Shock neurogénico en pequeños animales: Causas, síntomas y tratamiento

Shock neurogénico en pequeños animales: Causas, síntomas y tratamiento

El shock neurogénico en pequeños animales es una condición médica grave que resulta de una disfunción del sistema nervioso, que conduce a una pérdida brusca del tono vascular y una disminución en la resistencia vascular periférica. 

Veamos las causas, los síntomas, el diagnóstico y el tratamiento del shock neurogénico en perros y gatos.

Causas del shock neurogénico en pequeños animales

El shock neurogénico puede ser desencadenado por una variedad de eventos que afectan el sistema nervioso, como lesiones traumáticas en la médula espinal, traumatismos craneales, eventos vasovagales, y trastornos neurológicos como la epilepsia o la encefalitis. 

Las lesiones traumáticas son una de las causas más comunes de shock neurogénico en animales, especialmente en aquellos involucrados en accidentes automovilísticos o caídas desde alturas.

Síntomas del shock neurogénico en pequeños animales

Los síntomas del shock neurogénico pueden variar dependiendo de la gravedad y la ubicación de la lesión neurológica, pero generalmente incluyen:

  • Debilidad o parálisis repentina en las extremidades.
  • Bradicardia o ritmo cardíaco anormalmente lento.
  • Hipotensión arterial.
  • Pupilas dilatadas o no reactivas a la luz.
  • Disminución o ausencia de reflejos.
  • Pérdida del control de la vejiga y los intestinos.

Procedimiento diagnóstico del shock neurogénico en pequeños animales

El diagnóstico del shock neurogénico en pequeños animales comienza con una evaluación física completa y una historia clínica detallada. 

Se pueden utilizar pruebas de imagen, como radiografías y resonancias magnéticas, para identificar lesiones en la médula espinal o el cerebro. 

Además, se pueden realizar análisis de sangre para evaluar la función orgánica y descartar otras causas de shock, como la pérdida de sangre o la insuficiencia cardíaca.

Tratamiento del shock neurogénico en pequeños animales

El tratamiento del shock neurogénico en pequeños animales se centra en estabilizar al paciente y tratar la causa subyacente de la disfunción nerviosa. Esto puede incluir medidas de soporte.

H3. Fluidoterapia

Para mantener la presión arterial y la perfusión tisular. Los fluidos más utilizados junto con sus dosis son:

Cristaloides

  • Solución Salina al 0.9%: La dosis inicial es de 10-20 ml/kg administrada por vía intravenosa en bolo, seguida de una tasa de infusión continua ajustada según la respuesta del paciente.
  • Ringer Lactato: La dosis inicial es de 10-20 ml/kg administrada por vía intravenosa en bolo, seguida de una tasa de infusión continua ajustada según la respuesta del paciente.

Coloides

  • Hetastarch: La dosis inicial es de 10-20 ml/kg administrada por vía intravenosa en bolo, seguida de una tasa de infusión continua ajustada según la respuesta del paciente.

Fármacos vasoactivos

Se utilizan para mejorar la función cardiovascular. Los más habituales, junto con sus dosis son:

  • Dopamina:
    • Dosis: La dosis inicial recomendada en perros y gatos es de 2-5 mcg/kg/minuto. Se puede ajustar según la respuesta del paciente, hasta una dosis máxima de 10 mcg/kg/minuto.
  • Norepinefrina:
    • Dosis: Se administra típicamente a una dosis inicial de 0.1-3 mcg/kg/minuto en perros y gatos. Esta dosis se puede ajustar según la respuesta del paciente, con un máximo de 30 mcg/kg/minuto.
  • Epinefrina:
    • Dosis: La dosis inicial recomendada es de 0.02-0.2 mcg/kg/minuto en perros y gatos. Se puede aumentar según la respuesta del paciente, con un máximo de 0.5 mcg/kg/minuto.
  • Dobutamina:
    • Dosis: Se administra típicamente a una dosis inicial de 1-5 mcg/kg/minuto en perros y gatos. La dosis puede ser ajustada hasta un máximo de 20 mcg/kg/minuto.
  • Vasopresina:
    • Dosis: La dosis inicial recomendada es de 0.1-0.4 U/kg/hora en perros y gatos. Se puede ajustar según la respuesta del paciente, con un máximo de 0.8 U/kg/hora.

Otros tratamientos suplementarios

En estos casos, será necesario realizar un buen manejo del dolor y la inflamación con analgésicos y antiinflamatorios.

Además, en muchas ocasiones, será necesaria una terapia de rehabilitación física para mejorar la función neurológica y la movilidad.

Referencias y fuentes utilizadas

  • Griffin, J., & Levine, J. M. (2008). Principles of shock therapy. Veterinary Clinics of North America: Small Animal Practice, 38(6), 1255-1261.
  • Platt, S. R., & Olby, N. J. (2015). BSAVA Manual of Canine and Feline Neurology. John Wiley & Sons.
  • Silverstein, D. C., & Hopper, K. (2018). Small Animal Critical Care Medicine. Elsevier.

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Desiré Huerga

Desiré es licenciada en física por la Universidad del País Vasco y ATV. Uniendo estas dos pasiones, ha realizado varios cursos de especialización sobre diagnóstico por imagen, haciendo internados en hospitales. Además, se enamoró del quirófano desde el primer día que entró en uno. Le encanta la divulgación, y piensa que la formación continúa y la información veraz es imprescindible para esta profesión.

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