Monitorización en el proceso anestésico: todo lo que las ATVs debemos hacer

La monitorización es básica durante todo el proceso anestésico para minimizar los riesgos, evitar las complicaciones y saber actuar cuando se presentan. 

Esta monitorización engloba todo el proceso perioperatorio. Es decir, empieza con las pruebas preanestésicas, sigue en todas las fases de anestesia, el postoperatorio, y termina cuando el paciente regresa a su casa.

Las ATVs formamos parte de este proceso: recepcionamos al paciente, ayudamos durante la cirugía y la anestesia, monitorizamos durante toda la operación y la recuperación, y muchas más labores imprescindibles. 

Por eso es vital que sepamos actuar de la forma más adecuada y que todo el equipo veterinario esté preparado para posibles eventualidades. Por ello, ¡Vamos a ver todo lo que debemos hacer en el proceso de monitorización de la anestesia!

¿Qué es la monitorización durante el proceso anestésico?

La anestesia general tiene la capacidad de inducir el sueño, eliminar el dolor y el recuerdo y reducir los reflejos. Para que esto se produzca, se utilizan anestésicos junto con analgésicos en las diferentes fases de la anestesia. Estos fármacos causan efectos en varios sistemas:

  • Sistema cardiovascular
  • Sistema respiratorio
  • Sistema nervioso central

De modo que la monitorización consiste en vigilar en tiempo real los parámetros vitales de estos sistemas orgánicos, sabiendo cuáles son sus valores normales. Además, también tendremos que monitorizar la profundidad de la anestesia, para que el plano anestésico no sea ni insuficiente ni excesivo.

Recomendaciones y principios básicos a la hora de la monitorización

Cuando hablamos de monitorización en el proceso anestésico, tenemos que saber que en general, no es necesario disponer de monitores de avanzada tecnología. Si bien estos aparatos pueden sernos de gran ayuda, la realidad es que en la mayoría de los centros en los que trabajamos no disponemos de la última tecnología de ellos.

El equipamiento básico que suelen estar presente en todos los centros y que vamos a utilizar es:

  • Pulsioxímetro
  • Electrocardiograma
  • Fonendoscopio
  • Termómetro

No podemos olvidarnos que nuestros conocimientos también nos van a ayudar sin necesidad de equipos, por ejemplo, para medir la frecuencia y patrón respiratorio, observando el movimiento del tórax.

Otros dispositivos que si disponemos también nos van a ayudar son el capnógrafo y el Doppler.

En cuanto a los principios básicos de la monitorización, consisten en:

  • Reconocer: saber interpretar los datos del paciente y conocer cuando se alejan de los rangos normales
  • Actuar: saber actuar de forma correcta cuando  ocurren efectos negativos sobre el paciente para corregir el problema
  • Evaluar la respuesta: conocer si nuestra actuación tiene los efectos esperados

Monitorización del sistema cardiovascular

Al monitorizar el sistema cardiovascular, el objetivo es asegurar una buena circulación. Es decir, debemos garantizar que la perfusión de los tejidos sea la adecuada

Esto lo conseguimos a través de la palpación del pulso periférico, de la auscultación, utilizando un electrocardiograma y midiendo la presión arterial. El pulsioxímetro también suele ser una herramienta básica en la monitorización perioperatoria.

Frecuencia cardíaca

Generalmente, durante una cirugía de rutina, la frecuencia cardiaca la monitorizamos con un pulsioxímetro, aunque también se suele utilizar el electrocardiograma y el fonendoscopio.

Además, el pulsioxímetro nos indica otros valores relevantes a la hora de la anestesia, como puede ser el valor del oxígeno de la hemoglobina en sangre.

La monitorización consiste en asegurarnos que esta frecuencia se mantiene entre los rangos normales:

Frecuencia cardíaca en perros y gatos

¡Cuidado con las bradicardias y las taquicardias!

En perros, una frecuencia menor de 60 ppm, y en gatos, menor a 100, puede deberse a un plano anestésico excesivo. También puede ser a causa de hipotermia, estímulo vagal o como efecto de los fármacos.

