¿Cómo interpretar los valores renales en una analítica de un perro?

Al analizar los resultados de una analítica de sangre de un perro, es crucial comprender y evaluar adecuadamente los valores renales para detectar posibles problemas de salud. 

Los valores renales proporcionan información vital sobre la función de los riñones y pueden ayudar a diagnosticar enfermedades renales en etapas tempranas. 

En este artículo, exploraremos los diferentes parámetros renales, sus rangos de referencia y las señales de alarma a tener en cuenta.

Parámetros renales comunes

Es importante tener en cuenta que para evaluar la correcta función renal de un perro, es necesario prestar atención a varios parámetros. 

Creatinina

La creatinina es un subproducto de la descomposición de la creatina en los músculos y se elimina principalmente a través de los riñones.

Los valores normales de creatinina en perros suelen oscilar entre 0.5 y 1.6 mg/dl. Niveles elevados de creatinina pueden indicar disfunción renal, deshidratación o problemas musculares.

Nitrógeno Ureico en Sangre (BUN)

El BUN es una medida de la cantidad de urea en la sangre y refleja la capacidad de los riñones para filtrar y excretar desechos.

Los valores normales de BUN en perros varían entre 10 y 30 mg/dl. Aumentos en los niveles de BUN pueden indicar problemas renales, deshidratación o enfermedades hepáticas.

Fosfato

Los niveles normales de fosfato en perros pueden variar dependiendo de la edad, tamaño y raza del animal, pero típicamente oscilan entre 3.0 y 6.0 mg/dL en suero.

Los niveles elevados de fosfato pueden indicar enfermedad renal, hiperparatiroidismo, desequilibrios dietéticos o problemas metabólicos.

Potasio

Los niveles normales de potasio en perros suelen estar entre 3.5 y 5.5 mEq/L en suero.

Tanto los niveles elevados como los bajos de potasio pueden ser indicativos de trastornos renales, desequilibrios electrolíticos, enfermedades endocrinas o problemas gastrointestinales.

Sodio

Los niveles normales de sodio en perros varían entre 145 y 158 mEq/L en suero.

Las concentraciones anormales de sodio pueden estar asociadas con trastornos renales, deshidratación, enfermedades endocrinas, trastornos gastrointestinales o problemas neurológicos.

Relación Proteína/Creatinina en Orina 

Una relación UPC normal en perros es generalmente inferior a 0.5. Sin embargo, los valores específicos pueden variar dependiendo de la metodología de análisis utilizada en el laboratorio.

Una relación UPC elevada puede indicar la presencia de proteinuria, que es un signo de enfermedad renal, inflamación renal u otras enfermedades sistémicas.

Urianálisis

Los valores normales pueden variar según el laboratorio, pero típicamente incluyen aspectos como la concentración de la orina, la presencia de sangre, proteínas, glóbulos blancos y cristales.

La evaluación de la orina puede proporcionar información sobre la función renal, la presencia de infecciones del tracto urinario, cálculos renales, inflamación renal y otros trastornos.

Señales de alarma

Cuando algunos de los parámetros para evaluar la función renal presenta cambios, es una señal de alarma. Algunos de los puntos más importantes y habituales a tener en cuenta son:

  • Aumento Sostenido de Creatinina y BUN: Un aumento persistente y significativo en los niveles de creatinina y BUN puede indicar enfermedad renal crónica.La monitorización regular de estos valores es crucial para detectar cambios en la función renal a lo largo del tiempo.
  • Cambios Repentinos en los Valores: Cualquier cambio brusco y significativo en los valores renales debe ser investigado de inmediato, ya que puede indicar un problema agudo, como insuficiencia renal aguda.

Manejo terapeútico de los valores renales alterados en un perro:

Cuando se detectan valores renales alterados en un perro, el tratamiento dependerá de la causa subyacente y de la gravedad de la enfermedad renal. Aquí tienes en forma de resumen algunas opciones de tratamiento que pueden ser consideradas:

  • Manejo Dietético:
    • Cambiar a una dieta específica para la enfermedad renal puede ayudar a reducir la carga de trabajo en los riñones y controlar los síntomas. Estas dietas suelen ser bajas en proteínas, fósforo y sodio, y pueden estar formuladas para proporcionar nutrientes adicionales como ácidos grasos omega-3, antioxidantes y vitaminas B.
  • Control de la Presión Arterial:
    • En casos de hipertensión asociada con enfermedad renal, se pueden recetar medicamentos para reducir la presión arterial y proteger los riñones de un daño adicional.
  • Suplementos y Medicamentos:
    • Suplementos de potasio o fosfato pueden ser administrados para corregir desequilibrios electrolíticos.
    • Medicamentos como los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA) o los antagonistas de los receptores de la angiotensina II (ARA-II) pueden ayudar a controlar la presión arterial y reducir la proteinuria.
    • En casos de acidosis metabólica, se pueden utilizar bicarbonato de sodio u otros agentes alcalinizantes para corregir el pH ácido en la sangre.
  • Fluidoterapia:
    • La administración de líquidos por vía intravenosa puede ser necesaria para corregir la deshidratación y mejorar la perfusión renal en casos de insuficiencia renal aguda.
  • Medicamentos para el Dolor y la Náusea:
    • Si el perro experimenta dolor o náuseas como resultado de la enfermedad renal, se pueden recetar medicamentos analgésicos o antieméticos para aliviar estos síntomas.
  • Tratamiento de Enfermedades Subyacentes:
    • Si la enfermedad renal es secundaria a otra afección, como la diabetes o la enfermedad cardíaca, se debe tratar la enfermedad subyacente para ayudar a controlar los problemas renales.

Conclusiones

Interpretar los valores renales en una analítica de sangre de un perro requiere un enfoque cuidadoso y una comprensión de los rangos de referencia y las posibles implicaciones clínicas.

Referencias

  • Ettinger, S. J., & Feldman, E. C. (2017). Textbook of Veterinary Internal Medicine (8th ed.). Elsevier.
  • Lees, G. E., & Brown, S. A. (2006). Assessment and Management of Proteinuria in Dogs and Cats: 2004 ACVIM Forum Consensus Statement (Small Animal). Journal of Veterinary Internal Medicine, 20(5), 1164–1176. doi: 10.1111/j.1939-1676.2006.tb00705.x

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Desiré Huerga

Desiré es licenciada en física por la Universidad del País Vasco y ATV. Uniendo estas dos pasiones, ha realizado varios cursos de especialización sobre diagnóstico por imagen, haciendo internados en hospitales. Además, se enamoró del quirófano desde el primer día que entró en uno. Le encanta la divulgación, y piensa que la formación continúa y la información veraz es imprescindible para esta profesión.

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