La desparasitación de los animales, en pacientes inmunodeprimidos debe adaptarse, ya que la respuesta inmunitaria alterada aumenta la susceptibilidad a infecciones parasitarias y complica su control.
Los animales inmunodeprimidos (ya sea por enfermedad crónica, tratamiento inmunosupresor o infección viral) requieren protocolos específicos que reduzcan riesgos, prevengan reinfestaciones y garanticen la seguridad del paciente.
¿Qué entendemos por inmunodepresión en pequeños animales?
La inmunodepresión puede tener múltiples orígenes en perros y gatos, y condiciona de manera directa la eficacia de la desparasitación.
Causas frecuentes:
- Enfermedades virales: FIV, FeLV en gatos; parvovirosis o moquillo en fases agudas en perros.
- Tratamientos inmunosupresores: corticoides a dosis altas, quimioterapia, ciclosporina.
- Enfermedades sistémicas crónicas: insuficiencia renal, hepatopatías, endocrinopatías.
- Pacientes geriátricos con inmunosenescencia.
- Malnutrición o caquexia.
En estos animales, la carga parasitaria puede ser mayor y las manifestaciones clínicas más graves, lo que obliga a un protocolo de control riguroso.
Riesgos de los parásitos en pacientes inmunodeprimidos
Los parásitos internos y externos afectan de forma más severa a los inmunodeprimidos, con complicaciones clínicas y zoonóticas relevantes.
- Parásitos gastrointestinales (Toxocara, Ancylostoma, Giardia): diarrea crónica, pérdida de peso, anemia.
- Parásitos pulmonares (Aelurostrongylus en gatos, Angiostrongylus en perros): tos crónica, insuficiencia respiratoria.
- Parásitos externos (pulgas, garrapatas): anemia, dermatitis alérgica, transmisión de patógenos.
- Protozoos oportunistas (Isospora, Toxoplasma, Cryptosporidium): cuadros graves en inmunodeprimidos.
En estos pacientes, además, el riesgo de zoonosis es mayor, lo que incrementa la importancia de la prevención.
Principios generales en la desparasitación de inmunodeprimidos
El protocolo debe ser más estricto que en animales sanos y siempre individualizado.
Puntos clave:
- Evaluación clínica previa: revisar estado general, función renal y hepática antes de administrar antiparasitarios.
- Uso de productos seguros y con amplio espectro, evitando combinaciones innecesarias.
- Frecuencia de administración mayor: reducir intervalos para minimizar riesgos de reinfestación.
- Control ambiental riguroso: desinfección de superficies, lavado de ropa de cama, control de pulgas en el entorno.
- Monitorización periódica con coprológicos: confirmar eficacia del tratamiento y detectar reinfecciones tempranas.
- Educación del tutor: insistir en la importancia de la prevención, higiene y adherencia al tratamiento.
Protocolos de desparasitación interna
Dependiendo de la especie, los protocolos varían:
Perros inmunodeprimidos
- Frecuencia: cada 4–6 semanas, en lugar de cada 3 meses.
- Principales principios activos:
- Fenbendazol (50 mg/kg VO durante 3 días) para nematodos y Giardia.
- Milbemicina oxima o moxidectina para nematodos intestinales y prevención de filariosis.
- Tratamientos específicos para protozoos (metronidazol, toltrazurilo) en caso de giardiasis o coccidiosis.
- Fenbendazol (50 mg/kg VO durante 3 días) para nematodos y Giardia.
Gatos inmunodeprimidos
- Frecuencia: cada 4–6 semanas.
- Principales principios activos:
- Fenbendazol o febantel para nematodos.
- Emodepsida-praziquantel (spot-on) como opción segura y de amplio espectro.
- En casos de giardiasis, fenbendazol o metronidazol según tolerancia.
- Fenbendazol o febantel para nematodos.
En ambas especies se recomienda alternar moléculas para reducir el riesgo de resistencias.
Protocolos de desparasitación externa
Los inmunodeprimidos requieren especial atención al control de ectoparásitos.
- Perros: isoxazolinas (fluralaner, afoxolaner, sarolaner) son altamente eficaces frente a pulgas y garrapatas.
- Gatos: usar moléculas seguras como fluralaner, selamectina o emodepsida; evitar piretroides por toxicidad.
- Frecuencia: mensual, sin excepciones.
El control ambiental es fundamental: aspirado frecuente, lavado de textiles y uso de reguladores de crecimiento de insectos en el entorno.
Monitorización y pruebas de control
En animales inmunodeprimidos no basta con desparasitar; es necesario monitorizar la eficacia.
Recomendaciones:
- Coprológicos seriados cada 3 meses.
- Hemogramas periódicos en pacientes con riesgo de anemias por parásitos hematófagos.
- Seguimiento clínico cercano en casos de giardiasis o infecciones recurrentes.
La monitorización permite ajustar el protocolo a la respuesta individual.
Papel del tutor en el éxito del protocolo
El tutor es una pieza clave en el control parasitario de animales inmunodeprimidos. Debe comprender que:
- Los intervalos de desparasitación son más cortos que en animales sanos.
- Es necesario un control ambiental estricto.
- Deben cumplirse revisiones periódicas en la clínica.
- La higiene familiar (lavado de manos, manejo de heces) es fundamental para reducir riesgos zoonóticos.
Una comunicación clara mejora la adherencia y reduce complicaciones.
Tabla resumen: protocolos de desparasitación en inmunodeprimidos
Aspecto | Perros inmunodeprimidos | Gatos inmunodeprimidos |
Frecuencia interna | Cada 4–6 semanas | Cada 4–6 semanas |
Principios activos clave | Fenbendazol, milbemicina, moxidectina | Fenbendazol, emodepsida-praziquantel |
Control protozoos | Metronidazol, toltrazurilo | Metronidazol, fenbendazol |
Ectoparásitos | Isoxazolinas mensuales | Fluralaner, selamectina, emodepsida |
Monitorización | Coprológicos cada 3 meses, hemogramas | Coprológicos cada 3 meses |
Papel del tutor | Higiene, control ambiental, revisiones | Higiene, control ambiental, revisiones |
Conclusión
Los protocolos de desparasitación en animales inmunodeprimidos deben ser más estrictos, frecuentes y personalizados que en animales sanos. La clave está en combinar tratamientos seguros de amplio espectro con monitorización periódica, control ambiental y una comunicación clara con el tutor.
El objetivo no es solo proteger al paciente frente a los parásitos, sino también reducir el riesgo zoonótico y mejorar la calidad de vida del animal en una situación clínica especialmente vulnerable.
Referencias científicas
- ESCCAP (2020). Guidelines for the control of parasites in dogs and cats. European Scientific Counsel Companion Animal Parasites.
- Bowman, D. D. (2020). Georgis’ Parasitology for Veterinarians (11ª ed.). Elsevier.
- Traversa, D. (2012). Pet roundworms and hookworms: a continuing need for global worming. Parasites & Vectors, 5(91), 1–13.