Las taquicardias severas (perros más de 200 latidos y gatos más de 240), puede ser por un plano anestésico superficial, por dolor, hipotensión, hipovolemia o hipertermia entre otras causas.

Es importante, que tanto en bradicardias como en taquicardias sepamos identificar la causa que las genera y actuar solucionándola.

Para asegurarnos de que existe una buena perfusión periférica de los tejidos comprobaremos el tiempo de relleno capilar (TRC). Este valor normal se sitúa por debajo de los 2 segundos. Si vemos valores superiores, también tendremos que identificar los motivos y actuar para revertirlos.

Pulso y presión arterial

El pulso arterial se puede monitorizar a través de la palpación de la femoral, el dorsal del tarso, digital y lingual en caninos; y de la femoral en felinos. El pulso tiene su frecuencia, su ritmo, su fuerza y su amplitud. Debemos asegurarnos que sea fuerte, ya que un pulso débil indica hipotensión.

La presión arterial es la fuerza que ejerce la sangre sobre las paredes arteriales. Se pueden medir diferentes presiones: (PAS – presión en sístole, PAD – presión de diástole, PAM – presión media). Las presiones arteriales normales son:

Presión arterial en perros y gatos

Para medir estos valores se puede utilizar un esfigmomanómetro (el equipo para medir la tensión que conocemos en humana, basado en los manguitos), y/o el Doppler. 

También se pueden utilizar métodos invasivos, como para la medición de la PVC (presión venosa central). Normalmente, en la clínica diaria, no se utiliza este tipo de mediciones, ya que necesita de un catéter central.

Pero existe otra forma, aunque subjetiva, de comprobar que la presión arterial es la adecuada durante la anestesia. Sabemos que un animal sano genera entre 1-2 ml/kg/h de orina. Durante la anestesia, se estima que se genera 0,5 cc/kg/h de orina. Si observamos valores por debajo de este, puede que se deba a que el riñón no está perfundido adecuadamente. 

Monitorización del sistema respiratorio

La monitorización del sistema respiratorio durante la anestesia se basa en dos principio básicos:

  • Asegurarnos una buena oxigenación de la sangre arterial
  • Asegurarnos una buena ventilación

Para garantizar que esto se cumple, mediremos diferentes parámetros:

Frecuencia y patrón respiratorio

Una frecuencia respiratoria normal está entre:

  • Perro: 10 -30 respiraciones/min
  • Gato: 20 -42 respiraciones/min

Durante el proceso anestésico, los valores por encima (taquipnea), pueden ser debidos a plano anestésico ligero, hipoxemia, hipercadmia o dolor, entre otros. Los valores por debajo (bradipnea), pueden ser indicativo de anestesia demasiado profunda, estímulos vagales, hipocapnia y acidosis.

En cuanto al patrón respiratorio, debemos asegurarnos que sea de movimientos suaves, regulares y sin resistencias.

Color de las mucosas

El color de las mucosas es una prueba muy simple que nos da información valiosa acerca de la perfusión de los tejidos, es decir, nos dice si existe una buena saturación de oxígeno. Las mucosas rosadas son indicativo de buena perfusión.

En cambio, si nos encontramos mucosas azuladas (cianóticas), nos indica hipoxemia, insuficiencia de oxigenación, y debemos actuar rápidamente para evitar mayores problemas.

Otra forma de medir la saturación de oxígeno en sangre, es utilizando un oxímetro. Este aparato, que puede estar integrado dentro un equipo multiparamétrico o individual, nos indica la saturación de oxígeno (el SpO2).

SpO2

 98 % Normal 

< 95 % Hipoxemia 

< 90 % Hipoxemia grave 

< 75 % Hipoxemia muy grave

Capnografía 

La capnografía es la medición continúa no invasiva de los niveles de CO2 durante todo el ciclo respiratorio. Esta prueba nos da un análisis cuantitativo y cualitativo. Mientras que la capnometría nos da un análisis cuantitativo. Esta última indica la tensión (o concentración) de CO2 en el gas espirado durante el ciclo respiratorio (EtCO2).

