El ayuno preanestésico es una práctica imprescindible para minimizar riesgos durante los procedimientos quirúrgicos y diagnósticos en pequeños animales. Su objetivo principal es reducir la posibilidad de regurgitación, vómito y aspiración pulmonar durante la inducción y el mantenimiento anestésico.
Durante años se han mantenido protocolos rígidos basados en modelos humanos, pero la evidencia actual y la experiencia clínica sugieren que una aproximación más individualizada, teniendo en cuenta la especie, la edad y el tipo de procedimiento, ofrece mayores garantías de seguridad y bienestar.
Qué es el ayuno preanestésico y por qué es necesario
El ayuno previo a la anestesia busca vaciar parcialmente el contenido gástrico del paciente para evitar complicaciones intraoperatorias. En medicina veterinaria, estas complicaciones pueden incluir:
- Regurgitación con aspiración de contenido gástrico.
- Hipovolemia leve por restricción prolongada de líquidos.
- Hipoglucemia, especialmente en neonatos o gatos.
- Mayor estrés metabólico en animales geriátricos.
El equilibrio entre seguridad y bienestar es delicado. Ayunos excesivamente largos aumentan el riesgo de descompensación, mientras que los insuficientes no ofrecen protección frente a la aspiración. Por eso, aplicar protocolos específicos por especie es clave para una anestesia segura y eficaz.
Cómo se determina el protocolo adecuado
No existe un único protocolo universal. Los tiempos de ayuno deben ajustarse a:
- La especie y tamaño del animal.
- Su edad y condición clínica.
- El tipo de alimento ingerido (pienso seco vs comida húmeda).
- El tipo de procedimiento (diagnóstico breve vs cirugía mayor).
- La hora estimada de inducción anestésica.
Además, hay que tener en cuenta factores individuales como la predisposición a vómitos, tratamientos previos o la presencia de patologías digestivas.
En clínica, es habitual personalizar el protocolo basándose en la experiencia acumulada del equipo y las guías más recientes, combinando criterios fisiológicos con la práctica diaria.
Diferencias entre perros y gatos en ayuno anestésico
Aunque ambos comparten el riesgo de aspiración, los tiempos de vaciado gástrico y la sensibilidad metabólica son distintos. Esto obliga a plantear estrategias diferenciadas por especie.
Perros
- Estómago más grande y mayor capacidad de tolerancia a alimentos en comparación con los gatos.
- Mejor control del reflejo de deglución en muchas razas.
- Riesgo de vómito o regurgitación mayor en razas braquicéfalas y perros ansiosos.
Consideraciones clínicas:
- En perros sanos adultos, un ayuno sólido de 6–8 horas es suficiente.
- El ayuno de agua debe limitarse a 2–3 horas antes del procedimiento para evitar deshidratación innecesaria.
Gatos
- Metabolismo más rápido y tendencia a la hipoglucemia si el ayuno es prolongado.
- Menor volumen gástrico y menor tolerancia a la deshidratación.
- Mayor dificultad para detectar regurgitación silenciosa durante anestesia.
Consideraciones clínicas:
- Se recomienda un ayuno más corto de sólidos (4–6 horas) en gatos adultos sanos.
- En gatos pediátricos o geriátricos, puede considerarse no retirar el agua, o hacerlo solo 1–2 horas antes.
Excepciones importantes
Hay pacientes que requieren protocolos especiales de ayuno por su estado clínico o edad:
- Cachorros y gatitos menores de 3 meses:
- Riesgo alto de hipoglucemia.
- No ayunar más de 3 horas.
- Se recomienda permitir agua hasta 1 hora antes y ofrecer alimento ligero 2–3 horas antes de la intervención.
- Riesgo alto de hipoglucemia.
- Pacientes geriátricos:
- Sensibles a la deshidratación.
- Ajustar el ayuno líquido y vigilar glucemias.
- Sensibles a la deshidratación.
- Pacientes con vómitos o problemas esofágicos:
- Requieren tratamiento previo (p. ej. maropitant o metoclopramida) y ayuno completo.
- Evaluar individualmente el uso de sucralfato o inhibidores de bomba de protones si hay reflujo gástrico crónico.
- Requieren tratamiento previo (p. ej. maropitant o metoclopramida) y ayuno completo.
Recomendaciones prácticas para el manejo del ayuno
Para asegurar una correcta preparación preanestésica, conviene seguir ciertas pautas estandarizadas adaptadas a la especie:
Antes del procedimiento:
- Confirmar con el tutor la hora de la última comida y bebida.
- Preguntar por vómitos, diarreas o medicaciones en las últimas 24 h.
- Valorar estado clínico y realizar analítica si está indicado.
En hospitalización:
- Marcar en la jaula hora exacta de última ingesta.
- Establecer alarmas o avisos para la retirada de agua en el momento indicado.
- Coordinar con el equipo anestésico para confirmar el horario previsto.
Durante la sedación/anestesia:
- Tener preparado equipo para aspiración si se anticipa riesgo.
- Controlar constantemente signos de regurgitación silenciosa (p. ej. humedad peribucal).
Tras la anestesia:
- Reintroducir líquidos claros (agua o suero oral) una vez el paciente esté completamente despierto.
- Ofrecer alimento fácilmente digestible cuando haya recuperación completa del reflejo deglutorio.
Tabla resumen: tiempos de ayuno recomendados por especie y condición
Especie / Condición | Sólidos (horas) | Líquidos (horas) | Consideraciones especiales |
Perro adulto sano | 6–8 | 2–3 | Ayuno más estricto en razas braquicéfalas |
Gato adulto sano | 4–6 | 2 | Evitar ayunos prolongados por riesgo de hipoglucemia |
Cachorros y gatitos < 3 m | 2–3 | 1 | Riesgo alto de hipoglucemia; monitorizar glucemia |
Pacientes geriátricos | 4–6 | 1–2 | Control de hidratación y función renal |
Pacientes con vómitos previos | 8 | 2–3 | Premedicación antiemética necesaria |
Estos tiempos deben adaptarse siempre a la situación clínica, tipo de procedimiento y experiencia del anestesista.
Conclusión
El manejo del ayuno preanestésico debe estar basado en evidencia, pero también en la realidad clínica del hospital veterinario. Protocolos inflexibles pueden comprometer el bienestar del paciente, mientras que una planificación adaptada mejora tanto la seguridad anestésica como la recuperación postoperatoria.
Conocer las diferencias entre especies, aplicar medidas específicas para animales jóvenes o geriátricos y mantener una buena comunicación con el equipo asistencial son pilares para evitar complicaciones. El ayuno no es un trámite previo, sino una parte fundamental de la anestesia segura y personalizada.
Referencias
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