La diabetes mellitus es una enfermedad que afecta a perros y gatos. Según varios estudios, se estima que el 0,26% de perros de más de 3 años padecen diabetes mellitus, mientras que en gatos, se estima que es el 0,58%.
Se caracteriza por hiperglucemia, provocada por defectos en la secreción de la insulina o una resistencia a la acción de ella para utilizar la glucosa en tejidos blandos o la combinación de ambas causas. Esto, resulta en una alteración del metabolismo de carbohidratos, lípidos y proteínas. La DM también presenta glucosuria.
Cómo vemos, la diabetes mellitus (DM), tiene una estrecha relación con la glucosa. ¡Vamos a profundizar sobre ello!
¿Qué es la glucosa?
La glucosa es el azúcar simple originado por la digestión de carbohidratos y transportada en sangre hacia todas las células del organismo. Como resultado de su metabolismo se obtiene ATP (adenosín trifosfato), o dicho de forma más sencilla, se obtiene energía.
La glucosa es uno de los parámetros que se mide en la bioquímica, y por eso es importante conocer los valores de referencia. También puede que te interese nuestro artículo sobre la gestión de líquidos en animales.
Es muy importante tener en cuenta una característica especial de los gatos. Por estrés, los valores de glucosa pueden llegar hasta los 613 mg/dL, sin que esto sea sinónimo de diabetes mellitus.
En estos casos, es importante realizar una medición de fructosamina, que nos dará resultados de los niveles de glucosa en sangre en las últimas dos semanas.
¿Qué tipo de diabetes mellitus hay?
Teniendo todo lo anterior en cuenta, podemos clasificar la diabetes mellitus en 2 tipos:
- DM tipo I: cuándo hay un fallo en el páncreas para producir insulina. Este tipo de diabetes es insulinodependiente
- DM tipo II: el páncreas segrega insulina sin problemas, pero hay un fallo en los receptores celulares que no responden a la insulina de manera adecuada. Esta DM es no insulinodependiente
El tipo de diabetes mellitus más habitual en pequeños animales es la tipo I.
En cuanto a los signos clínicos, aunque pueden variar dependiendo del individuo y de la fase de la enfermedad, podemos hablar de las 3 Ps:
- Poliuria: aumento de la producción de orina
- Polidipsia: incremento del agua consumida
- Polifagia: aumento de apetito y de la ingesta de alimentos
Otros signos clínicos que se pueden observar, son:
- Pérdida de peso. Echa un ojo a nuestro artículo sobre el peso en pequeños animales.
- Letargo
- Cataratas: en estados avanzados de la enfermedad
Tratamientos posibles para la DM
El tratamiento de la diabetes mellitus dependerá del estado del paciente y de la fase de la enfermedad. En general, el tratamiento es multimodal, y puede consistir en:
- Ajuste de la dieta
- Ejercicio físico
- Hormona de acción hipoglucemiante secretada por las células beta del páncreas
- Terapia con insulina
Quizás, la terapia con insulina sea la más conocida. Dependiendo de lo que busquemos, habrá que adaptar el tipo de insulina. Tenemos insulinas de acción rápida, intermedia y prolongada. El pico máximo, la duración, y la vía de administración la podemos observar en la siguiente tabla:
No obstante, cuando la diabetes mellitus no está controlada al 100%, pueden llegar a surgir ciertas complicaciones que requieren de un manejo urgente.
Complicaciones cómo la cetoacidosis glucémica
La cetoacidosis glucémica es un estado de diabetes descontrolada caracterizado por la presencia de hiperglucemia y cetonemia y, como consecuencia, glucosuria y cetonuria. Los pacientes presentan deshidratación, acidosis metabólica y alteraciones electrolíticas.
Es una urgencia médica grave y puede llegar a ser fatal.
¿Y cuál es su fisiopatología? ¿Cómo se produce?
- El paciente presenta niveles bajos de insulina, por lo tanto, se produce hiperglucemia
- En estas circunstancias, y con el hígado secretando glucosa, la hiperglucemia se acentúa
- Esto provoca una producción de glucagón en el páncreas, y un aumento de la secreción de cortisol
- Cómo consecuencia, el hígado produce más glucosa y cuerpos cetónicos, ocasionando un exceso de cetonas
- Este exceso de cetonas se acumulan en el torrente sanguíneo y provocan cetosis
- La cetosis hace disminuir el PH sanguíneo, lo que en conjunto produce la cetoacidosis diabética
Cómo ya hemos dicho, la cetoacidosis se trata de una urgencia, y se debe comenzar el tratamiento con fluidoterapia adecuada. El protocolo a seguir en estos casos es el siguiente:
La cantidad de suplementación con cloruro de potasio (KCl), dependerá de las mediciones de potasio en sangre. A menor potasio sérico, mayor será la cantidad de KCl a suplementar y diluir en Ringer Lactato, y menor el caudal máximo de líquido (ml/Kg/h).
Hipoglucemia: otra complicación de la diabetes mellitus
La hipoglucemia, es decir, la caída repentina de glucosa en sangre por debajo de los 60 mg/dL, es otra de las complicaciones de la DM.
Existen varias causas por las que puede suceder una hipoglucemia. Por un lado tenemos la reducción de la producción de glucosa, que puede originarse por: enfermedad hepática, desnutrición, shunt portosistémico, o enfermedad de Addison, entre otras.
Por otro lado, la hipoglucemia puede estar provocada por el aumento del consumo de glucosa. En este bloque podemos encontrar causas cómo: insulinoma o neoplasias en páncreas, intoxicación por xilitol, sepsis, o hipoglucemias juveniles o durante el parto.
Pero si hablamos de la hipoglucemia como complicación de la diabetes mellitus, esta se debe a una sobredosificación de insulina.
La hipoglucemia siempre se trata de una urgencia, pero el manejo depende del estado del paciente.
Manejo de hipoglucemia leve
Si el paciente está consciente y no tiene problemas para deglutir, suplementamos la glucosa por vía oral. Por un lado, le daremos de comer pequeñas cantidades de comida, y le ofreceremos jarabes de glucosa y/o miel por vía oral.
Manejo de hipoglucemia grave
Cuando los signos clínicos que se observan en el paciente son graves, y/o no puede deglutir, se procederá a suministrar glucosa por vía intravenosa. El protocolo a seguir en este caso es:
Conclusiones y una curiosidad sobre la diabetes y los gatos
Cómo hemos visto durante todo el artículo, la diabetes mellitus es una enfermedad que hay que controlar de forma muy estricta para evitar que surjan complicaciones. Por eso es importante actuar ante cualquier sospecha de diabetes, cuando se observan los signos clínicos más comunes.
El manejo dietético, el ejercicio y la administración de insulina forman parte del tratamiento de la diabetes. En perros, este tratamiento es crónico.
En cambio, en gatos, puede producirse la remisión diabética. Esto es, que sus niveles de glucosa en sangre se estabilicen sin necesidad de administrar insulina.
Es importante mencionar que no todos los gatos logran la remisión. En los casos en los que sí lo hacen, es necesaria una vigilancia constante, utilizando, por ejemplo, curvas de glucosa periódicas, para asegurar que no recaigan.
Así que después de contar todo esto, ¡queremos que nos cuentes tu experiencia con pacientes con diabetes! Te leemos.
Fuentes utilizadas e interesantes