Este EtCO2 se relaciona con la cantidad de dióxido de carbono que hay a nivel arterial (PaCO2), y con el que hay a nivel alveolar (PACO2).

La medición del CO2 en el gas espirado nos es de gran utilidad durante la anestesia, ya que nos ayuda a evaluar la función respiratoria. Gracias a ella, de forma indirecta, también observamos el correcto funcionamiento de la actividad cardiovascular y metabólica celular.

En general, podemos asumir que EtCO2 < PACO2  < PaCO2. Los valores normales de

CO2 están en el rango de 35-45 mmHg. Cualquier desviación de esta cifra puede indicarnos problemas en el sistema respiratorio.

Medición de niveles de Co2

Monitorización de la temperatura

En cualquier proceso quirúrgico que se realiza bajo anestesia, existe una pérdida de calor, y esta es una de las complicaciones anestésicas más comunes. Por eso es importante mantener un equilibrio entre las pérdidas y la producción de calor corporal.

En la práctica es más fácil mantener el calor en el organismo, que recuperarla, por eso todos nuestros esfuerzos se centrarán en mantener al paciente caliente. Algunas de las formas para hacerlo son:

  • Calentar al paciente con mantas, calefacción, etc durante todo el proceso anestésico
  • Rapar la cantidad de pelo justa y necesaria para realizar la intervención
  • Limpiar y preparar la piel con soluciones tibias
  • Reducir el tiempo quirúrgico y anestésico al mínimo posible

La monitorización de la temperatura se puede hacer con un termómetro clínico, o con un monitor multiparamétrico si disponemos de él.

Monitorización de la profundidad y el plano anestésico

La monitorización de los sistemas orgánicos mencionados anteriormente nos da información de la profundidad de la anestesia para asegurarnos que nos encontramos en el plano quirúrgico.

Si durante la cirugía no nos encontramos ante un plano quirúrgico adecuado, se pueden observar taquicardias, arritmias, taquipneas y hasta apneas.

La relajación muscular también es un punto clave. A mayor relajación muscular, mayor es la profundidad anestésicas. Otro factor clave a considerar es la posición ocular. El globo ocular rota ventromedialmente cuando se utiliza propofol y barbitúricos. En cambio, está en posición central, fija y con la pupila dilatada (midriática), con la ketamina.

Aquí hay una tabla en la que se pueden observar las diferentes características en nuestros pacientes dependiendo del grado anestésico:

Diferentes características en nuestros pacientes dependiendo del grado anestésico

No nos podemos olvidar que durante este proceso también tenemos que monitorizar la analgesia, es decir, el manejo del dolor. Para minimizar la nocicepción y el posterior dolor, se recomienda usar una anestesia multimodal. Es decir, utilizar fármacos y técnicas anestésicas diferentes durante todo el proceso de la anestesia.

Una anestesia multimodal también nos posibilita administrar dosis más bajas de cada fármaco, lo que minimiza los riesgos anestésicos

Teniendo todo esto en cuenta, es importante mencionar las planillas de anestesia. En ellasanotaremos todo lo sucedido en el organismo del paciente, y los fármacos y dosis administradas.

Conclusiones

La anestesia es una de las ramas que más están avanzando en los últimos tiempos, también en veterinaria. Es importante que como ATVs estemos en continua formación y saber, por ejemplo, cómo se utiliza la anestesia multimodal, entre otras técnicas.

Y por supuesto, que ante cualquier técnica, la monitorización en el proceso anestésico es vital.

Bibliografía

Desiré Huerga

Desiré es licenciada en física por la Universidad del País Vasco y ATV. Uniendo estas dos pasiones, ha realizado varios cursos de especialización sobre diagnóstico por imagen, haciendo internados en hospitales. Además, se enamoró del quirófano desde el primer día que entró en uno. Le encanta la divulgación, y piensa que la formación continúa y la información veraz es imprescindible para esta profesión.

Índice de contenidos

¡A por ello!

¡Únete!

Te daremos un primer regalo de bienvenida 🎁

Introduce tus datos para suscribirte a la mayor comunidad Veterinaria de España

Recibirás el primer regalo de bienvenida 🎁