El pronóstico depende de la etiología:
- Idiopático: muy bueno, resolución espontánea en la mayoría de casos.
- Otitis media: generalmente favorable con tratamiento adecuado.
- Traumatismos: variable según extensión del daño.
- Lesiones centrales o neoplásicas: más reservado.
Es esencial comunicar al tutor que el síndrome de Horner, aunque llamativo visualmente, no suele afectar de forma directa a la visión ni al confort ocular del animal.
Papel del tutor en el manejo
La colaboración del tutor es fundamental, ya que debe vigilar signos asociados y acudir a revisiones. Instrucciones claras a los tutores incluyen:
- Observar cambios en la conducta, la marcha o la audición (en caso de otitis).
- Cumplir el tratamiento antibiótico o antiinflamatorio según indicación.
- Entender que la resolución puede ser lenta en casos idiopáticos.
- Informar de inmediato si aparecen signos neurológicos adicionales (ataxia, convulsiones, paresia).
Una comunicación transparente mejora la confianza y la adherencia al plan de seguimiento.
Tabla resumen: síndrome de Horner en perros y gatos
Aspecto | Detalles principales |
Signos clínicos | Miosis, ptosis, enoftalmia, protrusión del tercer párpado |
Causas frecuentes | Otitis media/interna, traumatismos cervicales, neoplasias, idiopático |
Diagnóstico | Exploración clínica, otoscopia, TAC/RM, test con fenilefrina |
Tratamiento | Según causa (antibióticos, cirugía, control oncológico, resolución espontánea) |
Pronóstico | Variable; bueno en idiopáticos, reservado en centrales/neoplásicos |
Papel del tutor | Cumplimiento terapéutico, vigilancia de cambios neurológicos, seguimiento en revisiones |
Conclusión
El síndrome de Horner en perros y gatos es un signo clínico reconocible que refleja una alteración en la vía simpática ocular. Aunque puede ser idiopático y resolverse espontáneamente, en muchos casos indica la presencia de una enfermedad otológica, traumática o neurológica más grave.
El diagnóstico debe ser sistemático y orientado a localizar la lesión, mientras que el pronóstico dependerá de la causa. La comunicación con el tutor es esencial para explicar la naturaleza del síndrome, los posibles tiempos de recuperación y la necesidad de seguimiento clínico.
Referencias científicas
- de Lahunta, A., Glass, E., & Kent, M. (2014). Veterinary Neuroanatomy and Clinical Neurology (4ª ed.). Elsevier.
- Martin, C. L. (2009). Ophthalmic Disease in Veterinary Medicine. Manson Publishing.
- Platt, S. R., & Olby, N. J. (2013). BSAVA Manual of Canine and Feline Neurology (4ª ed.). BSAVA.