El aumento de la esperanza de vida de perros y gatos ha hecho que los pacientes geriátricos representen una proporción cada vez mayor en la práctica clínica diaria. Gracias a la medicina preventiva, la nutrición avanzada y la mejora de los cuidados, los animales llegan a la tercera edad en mejores condiciones que hace unos años.
Sin embargo, la edad avanzada implica mayor predisposición a enfermedades crónicas, disminución de las reservas fisiológicas y cambios conductuales que requieren un enfoque específico en la consulta general. El veterinario tiene un papel fundamental en la detección precoz de patologías, el ajuste de tratamientos y la educación del tutor.
¿Cuándo considerar que un animal es geriátrico?
El concepto de paciente geriátrico no depende solo de la edad cronológica, sino también de la especie, la raza y el estado de salud general.
- Perros: suelen considerarse geriátricos a partir de los 8–10 años, aunque en razas grandes y gigantes el envejecimiento clínico comienza antes (6–7 años).
- Gatos: se clasifican como maduros a partir de los 7 años, senior entre 11–14 y geriátricos a partir de los 15.
La identificación de esta etapa permite implementar protocolos de medicina preventiva adaptados.
Evaluación inicial en consulta
El primer paso es una anamnesis completa, centrada en cambios sutiles que los tutores pueden pasar por alto.
Aspectos clave a preguntar:
- Alteraciones en el apetito o en el peso.
- Cambios en el consumo de agua y micción.
- Nivel de actividad, ejercicio y sueño.
- Cambios de conducta: desorientación, irritabilidad, mayor vocalización.
- Tolerancia al frío o al calor.
- Episodios de tos, intolerancia al ejercicio, jadeo nocturno.
La exploración física debe ser minuciosa y sistemática: palpación abdominal, auscultación cardiopulmonar, inspección oral, evaluación de la condición corporal y exploración ortopédica.
Pruebas de rutina recomendadas
En un paciente geriátrico, el chequeo periódico con pruebas complementarias es esencial para la detección temprana de enfermedades.
Pruebas básicas:
- Hemograma y bioquímica sérica: función renal, hepática, glucosa, perfil lipídico.
- Análisis de orina: densidad urinaria, proteinuria, infección.
- Medición de presión arterial: detección de hipertensión sistémica, muy común en gatos.
- Radiografía torácica: evaluación cardiopulmonar en pacientes de riesgo.
- Ecografía abdominal: útil para detectar masas, alteraciones renales, hepáticas o esplénicas.
Pruebas adicionales según especie y antecedentes:
- Gatos: T4 total para descartar hipertiroidismo, pruebas de retrovirus (FeLV, FIV).
- Perros: ecocardiografía en razas predispuestas, test de Cushing o Addison si hay sospecha clínica.
Principales recomendaciones en la consulta geriátrica
El manejo del paciente geriátrico debe ser integral, teniendo en cuenta aspectos médicos, nutricionales y de bienestar.
1. Nutrición adaptada
- Utilizar dietas formuladas para perros y gatos senior.
- Ajustar la densidad calórica según el estado corporal (obesidad vs. caquexia).
- Incluir ácidos grasos omega-3, antioxidantes y proteínas de alta calidad.
- En enfermedades específicas: dietas renales, cardiacas o gastrointestinales.
2. Control del dolor crónico
El dolor es uno de los problemas más infradiagnosticados en geriatría veterinaria, especialmente en casos de osteoartritis.
- Evaluar movilidad, cojera, dificultad para subir escaleras o saltar.
- Utilizar escalas de dolor crónico (ej. Helsinki Chronic Pain Index).
- Tratamiento multimodal: AINEs, gabapentina, condroprotectores, fisioterapia.
3. Salud oral
- Revisiones periódicas y profilaxis dentales.
- Tratar enfermedad periodontal, que en geriátricos puede ser severa.
- Educación del tutor sobre higiene oral en casa.
4. Control de enfermedades crónicas
- Insuficiencia renal crónica en gatos: diagnóstico precoz con SDMA y proteinuria.
- Cardiopatías en perros pequeños (endocardiosis mitral).
- Endocrinopatías: hipertiroidismo en gatos, hiperadrenocorticismo en perros.
5. Bienestar y conducta
Los cambios cognitivos son frecuentes y deben valorarse en consulta.
- Desorientación, cambios en el ciclo sueño-vigilia, pérdida de hábitos higiénicos.
- Estrategias de enriquecimiento ambiental.
- En casos graves, uso de fármacos como selegilina o suplementos neuroprotectores.
6. Educación del tutor
La implicación del tutor es clave en la medicina geriátrica. Es necesario explicar:
- La importancia de revisiones más frecuentes (cada 6 meses).
- Los cambios normales vs. patológicos del envejecimiento.
- El manejo del dolor y las necesidades nutricionales.
- La toma de decisiones en casos de enfermedades crónicas avanzadas.
Frecuencia de revisiones en geriátricos
Los pacientes geriátricos deben ser revisados con mayor frecuencia que los adultos jóvenes. La recomendación general es una revisión completa cada 6 meses, incluso en ausencia de signos clínicos. Esto permite ajustar tratamientos, detectar problemas incipientes y educar al tutor.
Tabla resumen: protocolo en pacientes geriátricos
Área de evaluación | Pruebas o acciones recomendadas |
Historia clínica | Cambios en apetito, peso, conducta, actividad |
Exploración física | Cardiopulmonar, abdomen, oral, ortopédica |
Laboratorio básico | Hemograma, bioquímica, orina |
Pruebas adicionales | PA, Rx torácica, ecografía abdominal |
Específicas por especie | T4 en gatos, ecocardiografía en perros predispuestos |
Recomendaciones generales | Nutrición adaptada, control del dolor, salud oral |
Seguimiento | Revisión cada 6 meses |
Conclusión
El paciente geriátrico requiere un enfoque global en consulta general, que combine prevención, diagnóstico precoz y manejo individualizado de enfermedades crónicas. La clave está en anticiparse a los problemas, más que reaccionar cuando ya son evidentes.
La colaboración estrecha con el tutor es fundamental, tanto para la observación de signos tempranos como para la adherencia a los tratamientos.
Referencias científicas
- Little, S. (2012). The Cat: Clinical Medicine and Management. Elsevier.
- Epstein, M., Kuehn, N., Landsberg, G., Lascelles, B. D. X., et al. (2005). AAHA senior care guidelines for dogs and cats. Journal of the American Animal Hospital Association, 41(2), 81–91.
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- Villar, D., & Couto, C. G. (2018). Manejo clínico del paciente geriátrico. ClinAVet, 2(3), 113–124.