El cloruro potásico (KCl) es un suplemento imprescindible en fluidoterapia veterinaria, especialmente en pacientes con anorexia prolongada, pérdidas digestivas o enfermedades renales.
Pero, mal administrado, puede ser letal: la hiperpotasemia aguda inducida por una pauta incorrecta puede provocar bradicardia, arritmias graves o incluso parada cardíaca. Por eso, dominar el uso del KCl es una competencia básica en medicina interna y urgencias. Vamos a ver cómo utilizarlo con seguridad.
Por qué suplementamos potasio en fluidoterapia
El potasio es un ion intracelular esencial para la función neuromuscular, el equilibrio ácido-base y el mantenimiento del potencial de membrana. La hipopotasemia es frecuente en clínica y puede aparecer por:
- Vómitos o diarreas prolongadas
- Anorexia >3 días
- Diuresis forzada (diuréticos, diabetes)
- Insuficiencia renal crónica
- Cetosis diabética
- Síndrome urémico o acidosis compensada
En consulta, es habitual encontrar hipopotasemia leve en gatos con ERC descompensada, incluso si no hay signos clínicos evidentes.
Signos clínicos de hipopotasemia
Identificar estos signos ayuda a justificar la suplementación y a monitorizar la eficacia:
- Debilidad muscular, especialmente cervical (“ventroflexión” en gatos)
- Letargia o postura encorvada
- Disminución de reflejos
- Disminución del apetito
- Arritmias o bradicardia en casos graves
Consejo clínico: si un gato con ERC está apático, come poco y muestra ventroflexión cervical, casi seguro tiene hipopotasemia significativa.
Cómo preparar soluciones con KCl: cálculos esenciales
Vamos a ver cómo preparar soluciones con cloruro potásico de forma segura y efectiva. La presentación habitual es:
- Cloruro potásico al 7,45% = 1 mEq/mL
Dosis estándar recomendada
- Dosis de mantenimiento habitual: 20–40 mEq/L
- Máxima segura de infusión: 0,5 mEq/kg/hora
Esto significa que no solo debemos controlar la concentración final en el suero, sino también la velocidad de infusión total.
Cálculo paso a paso
Ejemplo: perro de 10 kg, fluidoterapia a 100 mL/h
- Velocidad de infusión = 10 mL/kg/h
- Máxima dosis de KCl = 0,5 mEq/kg/h = 5 mEq/h en total
→ Podemos añadir como máximo 5 mEq de KCl a esa pauta sin superar el umbral.
Si queremos preparar 500 mL de Ringer con 30 mEq/L:
- 30 mEq × 0,5 L = 15 mEq → Añadir 15 mL de KCl al suero
Recuerda agitar bien la bolsa tras añadir el KCl y nunca administrarlo sin diluir.
Qué errores debemos evitar
Vamos a repasar las situaciones más peligrosas al suplementar potasio:
Error habitual | Riesgo asociado |
Añadir KCl sin ajustar la velocidad de perfusión | Hipercaliemia aguda, arritmias |
Superar los 0,5 mEq/kg/h | Bradicardia, asistolia |
Usar suero con KCl en bolos IV | Sobredosis inmediata, potencialmente letal |
No monitorizar potasio en insuficiencia renal | Acumulación progresiva, arritmias |
No agitar la bolsa tras añadir KCl | Concentración irregular en infusión |
La seguridad del KCl está en el cálculo, la dilución y el control de la velocidad. Son las tres claves que marcan la diferencia.
Tabla resumen: uso clínico seguro del cloruro potásico
Parámetro | Recomendación estándar |
Concentración segura habitual | 20–40 mEq/L en el fluido |
Concentración máxima en bolsa | 80 mEq/L (si se ajusta la velocidad) |
Velocidad máxima de infusión | 0,5 mEq/kg/h |
Presentación habitual del KCl | 7,45% = 1 mEq/mL |
Monitorización recomendada | Ionograma cada 12–24 h si terapia continua |
Nunca administrar… | En bolos IV ni sin diluir |
Casos clínicos breves
Caso 1: Gato con ERC y letargia
- Potasio sérico: 2,9 mEq/L
- Se inicia fluidoterapia con suero fisiológico + 30 mEq/L de KCl
- Volumen total 300 mL a 20 mL/h
→ Seguro, eficaz, mejoría en 24–48 h
Caso 2: Perro con pancreatitis y vómitos intensos
- Potasio: 3,0 mEq/L
- Necesita fluidoterapia rápida (150 mL/h)
→ Ajustar KCl a máximo 10 mEq/h, no más
→ No superar 0,5 mEq/kg/h (perro de 20 kg → máx. 10 mEq/h)
Conclusión
El uso de cloruro potásico en fluidoterapia es una práctica cotidiana, pero no exenta de riesgos si no se ajustan bien la concentración y la velocidad de infusión.
Con unas pocas reglas claras —máximo 0,5 mEq/kg/h, diluir siempre, agitar bien y monitorizar electrolitos—, podemos corregir la hipopotasemia de forma segura y efectiva, mejorando el estado clínico del paciente sin exponernos a complicaciones. En definitiva, la clave no está en tener miedo, sino en saber calcular.
Referencias
- DiBartola, S. P. (2011). Fluid, Electrolyte, and Acid-Base Disorders in Small Animal Practice (4th ed.). Elsevier.
- Langston, C. E. (2013). Electrolyte abnormalities in veterinary patients. Veterinary Clinics of North America: Small Animal Practice, 43(4), 747–761.
- Silverstein, D. C., & Hopper, K. (2015). Small Animal Critical Care Medicine (2nd ed.). Elsevier.
- Plumb, D. C. (2023). Plumb’s Veterinary Drug Handbook (9th ed.). Wiley-Blackwell.
- Trepanier, L. A. (2006). Hypokalemia and potassium supplementation in dogs and cats. Compendium on Continuing Education for the Practicing Veterinarian, 28(5), 344–352.